El pasado jueves 17 de noviembre se dio inicio a la Fiesta del Libro del Paraguayo, evento que busca dar a conocer obras de autores paraguayos, tanto de la editorial Servilibro, como otras. La actividad se lleva a cabo en la Plaza Uruguaya y culminará el 26 de noviembre.
La directora de Servilibro, Vidalia Sánchez, comentó que el objetivo de este evento es primordialmente, realzar al escritor paraguayo e incentivar a la lectura. También que los paraguayos puedan conocer más sobre las academias literarias y valorar el esfuerzo intelectual de sus compatriotas.
“En esta fiesta del libro que irá hasta el 26 (de noviembre), están mezclados nuestros libros de Servilibros con libros de otras editoriales colegas. Exhibimos 1.300 libros, de los cuales hay 420 escritores paraguayos”, indicó Sánchez a la 1020 AM.
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Recordó que están ubicados en una zona conocida de la plaza y que este acontecimiento es acompañado por una cantidad de actividades culturales relacionadas a los libros, específicamente a los locales, y que por eso, es importante visitar el pabellón para conocer más lo que ofrece la literatura guaraní.
Por otro lado, mencionó a un autor y académico, autor de un libro titulado “Soñador o emprendedor”, quien comenzó su vida como escritor desde su pasión por la artesanía. ‘Soñador o emprendedor’ de Pedro García enseña que cuando uno se propone lograr sus objetivos puede hacerlo, inclusive da varios ejemplos de cómo hacerlo, vale la pena leer”, dijo. Acotó que García es profesor universitario, y mediante su inclinación hacia la artesanía, se dedicó de lleno a crear cuchillos artesanales que hoy los exporta a Estados Unidos y varios países de Europa.
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La larva que sueña con volar
- Jimmi Peralta
- Fotos : Archivo / Gentileza
Con motivo del Día del Libro Paraguayo, que se recuerda el próximo 25 de junio, Milia Gayoso, Javier Viveros y Vidalia Sánchez hablan sobre sus experiencias en la industria editorial en la isla rodeada de tierra. Esta conmemoración se da en el contexto de la reciente aprobación de la ley del libro, que prevé campañas para la promoción de la lectura y legisla sobre algo que no estaba regulado: los libros digitales, que en adelante están protegidos como propiedad intelectual.
Una de las propuestas de vida de la sociedad actual con respecto a la producción material se basa en que el ciudadano tipo debe buscar una actividad laboral que lo apasione para sobrellevar su vida más alejado del displacer productivo.
Es en ese paradigma en el que en algunos casos se localiza a la carrera profesional en las coordenadas en las que uno aplaude frente a un mostrador con la pretensión de requerir algo parecido a la plenitud.
No obstante, en ese marco la producción artística en países pequeños y sin mucha tradición en las artes le juega una broma amarga a los interlocutores de las musas. Ellos llegan, intuición y fortuna mediante, a reconocer el lugar del deseo y el goce en un hacer específico, cumpliendo así la excepción de la regla general. Pero para sopesar la buena suerte las condiciones estructurales hacen que aquel hacer no garantice las condiciones materiales de la existencia.
RECORDACIÓN
El próximo miércoles 25 de junio se celebra el Día del Libro Paraguayo, un agasajo que rescata la fecha de finalización de la redacción del libro “Anales del descubrimiento, población y conquistas del Río de la Plata”, de Ruy Díaz de Guzmán, en 1612.
La historia del libro paraguayo cuenta con grandes hazañas y un premio Cervantes en su haber, pero con la mirada puesta en el presente El Gran Domingo de La Nación conversó con los escritores Milia Gayoso y Javier Viveros, así como con la editora Vidalia Sánchez, sobre el presente del mundo editorial y el devenir de los textos que llevan a algunos lectores a convertirse en escritores y así abrazar esta labor, que difícilmente permite un sostén económico en Paraguay. Por ello, a la vez de cultivar su arte los escritores locales también trabajan en otra cosa.
Niños y jóvenes, el gran objetivo
La escritora Milia Gayoso, periodista jubilada con tres décadas de ejercicio del oficio, apunta a llevar los libros al público infantojuvenil para crear una sociedad de lectores.
