Con el propósito de conmemorar la vida y obras del poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero, quien nació un 16 de julio de 1894, el Centro Guaireño convoca a un homenaje que se realizará este viernes 14 de julio a las 19:30, en el local Maestro Fermín López 3690, barrio San Pablo de Asunción.
A lo largo de su vida, el escritor paraguayo marcó la literatura nacional y dejó un gran legado al Paraguay. Por ello, la comunidad del Centro Guaireño convoca a participar de su homenaje, destacando su nacimiento en Villarrica, departamento de Guairá, y con la finalidad de ofrecer expresiones artísticas que caracterizan a los lugareños de esa parte del territorio nacional como todos aquellos que gustan de sus escritos.
“Nos gustaría celebrar su nacimiento y todas sus obras con música y poema. Por eso, organizamos un homenaje poético-musical, donde estaremos cantando colectivamente las guaranias, por ejemplo ‘Nde Rendápe aju’ y otras canciones nuestras que se convirtieron inmortales a través del tiempo”, expresó Agustín Mendoza, presidente del Centro Guaireño, en conversación con el diario La Nación/Nación Media.
Agregó que el homenaje estará contextualizado por la presencia de las Escritoras Paraguayas Asociadas, quienes se prestan muy gentilmente para compartir la jornada cultural. También se contará con la participación de compositores y escritores, y un ameno grupo que promete hacer cantar a los aficionados de la música y acompañar la noche con un fondo melódico.
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Un legado de la literatura nacional
El 8 de mayo de 1933 se conmemoró el 90 aniversario de la muerte de uno de los poetas más queridos y admirados por el pueblo paraguayo: Manuel Ortiz Guerrero, quien además fue uno de los pocos representantes del modernismo en nuestro país, compañero y amigo de José Asunción Flores, el creador de la guarania. También fue actor de teatro y un luchador contra las injusticias, indigenista y defensor del guaraní.
Su padre fue Vicente Ortiz, un juez de campaña, y su madre Susana Guerrero, quien murió tras el parto. Fue criado por la abuela y siendo muy joven se unió a su progenitor para participar en la revolución de 1912, más tarde contrajo lepra, una enfermedad que ensombreció su vida social, aunque no su producción literaria.
Entre sus obras más destacadas se encuentran la comedia en un acto Eireté (1921), el poema Surgente (1922) y El crimen de Tintatila (1926), tragedia en tres actos. Incursionó en la sátira política y en sus Obras Completas (1952) revela un fuerte compromiso social. Por otra parte, muchos de sus versos fueron incorporados como letras de canciones: Nde rendápe ayú (Vengo a tu encuentro), Panambí Verá, India, con música de José Asunción Flores.
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Asunción será una fiesta inolvidable con Flores y la guarania como protagonistas
Que Paraguay continúe avanzando hacia su pasado de grandeza –aunque aparentemente suene paradójico– no deberían interpretar los futuros gobiernos como una frase efectista de la actual administración del Estado, sino que tendría que convertirse en la marca obligatoria de nuestro país, la brújula que nos orienta hacia el porvenir. Para eso tenemos que terminar de raíz con las mezquindades de quienes asumen coyunturalmente el poder con el solo afán de dejar su impronta para la posteridad (una obra arquitectónica monumental, tal vez), descuidando los asuntos verdaderamente urgentes e importantes: la cultura, la educación, la salud, el desarrollo económico equitativo y la justicia social, encuadrados dentro de una estructura jurídica predecible y confiable, garante de la imparcialidad y el recto juicio.
El Paraguay que todos sueñan y anhelan no es de construcción inmediata. Aunque, es preciso aclarar, también es harto comprensible que el pueblo reclame que ya esperó demasiado. Un expresidente de la República, Horacio Cartes, solía hacer un paralelismo con un conocido pasaje bíblico respecto a las políticas públicas: uno plantó, otro regó y un tercero recogió los frutos. Y le daba un toque cristiano: “Pero la obra, finalmente, es de Dios”. Estos frutos deben enfocarse exclusivamente en el bienestar de la colectividad y, más que nada, en aquellos sectores económica y socialmente menos favorecidos.
