Por Valentina Jara.
Apostando por una innovadora propuesta ya reconocida en España, la actriz y productora Rossana Bellassai compartió detalles sobre el estreno de la obra teatral “Encuentro cercano después del ocaso”, que llega a Asunción el martes 5 de noviembre, a las 20:30, en Sala La Correa, ubicada en Prof. Dr. Luis Alberto Garcete 1163 (continuación de General Díaz) casi Don Bosco.
“Es un drama con tintes cómicos. Es un encuentro entre dos personas completamente distintas, se encuentran en una plaza y hacen un match en algún momento”, comentó Bellassai, este viernes, en el programa “Arriba hoy”, emitido por el canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media, sobre la historia que presentará acompañada por Dany Pereira, todos los martes y jueves de noviembre a las 20:30, bajo la dirección de Daniel Gómez Prieto.
La actriz enfatizó que el encanto de la representación se encuentra en que es una obra corta y en que promueve el teatro entre semana, cosa que es inusual en nuestra ciudad. Anunció que las presentaciones se extenderán hasta mitad de diciembre, y que tienen altas expectativas sobre la pieza teatral. “Yo creo que nos va a ir bien, porque justamente es una propuesta distinta entre semana y la gente ya quiere salir de su casa en noviembre y diciembre, y yo creo que esta es una buena oportunidad”.
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Bellassai adelantó que la obra se trasladará a las pantallas en un cortometraje que será grabado en marzo de 2025 y proyectado en festivales internacionales. Así también, hay posibilidades de llevarla hasta España, donde ya obtuvo una mención especial en el IX Premio de Textos Teatrales Carro de Baco en 2022. “Mucha gente se va a sentir identificada con esta historia, a quién no le pasó, de encontrarse y de repente tener ahí un momento con alguien”, agregó la actriz.
Este proyecto producido por R al Revés y Ciudad Teatro ubica su trama en una plaza residencial de Asunción donde, al caer la tarde, dos almas solitarias se encuentran por casualidad: Aníbal (Dany Pereira), un hombre de 26 años, quien está absorto en un audiolibro, mientras que Betina (Rossana Bellassai), una mujer de 48 años, se enfrenta al atardecer con un cigarrillo en mano. Lo que comienza como un simple intercambio de palabras se transforma en una conversación profunda y reveladora.
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El arte de Lili Cantero llegó a la final de la Champions League
La artista paraguaya Lili Cantero participó con su arte en la final de la UEFA Champions League 2025, celebrada recientemente en Múnich (Alemania), donde el Paris Saint-Germain (PSG) de Francia alzó la copa de campeón ante el Inter de Italia, tras golear 5 a 0. La compatriota fue parte de una experiencia exclusiva del patrocinador oficial del torneo, que reunió a grandes figuras del fútbol mundial.
“Para mí fue un honor inmenso llevar mi arte a un evento de esta magnitud. Siempre que viajo con mis pinceles siento que estoy representando no solo mi trabajo, sino a todo Paraguay. Que mi país esté presente, de alguna manera, en la final de la Champions, es algo que me emociona profundamente”, expresó Lili.
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Durante el evento del pasado 31 de mayo, Cantero realizó una intervención en vivo, pintando piezas únicas inspiradas en la historia de la ciudad alemana de Múnich y en el legado de la Champions League. Entre las obras se destacaron vasos y gorras personalizadas con ilustraciones que capturaban la esencia del torneo y el espíritu del fútbol europeo.
Las piezas fueron entregadas como obsequio a leyendas del deporte como Roberto Carlos, Robert Pirès y Lieke Martens, quienes celebraron con entusiasmo el talento y la creatividad de la artista paraguaya. La experiencia culminó al día siguiente en el Champions Village del Allianz Arena, donde Lili continuó creando en vivo para invitados especiales, consolidando su presencia en uno de los encuentros más emblemáticos del deporte mundial.
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Conmemoran el Día del Locutor y Operador de Radio
Los estudiantes del tercer año de la Escuela de Locución Radial y Televisiva del Instituto Municipal de Arte (IMA) conmemoran el Día Nacional del Locutor y Operador de Radio, que se recuerda cada 9 de junio, con el conversatorio “Locutores en el arte”, que se realizará este lunes a las 19:00 en el auditorio “Mercedes Jané” del IMA, ubicado en Presidente Franco y Montevideo, en Asunción, con acceso libre y gratuito.
