Elenco de la película basada en la guerra de la Triple Alianza titulada “Ignacio: Mi tierra, Mi sangre” celebró el cierre de su rodaje en un salón de eventos asunceno, el martes último. El elenco estuvo acompañado de algunos uniformados, pues este proyecto audiovisual contó con el apoyo de las Fuerzas Militares.
La dirección estuvo a cargo de Dan Morínigo y Giselle Machado; la película relata la vida de un niño de 12 años que combatió en la guerra grande. El protagonista de la cinta es Ezequiel Báez, quien interpreta a Ignacio, otras personalidades que hacen parte del elenco son: Mario Toñanez, Martín Oviedo, Lourdes Torres y más.
El adelanto del filme nacional se estrenó a mediados de agosto, la cinta llegará a los cines en mayo del 2024. “Es una película que fue declarada de interés nacional por parte de la Honorable Cámara de Senadores y de interés artístico por la Honorable Cámara de Diputados del Paraguay”, según informó la productora “Su imagen”.
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Sinopsis
Paraguay en 1870, Ignacio, un niño de 12 años, que vive en un pequeño pueblo de Piribebuy durante la guerra con su familia. Su papá, un soldado y maestro escolar del pueblo, su madre como maestra reemplazante cuando estalla la guerra.
En medio de la contienda, Ignacio se separa de su familia, debe enfrentar el horror de la guerra y sobrevivir en un entorno trágico y peligroso, pero su determinación por encontrar a su familia lo mantiene vivo y le da la fuerza para seguir luchando. Su mamá se une a la caravana en busca de su hijo desaparecido, enfrentando los desafíos y peligros de la guerra para reunirse con Ignacio.
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Mito o realidad: los tesoros enterrados de la guerra contra la Triple Alianza
A más de 153 años del término de la Guerra de la Triple Alianza, la persistencia por la búsqueda de tesoros continúa en Paraguay. Parte importante de la ciudadanía se encuentra con el convencimiento pleno de la existencia de tales tesoros y no escatima recursos ni esfuerzos en la búsqueda de estos valores, muchas veces, poniendo en riesgo su vida.
Este artículo de Mito o Realidad busca dilucidar la existencia o no de tales tesoros desde la perspectiva del historiador Claudio Velázquez Llano, miembro de la Asociación Cultural Mandu’arã, quien realizó una investigación al respecto y la ponemos a disposición de nuestros lectores.
Elisa Lynch y el tesoro secreto
Con posterioridad a la Guerra de la Triple Alianza, en numerosas ocasiones se insinuó que Lynch tenía conocimiento de un importante tesoro enterrado en Paraguay. Aparentemente se trataba del tesoro con pertenencias de Francisco Solano López. En una ocasión, Lynch informó a emisarios paraguayos en París, en 1874, que podía hacer revelaciones acerca de dinero que pertenece al Estado y del que nadie sabía. Higinio Uriarte, que llegó a ser presidente de Paraguay, llegó a sostener “ella debe conocer algunos entierros [de tesoros] realizados por López”.
Todas estas intrigas despertaron el interés del presidente Juan Bautista Gill, quien mantuvo correspondencia con la misma y la invitó a Paraguay según dos misivas fechadas el 23 de marzo de 1874 y el 11 de julio de 1874. Pero, de acuerdo a Lillis y Fanning (2010), los amigos de Elisa le insistían que no viaje a Paraguay porque las cartas de Gill son “una trampa para tomar el control de su persona y forzarle bajo tortura a revelar sitios de entierros de dinero y joyas que, según afirmaba la prensa, conocía íntegramente”.
A Gill le importaba el supuesto tesoro y a Elisa recuperar algunas de sus propiedades confiscadas por el Estado al término de la Guerra. Finalmente, en octubre de 1875, Elisa volvió a Paraguay pero no logró recuperar ninguna propiedad, ni Gill logró saber del supuesto tesoro.
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Tesoros de otro tipo: vinos
En abril de 1869, ya con Asunción ocupada por los aliados, se reporta la existencia de un supuesto tesoro enterrado de abundantes joyas en Trinidad. Un informe de la fecha refiere que se “ordenó que fuese un oficial acompañado de escolta al lugar indicado para, en caso de que hallaren los valores, sean recogidos de aquella repartición una vez cumplida la misión”. Agrega que se encontró “un depósito pequeño de vinos, que fue destinado para los hospitales”.