Aquellos que parecerían estar condenados a vivir por siempre debajo de la línea de la extrema pobreza. Debemos empezar, entonces, por devolver la esperanza a la gente. Para eso deberán profundizarse acciones serias, sistemáticas y pertinentes para que la ciudadanía vuelva a recuperar la confianza en sus autoridades de turno. Solemos repetir una expresión que utilizaba con frecuencia el sociólogo compatriota Domingo Rivarola en el campo del ejercicio del poder: “Ni el pasado como pretexto ni el futuro como escapismo”. Para hacerlo más entendible: no hay que resaltar permanentemente, como excusa, los males heredados, aunque es una obligación moral subrayarlos y denunciarlos para no perpetuar el camino de la impunidad. Pero hay que superarlos con una gestión eficaz e instalar un presente mejor para todos, sin excepciones.
La segunda parte de la frase tiene que ver con algo muy común en la clase y los líderes políticos: patear hacia adelante los proyectos que deberían concretarse en la actualidad y que, a la larga, se transformarán en promesas incumplidas. Tienen el cometido de distraer la atención para llenar a la sociedad de expectativas, pero no de realidades. Así, la desesperanza hacía un giro continuo a lo largo de nuestra historia. Pero algo está cambiando. Cierto es que en el deporte las alegrías son efímeras. Sin embargo, son como las oportunidades: si se desaprovechan, ya no vuelven.
Más allá de la impensada y repentina “alfaromanía” (Gustavo Alfaro, técnico de la selección paraguaya de fútbol), está demostrado que esta disciplina deportiva genera pasión en las multitudes. La final de la Copa Sudamericana disputada en Asunción evidenció, una vez más, la hospitalidad y amabilidad de nuestro pueblo. Así lo resaltaron los propios hinchas extranjeros. De paso, estos mismos simpatizantes se encargaron de difundir a través de las redes sociales que nuestra capital, con todo lo que todavía falta por hacer, las imágenes de una ciudad moderna y amigable, adaptada a las demandas de consumo de este tiempo.
El deporte, en sus diversas manifestaciones, integra el componente de las tradiciones y, consecuentemente, forma parte de nuestra cultura. Y la cultura es la única capaz de romper los compartimentos estancos para construir una sociedad democrática, plural y tolerante en la diversidad. Precisamente, Asunción volverá a estar en la mirada mundial cuando, del 2 al 7 de diciembre próximo, sea la sede, por primera vez en la historia, de la 19.ª Reunión del Comité Intergubernamental de la Convención para la Salvaguardia del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Sesión que será presidida por la embajadora paraguaya ante la Unesco, Nancy Ovelar de Gorostiaga.
Durante este encuentro que tendrá repercusiones a nivel global la guarania, creada por el maestro José Asunción Flores, será declarada “Patrimonio Inmaterial de la Humanidad”. Asunción se constituirá en el epicentro de una verdadera fiesta cultural. Será la reivindicación de un auténtico maestro, como lo fue Flores, que sobresalió no solo por su talento y originalidad musical, sino, y esencialmente, por sus firmes convicciones ciudadanas, las que le valieron la persecución y el destierro. La presencia de la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, marcará la coronación de esta fiesta ecuménica dedicada a todo el pueblo paraguayo.
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El jardín del Seminario recibirá el recital “Guarania sinfónica”
El ciclo de conciertos al aire libre “Guarania sinfónica. Flores original” de la Orquesta Sinfónica de la Ciudad de Asunción (Osca) se presentará en el jardín interno del ex Seminario Metropolitano de Asunción, ubicado en Kubitschek 661 y Azara, el martes 19 de noviembre, a las 20:00, con acceso libre.
Dentro de los actos programados por la celebración del 88.º aniversario de Radio Cáritas, la orquesta junto al coro Purahei Pyahu ofrecerá un repertorio dedicado exclusivamente a la guarania sinfónica con orquestaciones originales de José Asunción Flores, como resultado de un largo trabajo de recopilación y transcripción a cargo del maestro Luis Szarán, en base a copia de los manuscritos originales del autor, así como de transcripciones en partitura de grabaciones antiguas, con la colaboración de los maestros Willian Aguayo y Óscar Aguilar Mas.