“El trabajo que realizo con los niños en las escuelas, más que un ‘encuentro con el autor’, es un reencuentro con mi pasado en las aulas argentinas, donde vi nacer mi vocación de lectora voraz-contadora de historias, por un lado. Y, por otro, me hace ver la gran necesidad que tienen los niños y jóvenes de ese acercamiento vital a los libros y el bien que les hace leer, adentrarse en otras realidades, conocer otras vidas parecidas o diferentes a las suyas. Muchos de ellos vienen de hogares donde no se lee y son ellos quienes encienden esa mecha en sus padres y/o hermanos. El efecto en los demás miembros de su familia es maravilloso”, comenta Gayoso, quien lleva unos años orientada con más énfasis en la producción de libros para niños y adolescentes, lo que le permite el recorrido permanente en instituciones educativas, marcando una experiencia en primera persona con sus lectores, sus intereses y su humanidad.
OXÍGENO
“Nunca he podido vivir de la producción literaria. Me dediqué más de treinta años a trabajar como periodista, he vendido desde carteras hasta orquídeas. Me jubilé hace cuatro años y lo que percibo es bastante modesto. No voy a negar que en los últimos años me va mejor con la venta de mis libros. El programa Ñe’êry del MEC (Ministerio de Educación y Ciencias) con sus llamados a licitación para adquirir libros ha logrado que muchos escritores consigamos interesantes ingresos que dieron un poco de oxígeno a nuestra economía. Desde hace algunos meses, también trabajo con la editorial Atlas como su embajadora cultural y todo junto me permite continuar aportando en la casa”, agregó.
Milia realizó su primera publicación en 1990, material que lleva el título de “Rondas en las olas”, gracias a un primer impulso que le dio su compañera de trabajo María Luisa Ferreira. Poco más de tres décadas después, Gayoso es referente en el ámbito editorial con decenas de títulos en su haber.
–¿Cómo empezaste a relacionarte con los libros paraguayos?
–Mi trabajo como periodista me permitió conocer a numerosos escritores de mi generación y de generaciones anteriores, antes de que yo me hiciera de un lugarcito en la literatura nacional. Siempre me sentí una privilegiada de haber podido entrevistar a personalidades como José Luis Appleyard, Augusto Roa Bastos, Josefina Plá, Luis María Martínez, Gladys Carmagnola, Raquel Saguier, Raquel Chaves, Elsa Wiezzel, Renée Ferrer, Nila López…. entre varios otros. Mi cercanía con algunas escritoras fue fundamental para mi crecimiento personal y profesional como narradora. Bebí de la generosidad de Nila López, Renée Ferrer, Raquel Chaves y Gladys Carmagnola.
“Tensión entre el entusiasmo creativo y las limitaciones estructurales”
El escritor, editor y actual ministro de la Secretaría de Políticas Lingüísticas, Javier Viveros, informático de profesión, aconseja siempre a los aspirantes a escritores a escribir mucho y a asegurarse fuentes de ingresos de otras actividades laborales.
“He aprendido que en la industria local del libro conviven, en tensión permanente, el entusiasmo creativo y las limitaciones estructurales. Como escritor, he confirmado que hay un capital simbólico potente: talento, diversidad de voces y una buena tradición literaria que a menudo se reinventa desde los márgenes. Pero como editor, comprendí que ese impulso tropieza muchas veces con obstáculos concretos: baja tirada, escasa distribución y circuitos de venta muy limitados. A mi juicio, hacer libros en Paraguay sigue siendo una suerte de acto de fe, una forma de militancia cultural. Sin embargo, cada libro que circula, cada lector que se forma, cada autor que encuentra un espacio, confirma que merece la pena sostener esa apuesta”, comenta.
Desde su labor editorial, Viveros pudo vivenciar la realidad del libro en Paraguay desde ambas aristas.
“El libro paraguayo en el contexto del mercado internacional está aún en estado larvario. Asoma de un modo muy tímido en la escena editorial allende nuestras fronteras. Paraguay permanece fuera de los grandes circuitos editoriales y la escasa crítica literaria, sumada a la falta de traducciones, conspira contra su proyección. Pero hay signos de movimiento, avances lentos, pero avances al fin. No olvidemos que la larva sueña con sus alas futuras”, agrega Viveros.
