Dos fotografías paraguayas ganaron el concurso del Mercosur
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Dos imágenes de autores paraguayos consiguieron premios en el sexto Concurso de Fotografía del Mercosur, que este año tuvo por temática “Mercosur en acción”, sobre obras y proyectos financiados con el Fondo para la Convergencia Estructural del Mercosur (Focem). Cristhian Alvarenga y Norberto Duarte lograron los puestos segundo y cuarto, respectivamente.
Tras una rigurosa selección por parte del jurado, fueron preseleccionadas 20 imágenes, de las cuales resultaron ganadoras las siguientes fotografías:
- 1.° premio: “La luna colgada” – Kevin Elichey (Uruguay)
- 3.° premio: “Montaje de amortiguadores en carrito en vano” – Gastón Amorín (Uruguay)
- 4.° premio: “Paseando por la Costanera” – Norberto Duarte (Paraguay)
Las 20 fotografías preseleccionadas formarán parte de exposiciones virtuales y físicas que se desarrollen en próximas actividades. A través de las imágenes se buscó capturar desde una perspectiva artística la materialización de la solidaridad entre los países del Mercosur al proporcionar recursos no reembolsables que financian obras emblemáticas que promueven el desarrollo y mejoran la calidad de vida de los ciudadanos.
“Ser uno de los ganadores de este concurso es una satisfacción para mí porque lo considero un reconocimiento a mi trabajo, y porque también fue una oportunidad de mostrar lo que hago”, sostuvo Cristian Alvarenga, ganador del segundo premio. A su vez, sostuvo que “el financiamiento por parte de Focem de obras de infraestructura en países como el nuestro es importantísimo, prácticamente una necesidad, son obras de gran impacto en el desarrollo de los pueblos”.
Sobre la fotografía con la cual participó dijo que la Costanera Norte significó una gran transformación urbanística para Asunción, y obviamente trajo mejoras para la calidad de vida de la gente. “Con la fotografía que envié busqué resaltar la costanera iluminada, se ve también el río Paraguay, bajo el cielo iluminado por la naturaleza”.
El autor de la fotografía adjudicada con el cuarto premio, Nolberto Duarte, señaló que tomó la imagen en el marco de un evento artístico, en una de las obras más emblemáticas financiadas por el Focem en Paraguay, la Costanera Norte. En el momento, pudo apreciar especialmente los colores del horizonte y las personas en contraluz. Además, señaló que la imagen lo conmovió especialmente porque la captó en los primeros momentos pospandemia, siendo testigo además de la importancia de este tipo de espacios para el bienestar de la comunidad.
“Me parece excelente la iniciativa del Mercosur e insto a que continúen apoyando y promoviendo el trabajo de los fotógrafos, ya que nos motiva a realizar mejores imágenes”. Así también, el jurado eligió a otras 16 imágenes finalistas, las cuales pueden observarse en este enlace: https://bit.ly/3Zo1edn.
El primer puesto
El ganador del primer premio, Kevin Elichey, manifestó su satisfacción por haber participado y mucho más por haber ganado el primer premio de la Sexta Edición del Concurso de Fotografía del Mercosur. Con ansias espera que su creación forme parte de las exposiciones de fotos que organice el Mercosur.
“Me parece muy importante que sigan financiando obras y muchos proyectos más”, sostuvo el autor, teniendo en cuenta que la obra “La luna colgada” representa uno de los proyectos, “Interconexión Eléctrica de 500 MW Uruguay-Brasil” que financió el Focem en Uruguay. Al ser consultado sobre su fotografía, Elichey sostuvo con mucha firmeza “es una de mis mejores creaciones, ya que intenté mostrar a través de esa instantánea el amor hacia la naturaleza combinada con la mano de obra humana”, puntualizó.
Estamos en una carrera contra el tiempo, alerta Peña sobre acuerdo Mercosur-UE
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El presidente de la República, Santiago Peña, hizo un llamado a concretar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), así como las negociaciones existentes con otros bloques y potencias. Asimismo, el mandatario afirmó que el Mercosur tiene una gran relevancia a nivel mundial que lo vuelven más atractivo en el plano internacional.