El Concierto Sinfónico-Coral contará con la dirección del maestro Luis Szarán y la presentación didáctica de las obras a cargo de José Antonio Galeano. La preparación del coro Purahei Pyahu de la Escuela de Música Herminio Giménez de Itá a cargo de la maestra Bethania Urbieta.
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El repertorio, totalmente integrado con música de José Asunción Flores, incluye las versiones sinfónicas de “Ka’aty” (yerbal), texto de Rigoberto Fontao Meza, con el solista Iván Berdejo; “Ne rendape aju”, con texto de Manuel Ortiz Guerrero, y “Ñemity” (siembra), texto de Carlos Federico Abente. De complemento al programa se incluyen las piezas instrumentales “Gallito cantor” (transcripción de la cortina musical de Radio Moscú), “Musiqueada che amape” y “Cholí”.
Como cierre del concierto se ofrecerá el poema sinfónico “María de la Paz. Poema por la Paz y la Amistad” con textos de Elvio Romero. Está organizado por la Dirección General de Cultura y Turismo de la Municipalidad de Asunción, la Sociedad Filarmónica de Asunción y Radio Cáritas con el apoyo de la Fundación Itaú y Petrobras.
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Primera Dama anuncia el inicio de celebraciones de fin de año con “Guarania de Navidad”
La Primera Dama, Leticia Ocampos, presentó oficialmente la identidad de “Guarania de Navidad”, una celebración que unirá el espíritu festivo de la Navidad con el homenaje a la guarania.
El evento inaugural se llevará a cabo el próximo 30 de noviembre, a las 20:00, con el tradicional encendido del árbol de Navidad frente al Palacio de López, marcando el inicio de un mes lleno de actividades culturales, artísticas y musicales para celebrar las tradiciones y el patrimonio cultural del país.
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El árbol de Navidad será una de las principales atracciones, decorado por el Instituto Paraguayo de Artesanía, buscará destacar la riqueza y diversidad de la artesanía nacional.
Declaración de Patrimonio Cultural
La elección del nombre “Guarania de Navidad” coincide con la semana en que Paraguay será sede de la decimonovena sesión del Comité Intergubernamental de la UNESCO, del 2 al 7 de diciembre, donde se espera la declaración de la guarania como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. El evento busca resaltar la relevancia de este género musical en el marco de las festividades navideñas.
La programación incluirá conciertos, presentaciones teatrales, exposiciones de artesanía y ediciones especiales de la Feria Palmear, que se extenderán durante todo diciembre, creando un espacio para el encuentro familiar y el disfrute de la cultura paraguaya.
El encendido del árbol será el punto de partida de una Navidad mágica y llena de tradición, invitando a toda la ciudadanía a unirse a esta celebración especial.
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José Asunción Flores y el retorno a su amado Paraguay
Por Sara Valenzuela (sara.valenzuela@nacionmedia.com)
“Mombyry asyetégui aju ne rendápe...” (De tan lejos vengo junto a vos) expresan los primeros versos del poeta guaireño Manuel Ortiz Guerrero en una de las guaranias más conocidas de José Asunción Flores. Hace 33 años se registraba el retorno de los restos del creador de la guarania, que marcó un hito histórico del Paraguay, cuando el artista finalmente pudo descansar en su amada tierra tras estar fuera de su país desde 1947, cuando salió en calidad de exiliado político. El 11 de noviembre de 1991 la atención del país se volcaba en el aeropuerto para la bienvenida del gran maestro, a casi dos décadas de su fallecimiento en 1972.
Los restos del aclamado músico paraguayo fueron recibidos con una multitudinaria demostración de admiración y fueron sepultados en un mausoleo cubierto de una lápida de mármol, en una plaza asuncena, a orillas del arroyo Mburicaó.