Otra situación reportada, pero en Piribebuy, refiere que tras la batalla del 12 de agosto de 1869, cuando allanaron la casa donde provisoriamente residió Lynch, se encontraron con una “habitación llena de artículos ricos, porcelanas, camas doradas y un piano en buen estado”. También se hizo una excavación en el patio de la vivienda en búsqueda de otro tesoro y nuevamente hallaron una “gran cantidad de vinos delicados y licores”. Estos hallazgos reportados indican que, en algunas familias pudientes, era común tener lo que se conocía como cavas: los depósitos donde se guardaban vinos.
Recientemente, en trabajos de mantenimiento realizados en el Palacio de López, se halló una bóveda cerrada, que posiblemente fue cerrada entre fines de los siglos XIX y XX. Se trataría de un sitio para depósito de bebidas.
Julián Nicanor Godoy
Al hablar de supuestos tesoros durante la Guerra de la Triple Alianza, es imposible no traer a colación la vida del teniente coronel Julián Nicanor Godoy, narrada por el historiador Alberto del Pino Menck.
Godoy se destacó por participar activamente en los enfrentamientos de la Guerra de la Triple Alianza y por haberse adjudicado “la misión de dirigir el enterramiento de valores y elementos diversos en la zona central cordillerana, en los escasos meses en que se mantuvieran inactivas las operaciones bélicas en 1869. Al parecer, Godoy tuvo actuaciones sigilosas nunca suficientemente aclaradas, en la zona de San José de los Arroyos”, refiere Del Pino.
Él sobrevivió a la guerra y se radicó en Areguá, donde pasó una vida opulenta. Aparentemente, contaba con una fortuna importante cuyo origen el lector sabrá interpretar.
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Chaperón y sus cargamentos
El cónsul italiano Lorenzo Chaperón sacó en el buque Confidenza joyas de familias italianas y paraguayas, que nunca volvieron a saber de estas. Incluso, se menciona que como consecuencia de esto Chaperón terminó asesinado años después en Buenos Aires, Argentina.
Sistemáticos saqueos de Asunción
El primer día de 1869 llegaron a Asunción aproximadamente 1.700 hombres que se dedicaron a saquear la ciudad. Algunas casas contaban con lujosos muebles y artículos de decoración, objetos de arte, pianos, además de vajillas y ropas de fina calidad.
Diferentes fuentes hablan de un saqueo total de parte de los brasileños. Los argentinos se instalaron inicialmente en Santísima Trinidad y su jefe, Emilio Mitre, no pretendía formar parte de los saqueos, que se realizaban incluso durante la noche. Ni el Cementerio de la Recoleta pudo salvarse, las tumbas eran saqueadas en búsqueda de uniformes, amuletos y hasta dientes de oro.
La gran cantidad de saqueos testimoniados dan la pauta de que no hubo tiempo suficiente para planificar el ocultamiento de pertenencias. Es posible que alguno haya podido hacerlo, pero en situaciones de mucha dificultad.
Carrozas de tesoros hacia Amambay
Un fragmento del periódico El Jornal do Commercio de Río de Janeiro, de setiembre de 1869, hace alusión a que “un oficial del regimiento San Martín encontró unas botas de López bordadas en oro, con chapas de metal y diseños de mucho gusto y riqueza. La silla toda decorada, freno, estribos de oro macizo, con sus iniciales”. Más que tesoros, se trataban de artículos de propiedad personal de Francisco Solano López.
El historiador Juan E. O’leary, en su obra cumbre “El Libro de los Héroes”, narra el testimonio del combatiente José María Romero, quien formó parte de la 5ta División al mando del coronel Juan Bautista Delvalle. Esta supuestamente transportaba armas y municiones con la orden de ocultarse y resguardar la carga del enemigo.
