Por Paz Godoy (paz.godoy@nacionmedia.com)
El director de cine Ataliba Da Costa y el productor ejecutivo Derlis Da Silva fueron invitados al importante Festival de Cine de Gramado, en Brasil, para participar de la premiación y de varias entrevistas con diferentes distribuidores para concretar posibles difusiones internacionales de dos proyectos audiovisuales a estrenar, el documental para TV “La mayor guerra de América” y el filme “Payé” para cines.
“Nosotros fuimos como una productora independiente, Cineplay Studios, estuvimos en la gala de premiación y también estuvimos en la rueda de negocios con productores y distribuidores a nivel internacional”, indicó Derlis Da Silva para La Nación-Nación Media. El productor adelantó que en días más anunciarán la nueva fecha para el lanzamiento de “Payé”, cinta de drama y suspenso.
“Ambas producciones nosotros estamos tratando de meter en varios países, también en plataformas, a raíz de eso fueron nuestras reuniones, que fueron muy positivas, ya que pudimos hablar con la gente de Argentina, Uruguay, Perú, Brasil. Entablamos conversaciones para, incluso, futuras producciones, en coproducción con ellos”, comentó Da Silva.
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Por otra parte, agregó que el año que viene podrán competir con la cinta y el documental, en el Festival de Gramado, puesto que aún no se han estrenado. El encuentro cinematográfico en Brasil tuvo una duración de 10 días, pero los productores nacionales participaron de la recta final. “Nosotros estuvimos en los tres días finales, que fue la rueda de negocios y la premiación, que fue para lo cual fuimos invitados”, mencionó.
Con respecto a los ejecutivos de las distribuidoras internacionales, Da Silva comentó que estuvo en reuniones con representantes de HBO Max, Paramount Pictures, entre otros. “Nuestra idea es poner en plataformas digitales y todos los cines de Latinoamérica. Lo que quería destacar es que a través de estas conexiones que uno va haciendo, podemos mostrar al extranjero, el trabajo del séptimo arte, que viene desarrollando la gente de Paraguay”, agregó.
“Para nosotros en muy importante poder avanzar hacia afuera y lograr reconocimiento en el futuro también”, dijo Da Silva para LN/NM. Con respecto a las producciones del documental y del filme, ambas fueron de producción nacional, también participaron en el cast de “Payé” actores argentinos. “Logramos un material que logrará impactar a nivel nacional e internacional”, expuso Da Silva.
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Proyecto de Pablo Lamar participa en foro de San Sebastián
El próximo proyecto de largometraje del cineasta paraguayo Pablo Lamar, titulado “Remanso”, participará del Foro de Coproducción Europa-América Latina, del 23 al 25 de setiembre en el marco de las actividades de Industria del Festival de San Sebastián (España), entre 14 obras seleccionadas, de las cuales la mitad son primeras o segundas películas.
Escogidos de entre 269 trabajos inscritos procedentes de ocho países; los representantes de las películas en proceso de desarrollo tendrán la oportunidad de dar a conocer los proyectos a potenciales socios para completar su financiación y mejorar su acceso a mercados internacionales.
Pablo Lamar es recordado por haber estrenado sus cortometrajes en el Festival de Cannes y ganó el Premio especial del Jurado en el Festival de Rotterdam en 2016 con “La última tierra”, su primera película. Las productoras paraguayas Sapukai Cine y Sabaté Films impulsan “Remanso”, que fue presentado en Proyecta 2021 de Ventana Sur, y ya cuenta con empresas aliadas de Uruguay, Brasil y Francia.
Ambientada durante la dictadura de Alfredo Stroessner en Paraguay, el proyecto de Lamar, con guion de Sara Pinheiro, sigue a Carmen, una mujer de una familia perteneciente al partido del régimen, quien descubre que niñas fueron abusadas en una casa vecina, propiedad de un militar de alta patente del gobierno. El terror de una realidad hasta entonces desconocida la acosa.