“Fue como si el país hubiera recuperado al más eminente de sus artistas. Y así fue. La presencia de los restos del maestro en su patria fue como una reconciliación, largamente soñada, entre la cultura y la patria”, comentó Alcibiades González Delvalle periodista y editor del libro “Memorias. José Asunción Flores”, basado en escritos autobiográficos del músico en conversación exclusiva con La Nación / Nación Media.
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Flores falleció en vísperas de cumplir 68 años de edad, un 16 de mayo de 1972 en el sanatorio Mitre de Buenos Aires (Argentina), a consecuencia de complicaciones del mal de Chagas; y si bien su reputación como destacado músico a nivel internacional lo precedía, por su afiliación al Partido Comunista, el gobierno de la época no tenía intenciones de repatriar sus restos y mucho menos rendirle un homenaje a pesar del legado que dejó al Paraguay.
González Delvalle destacó que si bien se creó una comisión que gestionara su repatriación, todos los miembros fueron amenazados con la certeza de que las cenizas del maestro nunca vendrían al Paraguay, pero cuando cayó la dictadura en 1989, se reactivó la comisión en Asunción y Buenos Aires, cuyas gestiones culminaron en noviembre de 1991 con los restos de Flores en el Paraguay.
Hijo de la Chacarita
En el populoso barrio de la Chacarita, más precisamente en zona conocida como Punta Karapá, nacía un 27 de agosto de 1904 José Agustín Flores, nombre verdadero del destacado maestro. Hijo de María Magdalena Flores, una lavandera, y Juan Volta, un guitarrista.
Sus primeros años estuvieron marcados por interminables caminatas por Asunción, en donde trabajaba como lustrabotas, cartonero, repartidor de periódicos y cualquier trabajo que un niño en situación vulnerable pudiera realizar para ayudar al sustento del hogar.
Un castigo que lo cambió todo
Dentro de sus memorias, José Asunción Flores comentó que en una ocasión fue detenido por la Policía por robar un pedazo de pan de un negocio del barrio San Roque y terminó en un calabozo, y que tras este episodio y sus constantes huidas del hogar debido al maltrato de su padrastro, su propia madre, como un castigo, lo lleva a los 11 años a la Guardiacárcel en la Policía para que aprendiera un oficio; de ese lugar es derivado con otros niños como ayudantes de la Banda de la Policía e integran una bandalisa.
Así, José inicia sus estudios musicales junto a maestros italianos y paraguayos, y un modo de vida más disciplinado y formal, logrando pronto ocupar el sitio de trombonista, gracias a su habilidad musical; casi al mismo tiempo inicia sus estudios más formales de escrituración correcta de la música paraguaya y el estudio de la misma en profundidad.
En nacimiento de la guarania
Tomando como material de trabajo la polca “Maerapa reikuaase” de Rogelio Recalde, y realizando diferentes, arreglos a la misma, comienza a experimentar en la búsqueda de un ritmo que según el mismo, expresara el sentimiento de la gente de su tierra, su naturaleza, su historia, sus luchas, sus alegrías y sufrimientos.
El maestro Pellegrini le permitió ensayar su partitura con la Banda de la Policía y esa “solidaridad” marcó un punto de partida, ya que le permitió escuchar una estructura que se encaminaba a ser la guarania.
En 1925, en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, se lanza “Jejuí”, pieza no cantada, con la que se oficializa el nacimiento de este género musical. El autor había elegido el nombre “guarania”, inspirado en versos de “En la fiesta de la raza” del poeta misionero Guillermo Molinas Rolón, publicado en 1913, que descubrió en el libro “Parnasos”.
“La guarania le dio una pronta popularidad a su creador. Se hicieron muy conocidas piezas como “Ka´aty”, “Arribeño resay” e “India”. La melodía de “India” llegó a cautivar al gran poeta, Manuel Ortíz Guerrero, quien pidió conocer personalmente a su autor y partir de aquí, una ejemplar amistad unió al poeta y al músico”, relató González Delvalle.
Destacó que fue el mismo Manuel Ortiz Guerrero quien le insistió a su amigo que fuera a Buenos Aires entendiendo el limitado espacio asunceno para los artistas inteligentes; y así fue como en la década de los 30 y tras haber sido combatiente en la Guerra del Chaco se alejó de su país para conocer nuevos escenarios y seguir creciendo como artista, sin olvidar nunca a su amado Paraguay.