Peña expresó su preocupación por la lentitud en la concreción de acuerdos dentro del bloque regional y llamó a una mayor efectividad en las decisiones conjuntas. “El tiempo pasa, todos estamos en una carrera contra el tiempo y si no concretamos estos acuerdos, estamos dilatando la concreción de un futuro mucho más promisorio para nuestros países”, advirtió el mandatario.
El jefe de Estado concedió una entrevista al canal argentino Todo Noticias en el que valoró el espacio de diálogo que representan las reuniones periódicas del Mercosur, pero fue enfático al señalar que la región necesita “negociar menos y concretar más”.
A su criterio, la integración regional debe avanzar hacia resultados tangibles que generen impacto en las economías y en la calidad de vida de los ciudadanos. En ese marco, aseguró que el bloque regional puede asumir un papel estratégico si fortalece su unidad y confianza interna. “Debemos creer un poco más en nosotros mismos para poder sentarnos con otros bloques. Los otros bloques necesitan más del Mercosur que nosotros de ellos”, remarcó.
Respecto a temas de seguridad regional, el mandatario mencionó el caso de la Triple Frontera como una zona de atención constante para los organismos internacionales por la presencia de grupos terroristas. En ese sentido, aseguró que Paraguay ha fortalecido sus mecanismos de control y cuenta con legislación rigurosa para prevenir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. “Nos sentimos cómodos con los controles que hacemos, pero hay una percepción que es mucho peor que la realidad”, sostuvo.
Finalmente, defendió la compra de los aviones Super Tucano, Peña y refirió que esto representa una inversión en equipamiento militar como parte de una estrategia de seguridad nacional. “No puede haber desarrollo sin seguridad. Nuestro problema hoy no son los gobiernos militares ni un conflicto con países vecinos, nuestro problema se llama crimen organizado, y contra eso tenemos que armarnos”, sentenció.
Los gobiernos deben luchar contra el crimen organizado, remarcó Peña. Foto: Matias Amarilla
Con el título “Dejar aparecer”, el fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar inauguró en Islandia una exposición de retratos de habitantes del pequeño pueblo de Höfn
“El retrato es una forma de crear un espacio con el otro”
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El fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar se instaló por primera vez en ese alejado territorio en 2009. Ahora vive en Seyðisfjörður, transformado por el contexto, un planeta distinto, como dice. El artista visual nos habla sobre la esencia de su nueva muestra y sus vivencias en la “tierra del fuego y el hielo”.
Por Jimmy Peralta
Fotos Juanjo Ivaldi
El pasado 17 de junio se habilitó en Islandia la muestra “Dejar aparecer”, del fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar, una propuesta coordinada por Auður Mikaelsdóttir que presenta un centenar de retratos de ciudadanos de Höfn, un pueblo de alrededor de 2.200 habitantes, donde el compatriota vivió un tiempo. “Dejar aparecer” es una forma de buscar pasivamente el momento artístico, tanto para permitir que este logre manifestarse, en este caso la imagen frente al observador, así como para el artista permitirse ver y captar la obra, en el caso de Juanjo, registrar con la cámara con el máximo respeto al retratado.
Ivaldi vive su segunda estadía en la isla. En 2009 fue por primera vez, para volver en 2014. Cinco años después volvió a instalarse y a revivir la conexión que le permite ese planeta que se le representa como Islandia, como paisaje y humanidad como contexto. “En el retrato, lo esencial no se fabrica: se revela”, cita el texto de convocatoria a la muestra. Juanjo habló con La Nación del Finde sobre esta iniciativa, su experiencia en Islandia, y la búsqueda ética y estética que propone él con esta colección.
“Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses”, cuenta Juanjo al hablar sobre esta experiencia artística
–¿Cuál tu primera vinculación con Islandia antes de ir y la primera en construir al llegar allá?