El encuentro contará con la participación de dos figuras destacadas de la escena nacional: Marlene Sautu, actriz, guionista, directora de teatro, cine y música, y reconocida DJ bajo el personaje “Abuela DJ”; y Jorge Ratti, locutor, humorista, conductor de radio y televisión, también vinculado al mundo de la música como DJ.
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Durante la jornada se abordará la relación entre la locución y las prácticas artísticas, así como los desafíos que enfrentan los profesionales de la voz al integrar su labor comunicacional con proyectos creativos en distintos lenguajes del arte. A través de este conversatorio, la comunidad educativa de la Escuela de Locución propone celebrar el talento, la pasión y el compromiso de quienes dan vida a la radio y a los medios con su voz y presencia.
En Paraguay, cada 9 de junio se conmemora el Día del Locutor, fecha en la que se fundó la Alorpa (Asociación de Locutores y Radio Operadores del Paraguay) en el año 1951. La fundación tuvo lugar en el antiguo local de Radio Cáritas, frente a la Iglesia de San Francisco en Asunción.
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Se despide la Feria Internacional del Libro
La Feria Internacional del Libro – FIL Asunción 2025 baja el telón este domingo, en el horario de 11:00 a 21:00, con las últimas once actividades, así como la última oportunidad de recorrer 120 estands y descubrir ofertas en libros, en el Centro de Convenciones Mariscal (J. Eulogio Estigarribia esquina Charles De Gaulle), con acceso totalmente libre y gratuito.
Programa del domingo 8 de junio
15:00. Lanzamiento del libro “Mi parte miedosa”. Belén Carrizosa. Books. Salón “Homenaje a la Guarania”.
16:00. Cuentacuentos y exposición de trabajos artísticos, sello Loqueleo Santillana. Violeta Balbuena. Salón “Homenaje a la Guarania”.
16:00. Teatro «El río dejó de llorar», de Nelson Arce. Salón “Homenaje al Idioma Guaraní”.
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17:00. Cuentacuentos. Verónica Abente. Books. Salón “Homenaje a la Guarania”.
17:00. Presentación del libro “Filón de amor”, de Divaldo Pereira Franco y Joanna de Angelis. Gabriel Lezcano y Joaquín Lezcano. Arami Libros. Salón “Homenaje a la Interculturalidad”.
17:00. Taller intensivo de microrrelato «De golpe y porrazo». Osvaldo Olivera y Estela Kobs. Escuela de Artes Literarias (ISBA). Salón “Homenaje al Idioma Guaraní”.
17:00. Presentación del libro “Manifestaciones prepolíticas de malestar campesino. Región Guairá-Caazapá”. Claudio Fuentes Armadans. Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI). Salón “Homenaje a la Educación Inclusiva”.
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18:00. Presentación de los libros “Campesinas en Paraguay” y “Origen histórico de la comunidad rural Costa Alegre de Itá (1848-2024)”. Milena Pereira Fukuoka y Claudio Fuentes Armadans. Centro de Estudios Rurales Interdisciplinarios (CERI). Salón “Homenaje a la Interculturalidad”.
18:00. Presentación del libro “Nos debemos Buenos Aires y otros versos”. Carmen Cáceres, Osvaldo Olivera y José Chirife. Escritoras Paraguayas Asociadas (EPA). Salón “Homenaje a la Guarania”.
19:00. Presentación del libro “Periodismo y libre expresión bajo fuego de la narcocracia”. José María Costa y Élida Acosta Dávalos. Nery Peña, La Biblioteca. Salón “Homenaje a la Interculturalidad”.
19:00. Charla/Conversatorio Encuentro entre PEN Paraguay y Gabriel Seisdedos, Presidente de PEN Argentina. Salón “Homenaje a la Educación Inclusiva”.
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Daniel Burman: “El cine revela las cosas que la sociedad niega”
- Fotos: Pánfilo Leguizamón
En esta edición del programa “Expresso”, del canal GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe al director de cine argentino Daniel Burman, quien se encuentra de visita en nuestro país por razones de trabajo. Además de algunas de sus producciones y de la función del cine en nuestros tiempos, Burman habla de la construcción de la identidad y de la necesidad de que la sociedad aprenda a sentir como propio el dolor de los otros.