Entonces Carmen emprende una jornada solitaria, una vez que su entorno insiste en que ella se silencie. Sin embargo, lo visto la afecta de tal manera que no consigue más reconectarse con la calma de su cotidiano – aún en situaciones triviales, ella revive la escena testimoniada. Finalmente, Carmen, resuelve denunciar el crimen y resulta presa, conociendo el otro lado del régimen.
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Productoras paraguayas
Sapukai Cine ha producido los cortometrajes “Ahendu nde sapukai” (2008) y “Noche adentro” (2010). También el largometraje “La última tierra” (2016) y coproducido con Brasil el mediometraje “Permanências” (2011). Estos trabajos recorrieron numerosos festivales internacionales, donde recibieron varios premios.
La empresa de la conocida productora Gabriela Sabaté, Sabaté Films, es una productora independiente con base en Asunción, fundada en 2009 con el objetivo de contribuir para el desarrollo de la industria cinematográfica del Paraguay. Desarrolla, produce y coproduce contenido de alta calidad artística y con proyección internacional.
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Premios en euros
Como novedad este año, las directoras o directores que participan en esta edición en el Foro de Coproducción Europa-América Latina o en Ikusmira Berriak podrán optar al Premio Casa Wabi-Escine, otorgado por la Fundación Casa Wabi y Escine. Consiste en una residencia de cinco semanas en uno de los bungalows de Casa Wabi en Puerto Escondido (México), viaje de ida y vuelta y el compromiso de desarrollar un proyecto de intercambio cultural con las comunidades vecinas.
Este galardón se suma al Premio al mejor proyecto, dotado con 10.000 euros; el Premio DALE! (Desarrollo América Latina-Europa): otorgado por la Asociación Europea de Directores de Agencias de Cine (EFAD) y por la Conferencia de Autoridades Audiovisuales y Cinematográficas de Iberoamérica CAACI y dotado con 10.000 euros; y el Premio ArteKino International Award, otorgado por ARTE, consistente en 6.000 euros.
“Remanso” compite con: “Animales del desierto” de Santiago Loza (Argentina), “Crocodila” de Gabriela Amaral Almeida (Brasil), “El espíritu de la ley” de Natalia Meta (Argentina), “La escuela pesada” de Hernán Rosselli (Argentina), “La levedad de ella” de Rosa María Rodríguez Pupo (Cuba), “La mujer extraña” de Martín Boulocq (Bolivia), “Los dos paisajes” de Francisco Lezama (Argentina), “Los erizos” de Victoria Galardi (Argentina), “Malestar tropical” de Jorge Cadena (Colombia), “Mar de leva” de Mariana Saffon Ramírez (Colombia), “Otro jardín” de Mariana Gil Ríos (Colombia), “Rambler” de Fernanda Valadez y Astrid Rondero (México), “Sólo el amor existe” de Natalia López Gallardo (Bolivia).
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El Festival de Cine de Mar del Plata confirmó fechas y secciones
El Festival de Mar del Plata festejará sus 70 años con su edición número 39 a partir del jueves 21 de noviembre al domingo 1 de diciembre con todas sus competencias y premios de la última entrega. La ceremonia de apertura tendrá lugar el 21 de noviembre, mientras que la de clausura, en la que serán anunciados los ganadores, será el 30 de noviembre.
En una ceremonia previa, numerosas organizaciones de la industria del cine otorgarán premios a las mejores películas argentinas que participarán en todas las competencias. A través de un comunicado de prensa, el único evento cinematográfico de categoría A de Sudamérica confirmó estas fechas, así como las secciones que continuarán en esta nueva edición.
Como cada año, la atención se centrará en las cinco competencias del festival: la Competencia Internacional, que sigue las reglas de la FIAPF (Federación Internacional de Asociaciones de Productores Cinematográficos); la Competencia Latinoamericana de Largometrajes y Cortometrajes; la Competencia Argentina de Largometrajes y Cortometrajes; la Competencia Estados Alterados, dedicada al cine experimental; y el Work in Progress, que apoyará proyectos en desarrollo.