Luego de la muerte de Francisco Solano López, el 1 de marzo de 1870, los brasileños tomaron conocimiento de su ubicación y los ejecutaron, salvo al entonces capitán Miguel Alfaro. “Escapó con vida el entonces capitán, después coronel, Miguel Alfaro, quien con un rico reloj de oro sobornó al sargento que lo custodiaba, huyendo en la grupa de su caballo”. ¿De dónde obtuvo el reloj de oro? Una de las respuestas podría ser que lo extrajo del cargamento que transportaba, que no era de armas, sino de valores. Romero también logró escapar con vida y volvió a San Lorenzo.
De sepulturero a buscador de tesoros
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Francisco Lino Cabriza fue el encargado de enterrar al Mariscal en Cerro Corá. No fue Elisa Lynch en medio de una tormenta, sino este oficial paraguayo que tenía la particularidad de ser bueno cavando.
En la postguerra, y dada su fama, el poderoso Juan B. Gill lo mandó a buscar tesoros en propiedades ajenas. Es así que llegó a la propiedad de Eduardo Aramburu, quien se encontraba preso y de quien se decía tenía una importante cantidad de dinero que le habían mandado de Europa. En todo momento se pensó que esas ganancias estaban en Paraguay, pero nunca llegaron a confirmarse.
Pagos con especias o mercaderías
En el periodo colonial y parte del independiente, la moneda no era muy frecuente de circulación. No había una tradición monetaria afianzada y los pagos generalmente se hacían con especias o se recurría al trueque de mercaderías.
Durante la larga dictadura de José Gaspar Rodríguez de Francia, Paraguay estuvo cerrado al comercio exterior, consecuentemente esto produjo una escasa circulación de oro y el recurrente uso del trueque para adquirir valores. Es cierto que Carlos Antonio López abrió Paraguay al mundo y aumentó notoriamente el comercio, pero aun así es difícil que en tan breve tiempo haya aumentado en demasía la circulación de monedas. Incluso, se menciona que a los británicos venidos de Europa a trabajar en Paraguay se les pagaba con yerba mate en ocasiones.
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Estos hechos deben ser tenidos en cuenta al momento de analizar la posibilidad de la existencia de tesoros ocultos de la Guerra de la Triple Alianza. A decir del historiador Luis Verón, Paraguay no era precisamente un país rico y donde abundaba el capital. A lo mucho, algunas familias de clase media para arriba contaban con valores consistentes en joyas de plata, jarras y utensilios valiosos. Pero no en cantidad importante como para constituir un tesoro de alto valor.
Las apresuradas órdenes de evacuación y el seguimiento no permitían a los pobladores enterrar debidamente sus pertenencias y menos contar con mapas de ubicación.
Plata yvyguy
La plata yvyguy o enterrada es una leyenda alimentada fuertemente desde la Guerra de la Triple Alianza y que vincula tesoros enterrados con actividades sobrenaturales. Según la leyenda, la presencia de estos tesoros se hace manifiesta a través de llamas que aparecen repentinamente ante los que están llamados a desenterrarlo.
Otra versión apunta a la aparición de un perro blanco, de pelo corto y sin cabeza, que es señal indiscutible de la existencia de un tesoro. Esta creencia perdura hasta hoy y personas que acrecentan su capital repentinamente lo explican con el hallazgo de plata yvyguy.
Desde principios del siglo XX, era frecuente encontrar publicaciones en diarios locales sobre personas que decían tener conocimiento de sitios de probable ubicación de tesoros. Incluso, había un trámite que debía hacerse ante el Ministerio del Interior previo a la excavación en busca de tesoros existentes en Paraguay.
Interrogando al Pasado
En octubre del 2021, se publicó una colección de 8 libros denominada “Interrogando al Pasado”, que trae entre sus anexos un supuesto mapa de la Quinta de Santísima Trinidad, donde se ubica la Casa Carrillo y unas bóvedas que aparentemente contienen tesoros, según su descripción.
“Boveda I y II. Tesoros de la Nación y de las antiguas reducciones. Aquel de buen corazón y con amor a la patria lo encontrará. Dios lo guarde”, dice el mapa, que forma parte de la colección y cuya autenticidad es cuestionada por la Academia de Historia del Paraguay.