Daniel Burman nació el 29 de agosto de 1973 en Buenos Aires; es conocido por la serie “Iosi, el espía arrepentido” (2022), así como las películas “Esperando al mesías” (2000), “Todas las azafatas van al cielo” (2002), “Derecho de familia” (2006), “El rey del Once” (2016), además de “El abrazo partido” (2004), galardonada con el Gran Premio del Jurado del Festival de Berlín. Otros títulos destacados: “El nido vacío” (2008), “La suerte en tus manos” (2012), “Dos hermanos” (2010), “El misterio de la felicidad” (2013). Su último trabajo es “Transmitzvah” (2024).
–Hay mucho que hablar de cine, pero mi primera pregunta es bien provinciana. ¿Qué le trae por el pueblo, don Daniel?
–Un montón de cosas. Es muy curioso. A veces en mi actividad ocurre que hay algo que va más allá de lo racional y hay una alineación de proyectos que te empiezan a llevar a todos lados. Ahora hay tres proyectos muy importantes en diferentes etapas que me empezaron a traer para Paraguay. Todo empezó con Andrés Gelós, que es un gran amigo y colega y colaborador que me viene hablando de Paraguay hace muchos años. Yo no conocía a Asunción, es increíble, estando a una hora y media. Entre paréntesis, es impresionante el desconocimiento que tenemos de un país hermano, vecino, que cuando entré a Asunción no tenía nada que ver con el prejuicio o el preconcepto. Me quedé muy sorprendido de lo que tiene que ver con el sector audiovisual del enorme potencial, el enorme presente también, porque el potencial siempre habla como de algo por venir. Lo que está sucediendo con el audiovisual en Paraguay y las posibilidades que se están abriendo en esta coyuntura son increíbles.
–Este vaticinio de que la pandemia en algunos aspectos era un punto de inflexión en nuestra manera de ver, de reflexionar las historias, ¿sucedió?
–No, no sucedió, no va a suceder y tiene todo el sentido porque uno de los mecanismos más comunes que tenemos todos y más activos, más presentes, una de las mayores herramientas de su providencia es la negación. Vivimos en estado de negación permanente, primero negamos quiénes somos todo el tiempo y también ni hablar de las situaciones externas que la vivimos negando. Entonces era de esperar que neguemos la pandemia, el efecto traumático y, sobre todo, neguemos lo que nos reveló sobre nosotros mismos, sobre nuestra vulnerabilidad, sobre su fragilidad y tiene un sentido. No juzgo ese mecanismo. La supervivencia incluso en condiciones óptimas de alimentación y sanitarias es muy compleja por la propia crisis existencial de estar, con lo cual entiendo que hayamos tirado en un abismo todo aquello que aprendimos en esos tiempos tan dramáticos.
IDENTIDAD POLIFACÉTICA
–Estaba reflexionando de que Argentina debe ser de los cines, después de Hollywood probablemente, obviamente Israel supongo, que más incurren en la temática judía.
–Tiene que ver con que hay una comunidad judía muy grande y también una diferencia con las demás comunidades judías. La dicotomía identitaria no ha existido en gran parte de la comunidad. Yo siempre he sido judío y argentino al mismo tiempo y nunca me puse a preguntar cuánto había de cada uno, no hay ninguna dialéctica digamos porque también creo personalmente que la identidad es absolutamente polifacética y soy judío y soy padre y soy hijo y soy argentino y soy una persona de cuentitos y soy un montón de cosas y no soy nada al mismo tiempo. Soy la persona que busca saber quién es como cualquiera de nosotros. Creo que tiene que ver con eso, que también no nos tuvimos que aferrar a esa identidad de una manera reactiva. Encima viniendo del país que sufrió los atentados terroristas más cruentos contra la comunidad judía fuera de Israel.
–Quiero detenerme en “Iosi”, una de las series más vistas acá en Paraguay. Fue un episodio muy fuerte a partir de toda esa fortaleza que tuvo unos años de incertidumbre al respecto de si se hacía justicia o no se hacía justicia, ¿no?