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También estará la sección Panorama, destinada a exhibir interesantes propuestas del cine nacional e internacional, donde también habrá segmentos tradicionales como el dedicado a los niños, Mar de Chicos y Chicas, Hora Cero para el cine de terror, Autores, para cineastas destacados y Nuevos Autores, que permitirá descubrir nuevas voces.
Para celebrar esta trayectoria, el festival prepara un ciclo en el que volverán a proyectarse grandes títulos que comenzaron su recorrido en Mar del Plata. Además, habrá homenajes a importantes películas argentinas que celebran su 50 aniversario. Tradicionalmente organizado por el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales de Argentina, la edición número 39 será una realización conjunta entre el INCAA y la Municipalidad de General Pueyrredón, de la provincia de Buenos Aires.
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Nuevos directores artísticos
Los directores artísticos del Festival de Mar del Plata, Gabriel Lerman y Jorge Stamadianos, aportan su vasta experiencia en la industria cinematográfica; Lerman, veterano periodista de cine radicado en Los Ángeles, ha sido jurado de los Globos de Oro durante 20 años y ha trabajado para importantes medios en Argentina, México, Estados Unidos y España; mientras que Stamadianos, director de cine graduado del CERC, se desempeñó como vicepresidente del departamento de ficción de Fox Latin American Channels y fue director creativo del canal National Geographic para América Latina.
Fundado en 1954 bajo la presidencia de Juan Domingo Perón como Primera Muestra Cinematográfica, en su primera edición contó con 52 largometrajes y 49 cortos que representaban a 18 países. A partir de 1959 fue organizado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina, que lo convirtió en competitivo. Con el paso de los años se fue transformando en el más importante de América Latina. La última edición de esta primera etapa fue en 1970. En 1996 regresó luego de 26 años de ausencia, reposicionándose como un acontecimiento artístico-cultural anual imprescindible, en los que fue plataforma de lanzamiento de muchas películas argentinas que tuvieron repercusión nacional e internacional.
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Una maravilla del cine iraní que deja con la boca abierta
Por David Sánchez. Toulouse (Francia). X: @tegustamuchoelc (*)
“The Witness” de Nader Saeivar es una película que, como un espejo roto, refleja múltiples facetas de la sociedad iraní, haciendo uso de referencias sutiles pero poderosas para crear una narrativa que desafía las normas establecidas y la cárcel en Irán. Comparar los elementos simbólicos de la película con la realidad iraní y con el cine occidental nos permite desentrañar las capas de significado que Saeivar ha tejido cuidadosamente.
La película contiene imágenes que podrían pasar desapercibidas: helicópteros militares sobrevolando la ciudad de Teherán. En un primer vistazo, podría parecer una simple escena de fondo, pero en el contexto iraní, se convierte en un símbolo de la constante vigilancia y represión que pesa sobre los ciudadanos. Esta sutil presencia militar recuerda a la omnipresencia del control estatal, una realidad que se refleja en la vida diaria de los personajes. Comparando este simbolismo con la libertad que a menudo damos por sentada en Occidente, la diferencia es abismal. En la cinta cada elemento del entorno resuena con significados profundos, como el águila que vuela sobre las montañas, simbolizando una libertad que la protagonista anhela, pero que la sociedad opresiva le niega.
El uso de la pintura de Goya “Los fusilamientos del 3 de mayo” en la cocina de la protagonista es otra referencia cargada de significado. Goya pintó este cuadro como una protesta contra la tiranía de Napoleón, y Saeivar lo utiliza para establecer un paralelismo entre la lucha del pueblo español y la resistencia de la protagonista iraní contra un gobierno opresor. Esta comparación subraya la universalidad de la lucha por la libertad y los derechos humanos, ya sea en la España del siglo XIX o en el Irán contemporáneo. Aquí, la película conecta con la tradición del cine comprometido que denuncia la opresión, un tema que, aunque común en el cine iraní, sigue siendo sorprendente dada la censura y las represalias que muchos cineastas enfrentan en Irán.