–Pensar en esto me llevó directo a una memoria de una sala de fotografía con un piso de ajedrez en el “Instituto de la imagen”. Coincidentemente, la primera vez que escuché sobre Islandia fue en un curso de fotografía que tomaba en Paraguay, allá por el 2006 o 2007, no recuerdo muy bien. Alguien puso música de Sigur Rós… ese sonido… lejano, como si viniera de otro mundo. Hoy, mientras te respondo a estas preguntas, vuelvo a poner Sigur Rós y preparo un café. Mi primer vínculo real con Islandia fue por Sunna, una mujer bellísima de estas tierras, a quien siempre voy a estar profundamente agradecido por invitarme a llegar hasta acá. Con ella tuvimos una relación de jóvenes curiosos en esos años, y un día me dijo: “¿Por qué no nos vamos a Islandia?” Yo le dije “¡Jaha!”. Y bueno, fue así como Islandia pasó de ser ecos sonoros (primero conocí su música), después solo imaginación, a convertirse en un hogar.
Llegar desde Paraguay en 2009, con 25 años, fue como aterrizar en otro planeta, Islandia es otro planeta. Recuerdo un paisaje más negro que verde: extensiones de lava, montañas, cielos inmensos, inmensidad más inmensidad, bum, un aura boreal, 24 horas de día, 24 horas de noche y silencios. Hermosos silencios. No era el Islandia “turístico” de hoy, era un país más reservado, lleno de barrios y a la vez más salvaje. Esa naturaleza en todas sus formas, honesta, me atrapó de una forma que nunca imaginé. Creo que, en ese primer invierno, mientras la nieve caía sobre un planeta que apenas empezaba a conocer, supe que algo en mí también estaba cambiando. Para siempre.
–¿Cómo definirías al retrato, y cómo lo diferenciarías de otras formas fotográficas?
–Para mí, el retrato es una forma de crear un espacio con el otro. No es una imposición de la mirada, del “yo fotógrafo” quiero que vos persona hagas esto para que el “yo fotógrafo” sobresalga. En mi experiencia, un retrato ocurre cuando el otro puede emerger, cuando no se lo interrumpe ni se lo fuerza a ser algo. En este sentido, lo diferencio de otras formas fotográficas que a veces buscan captar lo espectacular, lo inmediato o lo evidente. El retrato, en cambio, es más lento. El retrato es espera. Uno se queda esperando un gesto, una pausa, un silencio donde algo del otro se revele. Es como transitar el mundo analógico de la fotografía. Suele haber un segundo donde la persona decide darte algo, o a veces se le escapa, porque siempre está ahí. En mi búsqueda del retrato, no trato de fabricar una imagen, sino dejar que algo que ya está, como la dignidad, una verdad, incluso una herida, se asome, de formas diferentes. Y cuando hay escucha, cuando hay tiempo, ahí entre dos personas, esa imagen puede convertirse en un espejo donde alguien se reconozca con una dignidad que quizás había olvidado. Por eso, para mí, retratar es también un acto de respeto.
Para realizar este trabajo tuvo que viajar todos los fines de semana, durante tres meses, al poblado de Höfn (foto) ubicado a unos 150 km de Seydisfjördur, su lugar de residencia
EL TRAYECTO
–¿Cuándo empezó a tener forma de muestra esta colección de fotos?
–Esta última exhibición de retratos tiene sus raíces en una experiencia previa del año 2023, cuando trabajé junto a Greta Clough en una región del norte de Islandia. Allí realizamos una serie de entrevistas y retratos que culminaron en la muestra Fl(j)óð, una exposición fotográfica centrada en mujeres de origen extranjero que vivían en Húnaþing Vestra. Compartimos las historias de 33 mujeres de la comunidad, celebrando sus raíces y abriendo espacios de reflexión sobre el lugar que ocupan las mujeres inmigrantes dentro de la sociedad islandesa. Este proyecto fue muy bien recibido y tuvo buena cobertura mediática en el país. Inspirada en esa experiencia, Auður Mikkelsdóttir se puso en contacto conmigo con la idea de hacer algo similar en Höfn, una localidad del sureste a donde llegamos juntos con Tess Rivarola en 2019 y donde vivimos por más de un año. Esta vez, el enfoque estuvo puesto en las y los habitantes de la comunidad. Así comenzó esta nueva etapa.