Su legado
“José Asunción Flores, merece un sitial único porque él le dio a la humanidad un nuevo género musical, no solo un legado a la música paraguaya, porque él le da a la humanidad un nuevo género musical, y hay que ver cuantos compositores a lo largo de la historia universal le dieron un género musical a la humanidad y ese nivel, esa estrella la tiene José Asunción Flores”, destacó el compositor y cantante Francisco Russo en conversación con La Nación.
El mismo remarcó la valentía y el amor hacia su patria que demostró el maestro Flores a lo largo de su vida, recordando que debió ser persuadido por su amigo para salir del país, alejarse de las trincheras y seguir creciendo así fuera a costa de estar lejos de sus raíces por países extranjeros donde, si bien fue aplaudido, reconocido y aclamado, nunca olvidó su hogar ni dejó de lado su intención de volver al Paraguay.
El Ateneo Cultural José Asunción Flores (fundado en 1999) inició en 2009 los trámites ante la oficina de la Comisión Paraguaya de cooperación con la Unesco en el Ministerio de Educación para que la guarania sea declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Como primer paso de esta iniciativa, el Parlamento declaró, en 2010, a la guarania como Patrimonio Cultural de la República del Paraguay por ley 4072.
“Ahora a nosotros como paraguayos nos queda la tarea de honrar ese legado, y la difusión de su obra es una de las maneras de honrar su legado, eso sin contar que estamos a la espera de que la guarania pueda ser considerada patrimonio inmaterial de la humanidad por la Unesco, cosa que hará que todos los paraguayos podamos decir fíjense y corroboren cuán importante fue lo que hizo un compatriota nuestro”, reconoció Russo.
Un lugar que no lo olvida
La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores, continúa en pie en una de las colinas más altas de la populosa Chacarita. La misma se encontraba deteriorada por el paso del tiempo, cuando el músico y promotor cultural Arturo Pereira solicitó al municipio asunceno la restauración del sitio histórico, y fue reinaugurada como casa museo.
Si bien los esfuerzos de la familia Pereira fueron muchos para lograr que la casa museo prevalezca por su gran importancia histórica, la falta de rubros para este fin ha hecho que en el lugar no quede más que la casa, ya sin elementos históricos debido a que pueden ser robados, como ocurrió en una oportunidad donde una partitura que era la pieza más valiosa de la exposición fue robada y nunca recuperada.
Actualmente, la casa de José Asunción Flores es atendida y mantenida por Enrique Pereira y sus familiares, quienes abren el lugar a los turistas que quieran visitar el que fuera hogar del creador de la guarania y disfrutar de una de las vistas más privilegiadas de la zona, desde donde se puede observar la bahía de Asunción y la costanera.
En la zona también se pueden ver varios murales realizados por diferentes artistas que buscan perpetuar y recordar el paso de este gran músico por los pasillos que conducen a otras áreas del barrio; este homenaje solo refleja el gran respeto y admiración que aún guardan los vecinos del lugar que alguna vez fue el hogar de José Asunción Flores.
Datos Clave
- Un 11 de noviembre de 1991, fue cuando finalmente los restos del creador de la guarania descansaron en su amado Paraguay, tras estar 44 años fuera de su país, desde 1947, cuando salió en calidad de exiliado.
- En el populoso barrio de la Chacarita, más precisamente en zona conocida como Punta Karapá, nacía un 27 de agosto de 1904 José Agustín Flores, nombre verdadero del destacado maestro.
- En 1925, en el Hotel Cosmos, actual Asunción Palace Hotel, se lanza “Jejuí”, pieza no cantada, con la que se oficializa el nacimiento de la guarania como género musical.
- Flores falleció en vísperas de cumplir 68 años de edad, un 16 de mayo de 1972 en el sanatorio Mitre de Buenos Aires (Argentina).
- La pequeña casita en Punta Karapá donde nació y creció José Asunción Flores, continua en pie en una de las colinas más altas de la populosa Chacarita.
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