–¿Cómo empezaste a relacionarte con los libros paraguayos?
–Llegué a la obra de Gabriel Casaccia antes que a la de Roa Bastos y todavía recuerdo el deslumbramiento que produjo en mí la lectura de su novela “La llaga”. No por la forma, sino por el fondo, por su realismo sombrío, por el penetrante manejo de la psicología de sus criaturas de papel y la lucidez implacable con la que ausculta la condición humana. Salvando las distancias, Casaccia es nuestro Dostoyevski.
“Situación prometedora”
La relación entre la posibilidad de mayor y mejor producción editorial es casi proporcional a la demanda. Sin estudios acabados, las estadísticas citadas en grandes medios señalan que en el país en promedio se leen 0,25 libros por habitante al año, exponencial diferencia negativa con relación a otros países de la región.
Sin embargo, la directora de la editorial y librería Servilibro, Vidalia Sánchez, se muestra optimista por el impacto que tiene y tendrá en el futuro la actual política oficial de fomento de la lectura en la educación inicial.
“La situación del mercado editorial local en este momento es buena y muy prometedora gracias al programa de comprensión lectora Ñe’êry, iniciado desde el MEC. Este programa se basa en distribuir en cada aula, no en cada colegio, pequeñas bibliotecas de 100 o 150 libros. Entonces, 10 minutos antes de comenzar las clases, los chicos tienen que leer libros, un fragmento, una poesía, lo que sea, pero tienen que leer todos los días. Eso hizo que el Ministerio de Educación tenga que comprar muchos libros. Unas 12.000 bibliotecas en la primera parte que ya se distribuyeron a los colegios. Ahora se tiene que licitar la segunda parte, otras 12.000”, comenta Sánchez.
“Se cuenta con un presupuesto para distintos proyectos: que los escritores lleguen a los colegios, que se compren también libros para bibliotecas departamentales, que se publiquen también libros”, relata.
En lo tocante a cuáles son las principales trabas que existen para el acceso a los libros, Sánchez señala que “sigue no estando al alcance de todos. Un empleado que gana un sueldo mínimo, vive en casa de alquiler, tiene tres o cuatro hijos, tiene que ver para la educación, la salud y todo lo que los chicos requieren. Ese empleado no tiene para comprar ni un libro por año. Entonces, ¿cuál es la solución? Hay que crear bibliotecas públicas y bibliotecas comunitarias donde la gente puede leer gratis. Esa es una materia pendiente todavía en nuestro país”, sentencia Sánchez.
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Los cómics de Robin Wood llegarán al programa Ñe’êry del MEC
Los cómics de Robin Wood, considerado como el escritor paraguayo más leído en el mundo, llegarán de forma gratuita a los estudiantes de la educación media en el marco de Ñe’êry, el Programa de Lectura, Escritura y Oralidad del Ministerio de Educación y Ciencias (MEC). En el marco de la Feria Internacional del Libro - FIL Asunción, sus obras están entre las más vendidas del estand de Servilibro.
El ministro de Educación, Luis Fernando Ramírez, aceptó el proyecto y autorizó la impresión de 4.000 ejemplares de cada uno de los cinco tomos de una colección, luego de haber quedado “maravillado“ con la iniciativa, a partir de una reunión con referentes literarios que promueven el legado de Wood, fallecido en octubre de 2021.
“Estamos esperando que el Ministerio de Educación y Ciencias realice el lanzamiento oficial, puesto que este proyecto nació con el objetivo de que las nuevas generaciones de estudiantes puedan conocer al escritor paraguayo y guionista de historietas Robin Wood“, comentó Vidalia Sánchez, editora de Servilibro, que fue parte del encuentro con Ramírez.
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Series emblemáticas
“Los cómics de Robin Wood se están vendiendo a un público asombrado y admirado de conseguirlos en la Feria. Y nos preguntan por qué no los hemos presentado como parte de las actividades de la FIL”, agregó Sánchez respecto al éxito de ventas que tiene las creaciones del autor caazapeño.