Durante tres meses hice lo que más me gusta en la vida; manejar en ruta islandesa, escuchar música y fotografiar. Viajé desde Seydisfjördur (un pequeño fiordo del este donde vivimos desde el 2020) a Höfn todos los fines de semana, unos 150 km, atravesando dos rutas de montaña que alcanzan los 600 metros de altitud y no pocas veces están cubiertas de niebla. Conocí y fotografié a 114 personas. En cada encuentro conocí algo nuevo de esta cultura. Tomé café como nunca antes en mi vida. Acá cada vez que llegas a una casa no importa la hora que sea te invitan café. Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses. Y así fue tomando forma la muestra: como un retrato colectivo que busca reflejar la diversidad del pensamiento, la memoria compartida y lo cotidiano de quienes habitan este rincón del sureste islandés.
“Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas”, dice Juanjo Ivaldi Zaldívar
–¿Qué sensaciones o intenciones conectan o vinculan entre sí a las fotos de esta muestra?
–Una serie de fotografías puede narrar una historia, pero en esta muestra de retratos el hilo no es argumental. No hay un relato lineal, sino una atmósfera que se construye desde la escucha. Para cada retrato, lo único que pedía era que la persona eligiera el lugar donde quería ser fotografiada. Algunos escogieron sus casas; otros, los caminos donde pasean con sus perros. Algunos volvían a las granjas de sus abuelos, a los establos donde cuidan caballos, ovejas o gallinas. Esas elecciones no fueron casuales: en esta serie de retratos el paisaje no es fondo, es parte del cuerpo. Creo también que lo que une estas imágenes es una intención compartida porque para ser retratado hay que querer ser visto.
En muchos de estos retratos se puede leer el arraigo profundo que cada islandés tiene con su tierra. Para muchos, decir “soy de tal lugar” es un acto de orgullo. Y no es solo una frase: es literal. Algunos nunca salieron de su pueblo Son de ahí, y lo son a mucha honra. Cada persona retratada iba trayendo una nueva perspectiva; su forma de pensar. Y, sin embargo, algo se repetía, remitiendo a algo ya escuchado antes, al otro lado de la isla. Y así se fue tejiendo más o menos, una sensación de intimidad, de presencia, de pertenencia. Quizás lo que une estas imágenes no sea lo que se ve, sino lo que se intuye: una vibración, una confianza, una forma de mirar que no busca transformar, curiosea. Lo que deseo es que cada retrato sea una puerta entreabierta entre la presencia y el misterio.
La muestra, que forma parte de los festejos por el aniversario de independencia de Islandia, quedará abierta hasta el otoño boreal
OBSERVACIÓN Y ESPERA
–¿Cómo llegás vos a la idea de “dejar aparecer” y qué pensás que te aporta como fotógrafo en el contexto donde te manejás?
–El concepto de “dejar aparecer” lo tomo prestado de Humberto Maturana, biólogo chileno, quien plantea que amar es permitir que el otro sea, sin forzarlo a cumplir con nuestras expectativas. Me quedó resonando, y con el tiempo entendí que eso también era lo que yo buscaba al retratar. Coincide con mi manera de aproximarme al retrato, no desde la dirección ni la construcción, sino desde la observación y la espera. Yo no me siento tanto un fotógrafo que “arma” imágenes, sino alguien que observa, que acompaña. En el contexto donde vivo, el “countryside” de Islandia, el tiempo se percibe de otra forma, las personas tienen otras formas de relacionarse. En el momento del retrato, las personas acá pueden llegar a ser muy cerradas para nosotros los “sudacas”. Pero eso es una interpretación desde una expectativa del otro. Aquí, se vuelve clave ser observador, quedarse quieto. Acompañar el silencio entre los dos, acompasar el momento. Aquí no se pueden forzar las cosas. Entonces uno, como fotógrafo, va generando el espacio, las condiciones donde la persona pueda mostrarse, si quiere, si lo siente. Puedo decir hoy que “dejar aparecer” se ha vuelto para mí una ética del mirar y del convivir.