“Proveniente de una o diversas fuentes de falsificación, pero con dos o tres destinatarios distintos, se ha producido y se sigue produciendo casi por encargo, para satisfacer vanidades de personas o familias, dando a personajes históricos conocidos rasgos y honores que jamás tuvieron, narrando situaciones y conversaciones imposibles, así como inventando de la nada otros personajes e historias, a total placer del consumidor final, que paga en efectivo por todo esto”, reza la Asociación sobre la publicación.
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Conclusiones
Al poco tiempo de terminar la guerra, hubo varias personas (muchas vinculadas al gobierno) interesadas en ubicar los supuestos tesoros enterrados. Durante la última fase de la contienda, entre los cargamentos transportados se llevaban objetos de valor, pero las dificultades mismas del tránsito y el hostigamiento constante de los invasores hicieron que parte de ellos se pierdan y que no se encuentre una fuente que los tenga inventariados.
Otra parte fue enterrada en algunos parajes del camino, el caso del teniente coronel Nicanor Godoy nos da la pauta de esto. Una parte del cargamento aparentemente llegó hasta Cerro Corá, con la división del coronel Delvalle, que fue saqueada el 03 de marzo de 1870.
Es difícil creer que el supuesto cargamento enterrado durante el tránsito haya permanecido enterrado durante mucho tiempo. Al término de la guerra, parte de los sobrevivientes habrán hecho el mayor esfuerzo en ubicarlos, por las condiciones económicas mismas de los sobrevivientes.
La sociedad paraguaya no era de mucho capital, tampoco de excesiva moneda circulante. Esto descarta las posibilidades de grandes y numerosos tesoros enterrados por el país. Los que poseían capital y cargamentos de valores estaban vinculados al gobierno. Algunos reportes de batallas desarrolladas en mayo de 1869 citan a mujeres que llevaban sus escasas pertenencias con ellas y no mencionan que las enterraran.
La posibilidad de planificar y organizar entierros de valores en sitios apropiados y registrarlos en mapas era escasa, primero por el dinamismo y movimientos constantes de la Guerra en sus últimas fases. Por otro lado, el Gobierno desarrollaba un férreo control de todos sus ciudadanos. Esto también descarta la posibilidad de que los ciudadanos puedan hacer grandes excavaciones enterrando gran cantidad de valores.
La creencia de que estos tesoros son posibles de encontrar a partir de grandes excavaciones es muy poco probable. También se debe tener en cuenta que parte de los cargamentos de valores fueron sacados del país. Para esto, los propietarios se valieron de diplomáticos y comerciantes.
La clandestinidad e irresponsabilidad con la cual se recurre frecuentemente a la búsqueda de valores es grande. El Estado, a través de la Secretaría Nacional de Cultura, debe desarrollar campañas de concienciación y aplicar sanciones ejemplares a quienes atenten contra el patrimonio. Si este flagelo persiste, llegará un momento en el que un patrimonio cultural (no precisamente vinculado al oro) sea afectado de manera irreversible.
(*) La imagen principal corresponde a un archivo gentileza de la historiadora Ana Barreto.
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Galardonado libro sobre la Triple Alianza llega a FIL Asunción
El sábado 6 de julio, a las 18:00, se presentará el libro “Historia, fotografía y guerra. Un estudio sobre la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay” de María Belén Strassera y José Ignacio Sánchez, en la Feria Internacional del Libro - FIL Asunción 2024, en el auditorio “Félix de Guarania” del Centro de Convenciones Mariscal (J. Eulogio Estigarribia esquina Charles De Gaulle), con entrada libre y gratuita.
El historiador local Hérib Caballero Campos será el encargado de la presentación de la segunda edición ampliada del libro, que publica Arandurã Editorial, y que fuera galardonado con el Premio a la Investigación Latinoamericana en 2019, otorgado por el Centro de Fotografía (CdF) de Montevideo (Uruguay).
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Este ensayo se inscribe en aquellos estudios iconográficos que analizan la representación de hechos históricos a través de las imágenes. La obra, publicada originalmente en diciembre de 2021, analiza la representación fotográfica de uno de los hechos más trágicos de la historia sudamericana: el conflicto bélico entre Paraguay, Brasil, Argentina y Uruguay a mediados del siglo XIX.