–Sí, no se hizo justicia finalmente. Y creo que también lo que quise reflejar, o sea, la sociedad argentina se anestesió ante la falta de justicia y que la impunidad formó parte de la identidad colectiva. Es algo tremendo. Pero me parece importante que la impunidad no es responsabilidad de un político o de una época política, es de una época de la sociedad en la cual la gente estaba anestesiada y admitía que la impunidad era un activo social con el cual se podía vivir y muy bien.
–Que tiene un pariente, que es el miedo.
–Ojalá fuera el miedo. Yo creo que es más la desidia, porque básicamente nadie soporta la impunidad respecto a uno mismo. Las víctimas nunca soportan la impunidad, esto está claro. El chiste es que la sociedad que no es directamente influenciada por un hecho lo sienta como propio. A mí me fascina el concepto de Spinoza sobre la escala del amor y la generosidad. Uno puede amar a cualquiera pero la generosidad es actuar como si uno amara al otro. Esto es lo mismo, que la sociedad actúe como si hubiera sido lesionada ella misma y cuando eso se desarticula puede existir la impunidad. Entonces básicamente hablamos de un cierto quiebre en el contrato social, de cierta dilución de una empatía.
VERDADES OCULTAS
–¿Te parece que el cine sigue reivindicando el lugar de la verdad?
–Una de las misiones del cine, porque cristaliza de manera física y evidencia ciertas verdades o a contrario sensu, que es más fácil porque darle un lugar de portador de verdad es un poco riesgoso, evidencia estos momentos de impunidad, estos momentos de la verdad que es mirada o atacada, que no es lo mismo que ser un lugar de definición de verdades. Yo en “Iosi” no digo “el atentado lo hizo tal persona”, porque la Justicia es la que tiene que hacer eso. Yo lo que digo es que durante 30 años se construyó una conspiración de actores muy diferentes de la sociedad, todos alineados de manera sincronizada para garantizar un pacto de impunidad. Hay una verdad que no conocemos y el cine puede develarnos las verdades ocultas.
–¿Cuándo fue la vez en tu vida, para hablar de tu historia personal, que dijiste “yo quiero hacer cine”?
–No existió ese momento y es bastante decepcionante cuando me preguntan eso, porque yo quería ser escritor. Yo tengo una fascinación por la literatura, me encantaba escribir y todavía la verdad que escribo y siempre digo a mis hijos “cuando sea grande me dedicaré a ser escritor” y me miran y me dicen “cuánto falta para eso” (risas). Escribía, pero en cierto momento sentí que tenía que transformarlo en un ambiente para contarle algo a alguien. Tengo el recuerdo de esperar que mi madre llegue del trabajo para contarle algo, la fascinación de contar algo. Y tomé cine como un instrumento, que podría haber sido cualquier otro. Nunca tuve una fascinación por el dispositivo cinematográfico y de hecho hoy no la tengo. Tengo una relación totalmente instrumental. No hay nada que me aburre más que hablar de una cámara. Cuando viene el fotógrafo y me dice ¿salió tal lente? Ni me cuentes. Mi relación con el cine es instrumental y de puente.
LA FIGURA DEL HÉROE
–Quiero continuar con tu obra y quedarme en “El abrazo partido”, porque además es un juego de palabras muy bonito.
–“El abrazo partido” me dio muchísimas satisfacciones y me cambió la vida. Fue la película donde dije “soy algo así como un director de cine”. Siempre parto de un dilema moral irresoluble. Yo cuando era chico vivía en el barrio judío de Once de Buenos Aires y había escuchado una historia que nunca se termina de saber si fue verdadero, pero me inspiró la película de que en la época de la guerra de los Seis Días hubo muchos judíos argentinos que dijeron “vamos a luchar por Israel” y en esa época se tardaba en llegar. Muchos llegaron después del sexto día y la guerra ya había terminado. Y alguno dijo “bueno, me quedo” y dejó una familia con un local. A mí esos dilemas de ir a luchar por un ideal dejando una familia, la idea de ir a salvar al mundo, pero abandonar tu responsabilidad más próxima, siempre desconfié. Siempre desconfié mucho de los héroes porque para mí son gente que se escapó de la casa, que no quiere asumir o que prefiere ir a salvar las ballenas en Australia en lugar de cuidar a su hijo de cuatro años y explicarle ciertas cuestiones existenciales.