–¿Podrías comentarnos algo de Höfn?
–Höfn es un pequeño pueblo al sureste de Islandia, rodeado de playas negras, glaciares del Parque Nacional Vatnajökull y montañas que respiran con el clima. Tiene tormentas de viento, neblinas… y unos amigos maravillosos. Llegamos allí con Tess Rivarola en mayo de 2019. Hay algo en su paisaje: el viento te habla, o la luz cambia de golpe y te muestra otras formas. A primera vista puede parecer un lugar aislado, pero después de esta experiencia fotográfica me di cuenta de que tiene una vida comunitaria generosa. Vivimos un año con Tess en las afueras de Höfn, Hólmur, en una casa amarilla, con el glaciar como jardín. Después de esa experiencia armamos una exhibición en conjunto: con poesías de Tess y fotografías mías, que se llamó “Mirada extraviada”. Tess tiene mucho que ver con mi desarrollo como artista. Me empujó a buscar más profundidad, a ir más allá. Exige como loca, y eso sirve muchísimo.
Más de un centenar de pobladores de Höfn se ven retratados en una colección de imágenes que a los ojos del fotógrafo representa “una ética del mirar y del convivir”
–¿Cómo es tu vida allá?
–Ahora vivimos en Seyðisfjörður, en el este de Islandia, a 661 kilómetros de la capital. Mi vida hoy es bastante tranquila, ya no farreo tanto, también intensa en otros aspectos. En el día a día cocino, saco fotos, tomo helado, voy a nadar, chismoseo con la gente, me plagueo… y otras cosas que no te voy a contar porque seguro que mi vieja va a leer esto. Siento que, en lugares como estos, donde el tiempo se mueve más lento, uno puede escuchar mejor. Mirar las cosas en sus diferentes formas y estados.
Escuchar a los demás, y también a uno mismo. La naturaleza no es solo un complemento o una foto para Instagram: es un personaje más que convive entre nosotros, con el que uno dialoga todos los días. Te guste o no. Reykjavik, Höfn, Seyðisfjörður… Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas. De vincularme con la gente de otra cultura, desde las diferencias y el respeto. Y de construir un ritmo de vida más acorde con lo que necesito en este momento.
Buscan que el gasoducto se convierta en una realidad
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El viceministro de Minas y Energía, Mauricio Bejarano, manifestó que todos los países que conforman el Mercado Común del Sur (Mercosur) junto con Chile apuntan a que la construcción del gasoducto que atravesará el Chaco paraguayo sea una realidad, y sobre todo, con un trazado bioceánico.
“Esto fue manifestado muy vehementemente en las reuniones últimas que hemos tenido”, destacó a la 650 AM, agregando que en un comienzo esto se trabajó a nivel trinacional, lo cual siempre trae más complejidad, posteriormente lo que hicieron fue desglosar en dos partes.
Aseveró que pesó mucho lo que fue proyectado como país en cuanto a las ventajas impositivas, la posibilidad de contratar en dólares, que Paraguay siempre ha cumplido y honrado su contrato. “Lo propio estamos haciendo con Brasil. Hemos casi firmado ya un acta de entendimiento y al final no se logró porque lastimosamente, algunos países enviaron gente sin capacidad de firmar”, dijo.
Bejarano sostuvo que incluso estos son hechos tangibles para la integración energética. Este memorando de entendimiento significa la tangibilidad de una integración energética regional real porque esto va a unir a una región completa, dijo.
Inversión estimada
El trazado tendrá una inversión estimada de USD 2.000 millones y este contará con 1.050 kilómetros, de los cuales 530 kilómetros pasarán por Paraguay, 110 kilómetros por Argentina y 410 kilómetros por Brasil. Inicialmente se prevé una inversión directa del sector privado y posteriormente realizar una licitación vía concesión.