Con el prólogo de la doctora Cora Gamarnik, con 40 imágenes de diversos autores y a través de 145 páginas estructuradas en tres grandes capítulos temáticos: La historia y la fotografía, La guerra y la fotografía, y Un estudio sobre la fotografía durante la Guerra de la Triple Alianza contra Paraguay, los autores desarrollan un relato donde la fotografía, como técnica visual de registro y como dispositivo mediático, juega un papel relevante y revelador, tanto en el frente de combate como en los estudios fotográficos de la retaguardia.
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“Sangre, gloria y honor” reúne poesías sobre la Guerra Guasú
El lunes 26 de febrero, a las 19:00, será presentado el libro “Sangre, gloria y honor. Antología poética de la Epopeya del 70″, compilación realizada por Juan Marcelo Cuenca, bajo el sello editorial Línea de Tiempo, en el salón auditorio “Mcal. Estigarribia” del Ministerio de Defensa Nacional, sito en avenida Mariscal López casi General Santos, en Asunción.
El material reúne poesías de reconocidos y consagrados autores paraguayos y extranjeros de distintas épocas y generaciones; que ilustran paisajes, sucesos, personajes, combates y consecuencias de la Guerra de la Triple Alianza, con la belleza del verso y la prosa, tanto en español como en el dulce idioma guaraní.
Esta obra expone, a través de la lírica poética; el discurso y la memoria, registrados en el transcurso del tiempo como testimonio imperecedero de expresión respecto a la guerra y sus consecuencias, tanto como homenaje, exaltación, denuncia y condena.
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En la ocasión se referirán a la obra, Javier Viveros, escritor y ministro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas (SPL); el profesor Feliciano Acosta y el compilador. El momento artístico estará a cargo de la embajada artística del Ministerio de Defensa Nacional.
Juan Marcelo Cuenca, es gestor cultural e investigador sobre la historia paraguaya; ya tiene publicadas otras obras historiográficas, “La última invasión - El conflicto por los saltos del Guairá” (2017) y “De la pluma al micrófono” (2018); y es conductor del programa radial “Paraguay Eterno” sobre historia nacional.
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Devolución del Cañón Cristiano no depende de la voluntad de Ejecutivos, sino del Congreso brasileño
Por Lourdes Torres - Periodista - lourdes.torres@nacionmedia.com
En la última sesión ordinaria de la Cámara de Diputados, el plenario aprobó sobre tablas un pedido de declaración que insta al Poder Ejecutivo a iniciar acciones ante el Gobierno de la República Federativa del Brasil, tendientes a la devolución del Cañón Cristiano”. Al respecto, Claudio Velázquez, especialista en historia militar contemporánea señaló que si bien es una iniciativa interesante y oportuna, no está en potestad ni del presidente Santiago Peña, ni de Luiz Inácio “Lula” Da Silva resolver este asunto, que lleva más de 150 años de reclamo por parte de Paraguay.
En comunicación con el diario La Nación/Nación Media, el historiador explicó que la devolución del “Cañón Cristiano”, que era patrimonio paraguayo y fue llevado al Brasil como trofeo de guerra, debe ser descatalogado del registro de patrimonios del vecino país para que sea devuelto y esto solamente el Congreso Nacional vía proyecto de Ley promulgado podrá realizarse.
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El especialista señaló que el proyecto de declaración sancionado por la Cámara Baja es una medida legislativa que busca ahondar esfuerzos como para buscar recuperar un patrimonio cultural e histórico paraguayo que está desde hace más de 150 años en poder del Estado de Brasil. Haciendo una breve reseña histórica, recordó que el Paraguay en el marco de la guerra contra la Triple Alianza, construyó cuatro grandes cañones: el General Díaz, el Criollo, el Akä Verá, y el Cristiano.
“Este cañón Cristiano tenía la particularidad que fundirse el mismo, se utilizaron las campanas de las iglesias, de ahí que viene su nombre, Cristiano. La finalidad del Cañón Cristiano era tener la potencia que permita perforar los buques acorazados brasileños. El Brasil tenía una flota de buques con una potente tecnología y unas fuertísimas corazas y eran imposibles hundirlos sin perforar esas corazas. Con esa misión es que se construyó el Cañón Cristiano”, relató el historiador.