–¿Qué cosas está mirando el cine?, ¿qué profecías está haciendo te parece?
–Yo creo que el cine no hace profecías. Yo creo que mucha gente que hace cine tenemos una conexión con nuestro tiempo. Entonces, no somos proféticos, sino revelamos cosas que la sociedad niega. Niega por el frenesí, por la falta de debate, por la agenda. Normalmente cuando uno va a promocionar una película, lo que te sucede hoy día es que la mayoría cuando vas a un programa de televisión te dice “la agenda de hoy es muy política, la agenda es otra cosa”. Yo creo que somos nuestra agenda. Estoy bien convencido de que somos qué hago hoy, somos eso y cómo tratamos al otro en ese eso y nada más.
EXPERIENCIA SOCIAL
–Dentro de unos años tendremos personas que pudieron no haber ido al cine, pero igual haber visto todas las películas del mundo. ¿Cómo te llevás con esos cambios?
–Tengo contradicciones al respecto. Por un lado, la idea de la masividad y la posibilidad de cuando pongo una serie y que pueden verla en cualquier parte del mundo y toda la penetración que tiene y el acceso que tiene porque sigue siendo un lujo burgués finalmente, pero tiene un acceso muy grande. Pero yo recuerdo que cuando estrenaba una película, mi mayor placer era salir y ver la gente llegando al cine. Había un momento de su vida que giraba en torno a ese evento y todo lo que significaba y que ahora todo se pueda hacer desde la cama comiendo una pizza. No es que me afecta a mí, me da pena que nos estemos perdiendo todo eso, porque en ese circular había un contacto humano, una circulación.
–Es como que se perdió el templo, ¿no?
–Se perdió el templo, pero lo mío no es la cuestión romántica, sino que nos perdimos una experiencia social que para eso nació, de a quiénes tengo al lado, que me encuentro con alguien, el tránsito con el otro, que lo vamos perdiendo. A mí eso me da pena, pero no por el cine en sí mismo, sino por la pérdida social, porque se van perdiendo y eliminando momentos de contacto humano, de contacto real.
HERMANDAD ESTÉTICA
–¿Te parece que hay un cine regional identificable como un corpus o hay experiencias aisladas?
–Yo siempre desconfío un poco del cine del hermano latinoamericano. Me parece que nunca terminé de entender por qué no podemos ser unidos, cercanos, colaborativos desde nuestra singularidad. Me parece que también es una pose totalmente innecesaria y es una retórica que el goce está en un supuesto sentimiento de hermandad estética o narrativa que no hay. Lo hubo en la literatura en cierto momento. Desde afuera nos miran como latinos, pero ¿nos tenemos que sumar a esa mirada? ¿O tenemos que reivindicar nuestra singularidad y tener una mirada más pragmática de colaboración entre los países para hacernos más fuertes en todas las cinematografías, generar hub de producción?
–¿Cómo está el cine argentino?, que siempre fue productivo.
–Creo que está en el momento más delicado de su historia. La interrupción del fomento público generó una crisis muy grande. El cine argentino hoy día se sostiene básicamente por el aporte de las plataformas y me gusta. Prefiero pensar que de alguna manera el sistema de fomento público de alguna manera se va a reinventar para lograr que personas como yo, que hemos sido hijos de la educación pública y hemos contado con apoyo, después podamos crear como yo compañías de producción independiente, pero el aporte público es el puntapié. Hay que entender que una cinematografía es mucho más que lafacturaciónoel valor agregado que genera porque tiene un enorme impacto cultural y sobre otras industrias.
–Hay una especie de desvalorización de lo público también, ¿no?
–Latinoamérica es un continente, y ahí sí estamos hermanados, con abismales asimetrías irresolubles por el mercado. Esto no es una posición ni ideológica ni política, es absolutamente descriptiva. Hay comunidades, hay espacios, hay territorios, que además de las cuestiones de asimetrías históricas, están bajo riesgo por cuestiones climáticas. Ahí la sociedad, más que el Estado, puede tener una decisión de si como humanos tenemos una empatía y queremos entre todos ayudarnos. Es una cuestión humanística y no política.