El proyecto consiste en la edición de una colección de cinco libros (con un promedio de cien páginas cada uno), cuya dirección estuvo a cargo de Andrés Colmán Gutiérrez, y que reúne algunas de las series más emblemáticas de Robin Wood, para que sean distribuidos a las escuelas como material pedagógico, valorando los contenidos humanistas de las obras.
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“Para nosotros, definitivamente, Robin Wood es el escritor paraguayo más leído en el mundo, por el volumen y la calidad de su obra, al haber creado más de 90 personajes de historieta y haber publicado más de 10 mil episodios, en varios países y traducido a varias lenguas. Sin embargo, en su propio país natal, las nuevas generaciones conocen poco de su trabajo, aunque su nombre sí es reconocido y muy apreciado“, refirió la editora en un comunicado de prensa.
“Con algunos creadores, discípulos y promotores de las obras de Robin, de este mismo equipo, nos reunimos con su viuda, Graciela Sténico, para plantear un nuevo proyecto que permita mantener vivo el legado de nuestro gran escritor. Constatamos que, hasta entonces, la obra de Robin -a pesar de ser el escritor más difundido-, no es estudiada en el sistema educativo de su país, como sí se hace con otros grandes escritores como Augusto Roa Bastos, Josefina Plá, Gabriel Casaccia y otros“, puntualizó.
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Biblioteca del Congreso ofrece charla con editora
La Biblioteca y Archivo Central del Congreso Nacional (BACCN) organiza una actividad literaria en conmemoración del Día de la Mujer Paraguaya, que tendrá como invitada a la editora Vidalia Sánchez en un conversatorio que se realizará este viernes 23 de febrero a las 9:00 en la sala principal de lectura de la institución ubicada cerca del Palacio Legislativo, sobre Río Ypané casi Costanera, en Asunción.
Técnica en bibliotecología y egresada de la Facultad Politécnica de la Universidad Nacional de Asunción (UNA), Sánchez es socia fundadora y presidió la Cámara Paraguaya de Editores, Libreros y Asociados (Capel). Comparte en sociedad con Elizabeth Báez Acosta la dirección de la Editorial y Librería Servilibro, que editó más de 500 títulos de autores paraguayos.
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También participará Mariela Colmán, quien obtuvo el título de licenciada en psicología por la Universidad Autónoma del Paraguay, medalla de oro de su promoción 2016-2019, y tiene un posgrado en psicología clínica y de la salud, con el título de especialista en psicología clínica y de la salud año 2021-2022. A partir del 2019 forma parte del BACCN, en el área infantojuvenil.
Además, se realizó la invitación a representantes de gremios del ámbito literario y representantes del cuerpo diplomático de varias embajadas. La programación iniciará con la bienvenida y presentación a cargo de la licenciada Evangelina Cabrera, seguida de una lectura en conmemoración a la mujer paraguaya, que se celebra el 24 de febrero, así como de las biografías de las expositoras a cargo de la licenciada María Ortega. Incluirá una charla interactiva con las invitadas, espacio de preguntas y, como cierre, un momento artístico con danza paraguaya.
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Larga vida a los libros
Paulo César López, paulo.lopez@nacionmedia.com - Fotos: archivo y gentileza
En el marco del Día del Libro, que se recuerda este 23 de abril, Nación Media conversó con tres referentes del mundo editorial local sobre la situación actual de esta herramienta del saber por antonomasia. Aunque todos coinciden en que el mercado librero se ha puesto cuesta arriba en los últimos tiempos, especialmente por la pandemia, la creciente digitalización y la mayor oferta de entretenimiento tecnológico, los entrevistados se reafirman en que la cultura del libro capeará con éxito los nuevos desafíos y seguirá vigente como fuente de conocimiento y de ocio.
El Día Internacional del Libro fue instituido oficialmente por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en 1995 en homenaje, entre otros notables de las letras, a los dos más grandes escritores de todos los tiempos, el español Miguel de Cervantes y el inglés William Shakespeare, cuyas muertes acaecidas en 1616 coinciden alrededor del 23 de abril.