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Uno de los aspectos más impactantes de “The Witness” es cómo aborda la ley islámica, en particular el artículo 630, que permite, según el film, a un esposo matar a su esposa adúltera. Aunque la película no deja claro si este artículo es real o inventado, el hecho de que se atreva a mencionarlo es un acto de valentía. En Occidente, tal representación sería vista como una crítica directa y audaz, pero en el contexto iraní, es un desafío a las normas y una muestra de la habilidad de Saeivar para burlar la censura con ingenio. Este acto de subversión se hace aún más notable cuando recordamos que otros cineastas iraníes han sido encarcelados o han tenido que exiliarse por tratar temas similares, entre ellos un director adorado en este medio Mohammad Rasoulof.
La actuación de Maryam Boubani en su personaje de Tarlan es sencillamente extraordinaria. Su evolución a lo largo de la película refleja la presión asfixiante de una sociedad que exige obediencia y conformidad. Desde la relación tensa con su hijo ingrato (y por qué no decirlo, medio tonto) hasta la carga de vivir bajo leyes injustas, Boubani captura la desesperación y la fortaleza de su personaje con una precisión emocional que es difícil de igualar. Comparando su interpretación con el cine occidental, uno podría pensar en actrices como Meryl Streep o Cate Blanchett, cuyas actuaciones también trascienden la pantalla para resonar profundamente con el espectador. Sin embargo, lo que Boubani logra es aún más impresionante dado el contexto restrictivo en el que trabaja.
El humor, aunque sutil, también tiene su lugar en la película, especialmente a través del hijo de la protagonista, un personaje que, en su propia torpeza, añade una capa de humanidad y realidad a la historia. Este contraste entre la dureza del entorno y los escasos momentos de humor recuerda a los toques de realismo mágico en el cine de directores como Fellini o Almodóvar, donde lo absurdo se entrelaza con lo cotidiano para subrayar la tragedia de la vida. No perderse EL momento de realismo mágico con la maravillosa escena final, una verdadera joya con un potente mensaje.
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Un aspecto sorprendente es la participación del propio director, Nader Saeivar, en el papel de un farmacéutico, un detalle que añade una capa adicional de meta-narrativa al filme. Esta decisión, aunque pequeña, subraya el control y la visión personal que Saeivar tiene sobre su obra, un enfoque que también se ha visto en el trabajo de directores como Alfred Hitchcock, quienes aparecían brevemente en sus películas, pero siempre con un propósito. Este director aún tiene que mucho que dar aún, si le dejan, ya que, con su tercera película como director, una cada dos años, nos tiene ya esperando al 2026 para la siguiente.
Finalmente, la danza juega un papel crucial en la película, simbolizando la resistencia y la esperanza de un futuro mejor. La escena culminante, en la que la hija baila frente a su padre, es una declaración poderosa de desafío contra las normas opresivas. Este acto, tan simple y hermoso, tiene un peso enorme, mostrando que, a pesar de las restricciones, la cultura y el arte pueden ser herramientas poderosas de resistencia. Comparada con el cine occidental, esta escena podría evocar la rebelión silenciosa de los personajes en películas como Billy Elliot bailando delante de su padre, donde la danza también se convierte en un acto de liberación.
“The Witness” es, sin duda, una obra maestra, otra más del cine iraní contemporáneo, que, a través de sus referencias y simbolismos, ofrece una crítica profunda de la sociedad en la que se inscribe.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.
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“El mohicano”, luchando contra la corrupción en Córcega
Por David Sánchez. Toulouse (Francia). X: @tegustamuchoelc (*)
La película “Le mohican” o “El mohicano”, dirigida por Frédéric Farrucci y protagonizada por Alexis Manenti y Mara Taquin, es una película que parte de la selección Orizzonti Extra en el Festival de Cine de Venecia 2024.