Mencionó que lastimosamente el cañón Cristiano tuvo un muy corto tiempo de pelea durante la guerra grande, un periodo menor a un año de los 5 que duraron la guerra; debido a la caída de la Fortaleza de Humaitá, que ocurrió a mediados de 1868. “Lastimosamente no se pudo utilizar por mucho tiempo este cañón que estuvo ubicado en el fuerte de Humaitá, en Ñeembucú, donde defendía el río Paraguay. Pero no llegó a usarse un año, luego de que cayera el fuerte”, indicó.
Brasil catalogó como patrimonio
Velázquez mencionó que de acuerdo a las investigaciones y sondeos que se hicieron con varios historiadores, el Brasil tiene catalogado como patrimonio el cañón Cristiano, y de hecho se exhibe en el Museo Nacional de Historia, en Río de Janeiro. Explicó que para que se pueda devolver el cañón a Paraguay, han explicado ya varios historiadores que se deberá descatalogar primeramente del patrimonio del Brasil.
“Esa descatalogación se tiene que hacer por Ley, de ahí que mucha gente tuvo la esperanza que al asumir Lula Da Silva, y en el marco de los acuerdos de Itaipú, Lula pueda devolver el cañón Cristiano. Pero, esto no depende de Lula, depende del Congreso brasileño. Por eso, se hace muy difícil, aunque el Poder Ejecutivo paraguayo haga los mejores esfuerzos y conversar todo lo que quiera con el Ejecutivo del Brasil, pero finalmente depende del Congreso brasileño que apruebe una Ley que descatalogue y se devuelva el cañón Cristiano al Paraguay”, explicó.
Asimismo, el historiador Velázquez mencionó que en el reciente Encuentro Internacional de Historiadores sobre la Guerra de la Triple Alianza que se llevó a cabo en Asunción; nuevamente algunos historiadores brasileños señalaron que Paraguay también tiene en su poder del Brasil, como el Buque Añandaí, que hoy se llama Amambay, que está en Vapor Cué. “Ese era un buque brasileño que el Paraguay al inicio de la Guerra de la Triple Alianza lo captura y lo pasa a su flota. Esta es una discusión muy compleja y muy larga”, comentó.
Claudio Velázquez señaló que dado el buen ambiente y acercamiento que tiene Paraguay con el Brasil, podría lograrse algunas expresiones de intensiones y tal vez hasta un proyecto de ley que descatalogue el Cañón Cristinano del patrimonio brasileño. “Hasta ahí creo que muy bien se podría llegar, pero finalmente dependerá de la voluntad política, así como de la embajada paraguaya en Brasil que lleve adelante un fuerte lobby para lograr alguna aprobación. Pero no es un trabajo fácil, porque no es un tema que dependa de Lula Da Silva nada más”, indicó.
Proyecto de declaración
A instancia de varios diputados, fue aprobado Sobre Tablas, durante la sesión ordinaria del miércoles 29 de noviembre, un proyecto de declaración “que insta al Poder Ejecutivo a iniciar acciones ante el Gobierno de la República Federativa del Brasil, tendientes a la devolución del Cañón Cristiano”. La iniciativa pretende que el Poder Ejecutivo active los mecanismos necesarios ante el gobierno brasileño, para que este símbolo del Paraguay sea devuelto como una muestra de paz, amistad y fraternidad entre ambos pueblos.
Los legisladores firmantes del proyecto de declaración son: Héctor Figueredo (ANR-Paraguarí); César Cerini (ANR-Itapúa); Diosnel Aguilera (PLRA-Ñeembucú); Rocío Vallejo (PPQ-Capital); Bettina Aguilera (ANR-Alto Paraná); Mauricio Espínola (ANR-Capital); Néstor Castellano (ANR-Central); José Ramón Rodríguez (ANR-Capital); Rodrigo Blanco (PLRA-Central); Graciela Aguilera (PLRA-Cordillera); Cristhian Brunaga (ANR-Itapúa); Pedro Ortiz (ANR-Central); Jorge Barressi (ANR-San Pedro); y Leidy Galeano (CN-Central).
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