Con motivo de esta conmemoración consagrada para fomentar la lectura, la industria editorial y la protección de la propiedad intelectual, conversamos con los editores Javier Viveros (JV), del sello Rosalba; Carlos Vera (CV), de Arandubook, y Vidalia Sánchez, de Servilibro, quienes comparten su visión sobre la actualidad y el futuro de la industria editorial en el Paraguay.
–¿Cómo ven la situación del ámbito editorial en nuestro país?
–JV: No son estos los mejores momentos para la industria editorial. Primero fue la pandemia y después se vino una suba casi inverosímil del precio del papel, lo que repercute negativamente en toda la cadena del libro.
–CV: La situación del ámbito editorial es igual al de cualquier otro cultural: difícil. Pero esto tiene que ver con una serie de circunstancias como, por ejemplo, la situación económica, el auge de las redes sociales, las publicaciones en plataformas digitales, que tienen lo suyo, pero que, sinceramente, no son necesariamente competencia para las editoriales físicas a la larga. Lo que pasa es que los escritores, sobre todo los nuevos, al provenir de un ámbito más tecnológico y digital, piensan que las plataformas son la respuesta a todo, pero no es así. Para darte un ejemplo, cierta renombrada plataforma le paga al autor solo al alcanzar una meta de venta que, en la mayoría de las veces, no se cumple. Recién al llegar a cierta cantidad de compras ellos hacen el pago y puede resultar que un título sea exitoso en nuestro medio en lo físico, pero no en el digital. Como suelo expresarle a los autores, sitios como Amazon, por ejemplo, están muy bien, pero para decir que estás ahí. Las mayores ventas en dicho sitio se dan con las publicaciones en inglés, no necesariamente en castellano. Por otro lado, situaciones como la pandemia nos ha obligado a estar encerrados. Conspiraron, por un lado, contra nuestra libertad; pero, por el otro, posibilitaron el surgimiento de nuevos escritores que, enfrentados con la realidad que les rodeaba, quisieron exponer sobre el papel sus sentimientos y sus ideas. Igual cosa pasó con los que ya escribían, quienes incrementaron su producción. En líneas generales, hubo, a mi entender, un auge en el proceso de escritura, así como en la participación en talleres y en la lectura. Lo que nos falta, como sociedad, es mejorar nuestro poder adquisitivo, porque ganas de leer hay, aunque no siempre se cuenta con el dinero necesario para invertir en ese rubro.
–VS: Y está como en todos los países, reaccionando lentamente después de lo que fue la pandemia, donde tuvimos un bajón en la producción de libros y problemas en la parte económica en muchas empresas. Paraguay no fue la excepción y ahora lentamente desde mediados del 2022 el mundo editorial empezó a tener otra vez una vida activa. Esperemos que en este 2023 vaya mejorando y que las nuevas autoridades del Gobierno incentiven el libro, la lectura y que en el Parlamento se promulgue la nueva Ley del Libro, que desde el año 96 estamos luchando que salga porque la ley que rige actualmente en nuestro país está desfasada. No contempla muchísimas cosas, entre ellos no contempla lo de los libros digitales, por eso hay poca producción de libros digitales en nuestro país. Y bueno, estamos muy esperanzados.
PREFERENCIA DEL PÚBLICO
–¿Cuál es el género que mayor salida tiene en el mercado?
–JV: El narrativo, sin dudas. La mayoría de nuestras ventas se dan en literatura infantil y novela.
–CV: Son varios, en realidad. La fantasía a través de los cuentos, los relatos, el mito, la aventura. Dos géneros que están muy fuertes también son la ciencia ficción y el terror adolescente. El género policial no mucho, casi nada que no sea discursivo o relativo a hechos ocurridos anteriormente. Otro aspecto a tener en cuenta es el auge de la literatura histórica. Excelentes y extensos trabajos de investigación y revisión histórica se han proyectado en los últimos tiempos. Muchos de ellos fruto de la coparticipación entre nacionales y extranjeros. La academia está trabajando muy bien en ese sentido, al igual que los centros de estudios sociales y los conglomerados de estudio.