La cinta mezcla la intensidad de una persecución implacable con la profundidad de una transformación revolucionaria. Ambientada en la salvaje y hermosa isla de Córcega, la película sigue a Joseph, un pastor solitario y testarudo, que se enfrenta a la mafia que intenta arrebatarle su tierra. Este conflicto lo convierte en un fugitivo, perseguido tanto por la ley como por sus enemigos, mientras su sobrina Vannina utiliza las redes sociales para mantener viva su leyenda.
La película no solo se gana el calificativo de “necesaria”, sino que lo hace con total merecimiento. Este filme, un thriller social disfrazado de cine negro, nos enfrenta cara a cara con la corrupción y las mafias que, como una sombra, se extienden por todo el mundo, aunque en esta ocasión la trama se sitúa en el contexto de la especulación inmobiliaria en Córcega. Farrucci nos ofrece una obra que, aunque localizada, se universaliza en su denuncia: la corrupción no conoce fronteras, y las mafias, aunque disfrazadas con trajes diferentes, operan bajo los mismos principios en todos los países.
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El filme refleja una realidad incómoda y vigente: en cualquier rincón del mundo, los “malos” visibles son apenas la punta del iceberg. Debajo de ellos, se esconde un entramado de complicidades que involucran a instituciones que deberían ser imparciales, y a medios de comunicación que han sido comprados por los poderes fácticos. La ley, que debería ser un baluarte de igualdad, se muestra en esta película como una entidad que aplica con doble rasero: mientras algunos son juzgados con el peso total de la justicia, otros son favorecidos por la misma.
Es aquí donde Farrucci da un golpe directo, una crítica feroz que resuena con situaciones actuales, como lo que sucede en Brasil, donde las redes sociales son censuradas para proteger a ciertos individuos. En “El Mohicano”, las redes sociales emergen como la última trinchera de la libertad de expresión, una herramienta que los ciudadanos utilizan para decir lo que los medios tradicionales, atados de manos, no pueden o no quieren decir.
La elección de Córcega no es casual. Esta isla, con su historia de conflictos y su reputación de ser un territorio donde la ley a menudo se dobla bajo la presión de las mafias locales, se convierte en un espejo de otros lugares en Europa. Farrucci nos recuerda con maestría que, aunque estemos en el corazón de Europa, la impunidad sigue siendo un veneno que se esparce, fortaleciéndose en regiones donde una minoría ruidosa y violenta somete a la mayoría que no comparte sus opiniones. Este miedo que se respira en Córcega es similar al que se vivía en el País Vasco español en los años 90, un miedo que paraliza y que obliga a los ciudadanos a mantenerse en silencio.
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En medio de este panorama sombrío, Alexis Manenti brilla con luz propia. Su interpretación de Joseph es una de las razones por las cuales “El Mohicano” se eleva por encima de otras películas del año, tomando el relevo de actor indispensable que en 2022 fue Karim Leklou para “Pour la France”. Manenti, a quien ya hemos visto en obras como “Les Misérables” y “Athena”, logra transmitir de manera magistral el agotamiento físico y emocional de un hombre que ha estado huyendo de la mafia. La escena en la que, recién operado, se reúne con un grupo de granjeros es una muestra sublime de su capacidad actoral. Su rostro, marcado por la fatiga y la desesperanza, nos hace dudar junto a él si finalmente se rendirá.
“El Mohicano” es una obra que destaca en el panorama cinematográfico francés por su valentía al denunciar y por la profundidad con la que aborda temas necesarios de discutir.
* David Sánchez es un periodista franco español afincado en Toulouse, centrado especialmente en cine iberoamericano, miembro de la crítica internacional Fipresci. Sitio: https://www.tegustamuchoelcine.com.