“La propia implantación va a significar el empleo de maquinarias, mano de obra nacional y eso va a tener un canon territorial que también le va a dar una regalía al Estado paraguayo”, expresó Bejarano como beneficio directo, agregando que incluso la inversión del sector privado podría darse por una alianza público privada, para lo cual se estará trabajando.
Añadió que la propia implantación del gasoducto tendrá un repago con el peaje del energético. “Eso tiene un propio retorno a corto plazo, y en todas las hipótesis que hemos realizado tienen un repago de 8 a 10 años que es muy poco porque las concesiones de este tipo de negocios son a 30 años”, añadió.
Ayer jueves y con el objetivo de instalar un grupo técnico que evalúe la construcción del gasoducto que atravesará el Chaco paraguayo, los ministerios de Industria y de Obras de Paraguay firmaron un memorando de entendimiento con el Ministerio de Economía de Argentina.
Se espera que esta obra potencie la industria local, siendo un paso considerado como trascendental para el futuro energético del país, que conectará la oferta y la demanda, utilizando el trazado de la ruta Bioceánica.
Mercosur ampliará las listas de excepciones a los aranceles comunes
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Los países que conforman Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Bolivia) han aprobado la ampliación de las listas de excepciones arancelarias que aplica la unión aduanera a las importaciones, según confirmó el canciller argentino, Gerardo Werthein, al inicio de la cumbre de presidentes que este año se celebra en Buenos Aires.
“El Consejo del Mercado Común decidió ampliar las listas nacionales de excepciones al arancel externo común de los estados parte signatarios del acuerdo de Asunción”, afirmó Werthein. Para el Mercosur, se trata de un acuerdo “de gran relevancia” porque introduce flexibilidad manteniendo un esquema compartido. En concreto, se habilita la adaptación de cada país según sus pioridades a las nuevas realidades del comercio internacional sin perder un horizonte común.
En paralelo, se avanzó en el análisis de la coherencia y dispersión del arancel externo común, así como en la revisión de las tasas impuestas por los Estados parte. El objetivo es “dotar de mayor transparencia” al régimen actual para avanzar en la integración mundial.
Otra de las iniciativas consensuadas en la cumbre de presidentes de Mercosur ha sido la clarificación de los procedimientos relativos a los certificados de origen derivados de zonas francas o áreas aduaneras especiales con el fin de facilitar el comercio en la región, así como la simplificación de trámites aduaneros en los pasos fronterizos. En este sentido, los países han trabajado en una serie de medidas para que el sector privado pueda operar con libertad y sin condicionamientos.
El sector privado también cuenta con un papel clave en los ámbitos de la seguridad y de la energía. Mercosur está trabajando en la manera de conectar la creciente demanda de consumo energético de la región con las amplias fuentes de producción de Argentina, en concreto de Vaca Muerta.
Mayor apertura comercial
Los países de la unión aduanera se han referido al contexto de incertidumbre geopolítica en el que transitan las economías mundiales, incluidas las suyas, por medidas como las políticas arancelarias impulsadas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En este momento, buscar una apertura comercial con otras zonas del mundo es crucial para Mercosur.
Werthein ha recordado la finalización de las conversaciones que tuvo lugar el pasado miércoles entre Mercosur y los países que constituyen la EFTA (Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza), que “generará nuevas oportunidades económicas” y “brindará mayor seguridad jurídica para la estimulación de inversiones”.
Sobre el acuerdo con la Unión Europea, el canciller argentino ha confirmado avances: “Hemos promovido activamente los trabajos técnicos y jurídicos para alcanzar la pronta firma del Mercosur-UE”, declaró, con la vista puesta en que su firma se realice durante el segundo semestre de este año, en la presidencia de Brasil.
Al mismo tiempo, la expectativa es que a finales de año también se adelante la firma de un tratado de libre comercio con Emiratos Árabes Unidos, en la profundización en el tratado con Israel y en el acuerdo preferencial con la India. Por último, los países del Mercosur han iniciado una hoja de ruta con El Salvador, así como los primeros contactos con República Dominicana y Panamá para iniciar negociaciones.