–VS: El género que mayor salida tiene en el mercado paraguayo es literatura. Literatura e historia son los dos géneros más vendibles. O sea que no solamente es literatura porque se lee en los colegios, en las universidades, sino porque mucha gente lee literatura aparte de los estudiantes. E historia quizás por la historia que tuvimos en nuestro país, hay capítulos de la historia paraguaya que recién ahora van saliendo a luz. Yo creo que por eso los libros de historia también son muy pedidos.
INSTRUMENTO LEGAL
–¿Cómo les parece que puede beneficiar una iniciativa como la Ley del Libro para el fomento de la lectura?
–JV: Si esa ley en la que trabajamos en la Mesa Técnica del Libro entra finalmente a regir va a generar cambios verdaderos, a diferencia de la que está vigente, pues entraña un involucramiento efectivo del Estado en favor de toda la cadena productiva del libro. Se va a constituir en el motor que hace falta para despegar de una buena vez.
–CV: Como toda ley, es la practicidad y su uso los que le dan posibilidad de beneficio a las personas. Existen muchas leyes, hermosas algunas y pésimas otras, incumplibles también o que se violan constantemente. La Ley del Libro es el fruto de los desvelos de muchos colegas, de muchos actores de la cultura y hago votos por que sea una herramienta útil para el fomento no solo de la lectura, sino también de la publicación.
–VS: La Ley del Libro para el fomento de la lectura va a favorecer no solamente como mencioné para que se produzcan libros digitales, porque ya va a haber una penalización para los que obren mal con los libros digitales, sino porque también esta ley va a contemplar un montón de derechos que tienen los autores de los libros, los escritores, también las editoriales. La función misma del Estado con relación a la difusión del libro en la lectura. Esta ley también va a crear una Comisión Nacional del Libro que estará integrada por los gremios relacionados al libro y muchas instituciones públicas como el Ministerio de Cultura, el Ministerio de Educación. Y esta Comisión Nacional de Cultura va a tener un gran papel en la Ley del Libro, porque es la Comisión Nacional de Cultura la que va a velar para que se cumpla todo lo que va a contemplar esta nueva ley. Por eso es que queremos tanto que salga. Ahora ya tiene media sanción del Senado y ahora está en la Cámara de Diputados y ojalá se sancione y se promulgue lo antes posible.
–¿Qué tipo de títulos publica más la editorial a su cargo?
–JV: Hemos publicado mucha literatura para niños y también historietas. En el último bienio hemos entregado a la imprenta muchos libros del género narrativo: novela y cuento.
–CV: Mi editorial es muy pequeña. Nació de una necesidad específica y fue dando giros y cambios con el paso del tiempo. Arandubook está hace tres años en el mercado como sello editorial y desde el principio, desde su primera publicación, se ha volcado a la publicación histórica. Textos jesuíticos, temas sobre la historia civil de la Guerra del Chaco, sobre el mariscal José Félix Estigarribia. Además, trabajamos ediciones facsimilares de publicaciones periódicas ya agotadas que obran en nuestra colección particular que alberga libros nacionales y extranjeros desde el siglo XVIII. Pero, como todo esfuerzo, es hijo de las circunstancias. Incursionamos también en otros géneros desde el año pasado, en que habilitamos un concurso de cuentos cortos de ciencia ficción a través de un proyecto denominado Prometeo, que este año va a tener su versión 2023. En su versión 2022 tuvo la participación de más de 100 escritores de primera publicación, lo que de alguna manera nos brinda un panorama muy esperanzador sobre dos aspectos: la gente escribe y el género goza de buena salud en el Paraguay.
–VS: La Editorial Servilibro se dedica exclusivamente a la publicación de autores paraguayos. Hasta este momento tenemos 1.382 títulos publicados de 426 escritores y escritoras paraguayos. Nunca pudimos tener un perfil editorial definido por cuanto que en nuestro país hacía falta publicar de todo porque durante la época de la dictadura estaban muy controlados ciertos temas, ciertos libros, y entonces por eso desde la caída de la dictadura hay una avalancha de publicaciones de temas que en otra época no se hubieran tocado.
OFERTA VARIADA
–Existe la sensación de que actualmente se escribe más, pero se lee menos. ¿Es así?
–JV: Lo es. Pienso que se lee menos porque nunca antes en la historia de la humanidad ha habido tanta y tan variada oferta de entretenimientos. Esas ofertas compiten con el viejo y querido libro, aunque este último otorga un conjunto de beneficios que otras opciones difícilmente pueden igualar.
–CV: No necesariamente. Y juzgo por las personas que están alrededor mío. La tecnología y su brazo digital han permitido que muchos títulos que antes no estaban al alcance de nuestras manos ahora sí lo estén a través de las plataformas comerciales. Por otro lado, los proyectos de digitalización y preservación de los acervos documentales, históricos algunos, han permitido el acceso a libros que antes ni siquiera imaginábamos. Bibliotecas, mapotecas, hemerotecas, discotecas, videotecas, museos y galerías nos permiten ver más. Si quiero saber qué se publicaba en internet hace un par de años, basta con acceder a Archive.org y puedo encontrar la información requerida. Ese acceso a los documentos; esa, digamos, democratización de la cultura visual y el entendimiento de que a partir de esos conglomerados de información que son las bibliotecas, a partir de programas digitales, podemos acceder al conocimiento, es de una riqueza y esperanza inigualables.
–VS: Yo no estoy de acuerdo. Yo creo que se escribe más y se escribe muy bien. Nuestros escritores y escritoras nos entregan muy buena calidad de materiales y yo creo que se lee mucho más. Muestra de ello es que unos 10 años atrás, en la librería entraba solamente gente mayor, gente adulta. Sin embargo, hoy día las librerías son muy visitadas por los jóvenes. Los jóvenes que hoy tienen el celular también. Sin embargo, se van a comprar a la librería libros físicos, libros en papel para regalar por el Día de los Enamorados, el Día del Padre, Día de la Madre, etc. Y eso a mí me parece que es una señal de que esos chicos que hacen eso leen. Yo estoy segura de que leen más. Y quizás la tecnología, el celular, la tablet, la notebook, hacen que los jóvenes lean más. De eso estoy segura.
POLÍTICAS PÚBLICAS
–¿Qué cree que se debería hacer en materia de política pública para estimular la producción y consumo de libros?
–JV: Es preciso que ambas cámaras del Parlamento aprueben la Ley del Libro y que el presidente la promulgue. Ese será un paso de gigante.
–CV: Lo que la política tiene que brindarnos es la posibilidad de mejorar nuestra situación económica. Si a eso le sumamos la Ley del Libro y algún esfuerzo desde el ámbito de la educación, yo creo que lo demás vendrá por añadidura. Pero voy a hacer un agregado. El ámbito de la educación deberá, en algún momento, y espero que sea en la brevedad, encarar seriamente la utilización de la literatura como una herramienta de desarrollo cultural de las personas, no como un obstáculo que hay que pasar en los exámenes. Los programas deben mejorar en tal sentido, pero sustancialmente.
–VS: Desde luego que debe haber una política pública para estimular la producción y el consumo de los libros. La nueva Ley del Libro contempla eso, que el Estado debe comprar de cada título publicado, creo que cien ejemplares para los colegios públicos, las bibliotecas públicas, para ser distribuidos a los colegios y bibliotecas públicas. Estamos muy esperanzados en ese artículo a pesar de que la Ley del Libro que rige actualmente ya tiene incluido ese artículo, pero nunca se cumplió. Nunca se compraron esos cien títulos a las editoriales paraguayas.
–¿Cómo ves la labor del Estado, y del sistema educativo en particular, en cuanto a fomento de la producción intelectual y la lectura?
–CV: Ampliando lo que ya expresé, el Ministerio de Educación deberá reformar, retocar, modificar o clarificar el aspecto que le concierne como institución rectora de ese aspecto tan importante. Debería preocuparse más en que los discentes aprendan cuestiones que son fundamentales para su desarrollo como persona cívica. Como decía Ramón Indalecio Cardozo: “Debemos preparar a los niños para la vida”. Pero dentro de un espacio armonioso y útil en el que los profesores, los profesionales de la enseñanza, tienen importancia fundamental porque nadie puede enseñar lo que no sabe. El Estado, por su parte, debe poner lo suyo: establecer las condiciones claras y respaldar a la comunidad educativa. Y falta el último eslabón: la familia, sin cuya labor y respaldo, sin cuya responsabilidad en la formación primera de los educandos en su sociedad interna, nada sería posible. Lo que no se aprende en la casa, va a ser más difícil aprender en la escuela.
–VS: En el sistema educativo, en cuanto al fomento de la producción intelectual y la lectura, yo creo que hay muchas materias pendientes. Se tiene el Plan Nacional de Lectura, que se implementa a medias. Entonces, hace falta que desde las instituciones educativas y desde las instituciones del Estado, que deben fomentar el libro y la lectura, se haga una alianza con el sector privado. Yo estoy convencida de que si hay una alianza público-privada para el fomento del libro y la lectura esto va a avanzar mucho más.
EL FUTURO
–¿Cree que en un futuro cercano el libro físico va a desaparecer?
–JV: En un futuro no demasiado lejano, los libros de celulosa probablemente perderán su actual preeminencia frente al libro digital. Pero dudo de que ello los lleve a desaparecer del todo. Siempre quedará gente que prefiera la sensación de tener el libro físico en las manos, que disfrute del olor de la tinta y del papel, y que opte por tener una biblioteca de libros impresos.
–CV: De ninguna manera. Me reafirmo en que no va a desaparecer. Se imprimirá menos, tal vez. Se regularán las impresiones, se imprimirá bajo demanda, como en otros países, pero no va a desaparecer.
–VS: No, no va a desaparecer. Ustedes se acordarán de que se había anunciado de que con los libros digitales, el libro físico, el libro en papel iba a desaparecer totalmente. ¿Cuántos años hace de eso? Ahora empresas grandes como Amazon están buscando espacio físico en capitales de Sudamérica para nuevamente abrir librerías donde se vendan libros físicos, libros en papel.
Yo no creo que desaparezca el libro en papel. Los jóvenes mismos leen los libros en papel. Yo creo que van a ir tomados de la mano el libro físico con el libro digital. En nuestro país, al menos, es muy difícil que desplace al libro impreso en papel porque lo digital no está al alcance de todos.
–¿Alguna reflexión final?
–JV: Solo subrayar la importancia de la Ley del Libro y su potencial para mejorar las cosas en un área en la que llevamos mucho atraso respecto a los países vecinos.
–CV: Instar a las personas a que sigan creyendo en la lectura, que muchos escritores y editores estarán a su lado para ofrecerles las mejores opciones para seguir en ese camino tan especial.
–VS: Tenemos que luchar por un país de lectores. Yo sueño con un país de lectores acá en el Paraguay. Y se puede conseguir. Yo siempre comento que me dicen en el extranjero, cuando voy a las ferias internacionales, ¿es cierto que los paraguayos no quieren leer? Y yo les digo que no es cierto. Lo que pasa es que en mi país el libro no está al alcance de todos. Imagínense a alguien que gana un sueldo mínimo, que vive en alquiler, que tenga tres o cuatro hijos, debe pagar alimentación, gastos escolares, remedios, a esa familia no le alcanza para comprar un libro cada seis meses. Y el libro paraguayo no está al alcance de todos y no está caro. Con relación a los libros extranjeros, está mucho más barato y son de muy buena calidad. Lo que pasa es que hacen falta en nuestro país bibliotecas públicas, bibliotecas comunitarias, donde la gente pueda leer gratis. Eso hace falta. Donde ese carpintero pueda llevar una enciclopedia de carpintería a su casa, esa ama de casa que quiera leer un libro de jardinería para mejorar su jardín. O sea, hacen falta bibliotecas comunitarias, bibliotecas públicas, donde la gente acceda a los libros gratuitamente. Esa es una gran materia pendiente que tenemos en Paraguay. Y no es difícil. No es difícil porque eso, inclusive, no le costaría plata al Estado si es que se hace esa alianza público-privada que dije. Y como parte de esa alianza, de la responsabilidad social de las empresas privadas, yo creo que muchas empresas son sensibles a los temas culturales y van a apoyar, se pueden armar esas bibliotecas comunitarias, esas bibliotecas públicas.