Se trata de cuatro obras cuyos significados pueden ser descubiertos en los tótems informativos que se encuentran apostados en cada espacio. Foto: Gentileza.
UE invita a visitar intervenciones urbanas en el Paraque Ñu Guasú por el Mes de Europa
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Como parte de las actividades del Mes de Europa y en el marco de la campaña “Con Paraguay, por un mañana mejor”, la Unión Europea en Paraguay inauguró la exposición de intervenciones urbanas en el Parque Ñu Guasú.
Se trata de cuatro obras inspiradas en los sectores prioritarios de la cooperación con el país: educación, crecimiento sostenible, protección social y democracia y participación. Un circuito artístico en el que todo el público podrá conocer más sobre las iniciativas que lleva adelante en el país.
“Nuestra agenda centrada en las personas está basada en la promoción de los derechos humanos, la igualdad de género, el respeto a la diversidad, la lucha contra el cambio climático y el cuidado del medioambiente”, explicó el embajador de la Unión Europea en Paraguay, Paolo Berizzi.
Desde ahora y de forma permanente, en la zona del jardín japonés de Ñu Guasú, las personas podrán visitar las intervenciones y recorrer el paseo que conforman entre ellas. Foto: Gentileza.
La primera estación resalta la labor realizada en el crecimiento sostenible, suscitando a los transeúntes a proteger al mundo. Para ello, se recreó un globo terráqueo que funciona como una cúpula en el que las familias podrán descansar y sentarse bajo sombra, cobijados por el mundo.
La segunda estación exhibe el icónico cubo rubik, el rompecabezas mecánico más vendido del mundo, construido a gran escala con sus seis característicos colores. El fin de esta obra es relacionar el aprendizaje con lo lúdico y con los juegos que estimulan el pensamiento y, en simultáneo, representar los desafíos y complejidades que la educación atraviesa en este momento.
La tercera parada representa al símbolo de ubicación en un mapa con el símbolo de wifi en él. Esta obra hace alusión al trabajo en democracia y la participación que realiza la Unión Europea en el país. Así, alienta a la sociedad a participar, involucrarse, informarse, opinar y exigir para generar una ciudadanía comprometida y participativa.
En la última estación se levanta un gran paraguas, que representa la idea de cuidado para todos por igual, es una analogía al rol que tiene la protección social en la sociedad. Foto: Gentileza.
“Internet y las redes sociales son una excelente herramienta para fomentar una participación democrática activa. Por eso, en esta instalación se invita a los interesados a responder una pregunta sobre los ejes de la cooperación y luego la conexión les permite navegar de forma libre”, destacó el embajador. Para poder conocer más sobre los proyectos financiados por la Unión Europea, ingresar a https://ueconparaguay.org.
Cabe mencionar que otra actividad importante en el Mes de Europa es el XII Ciclo de Cine Europeo, que se presentará a través de la plataforma Jahecha (www.jahecha.com.py) del 20 al 30 de mayo. La programación completa está publicada en las redes sociales de la Unión Europea en Paraguay.
Desde su llegada al país, la Unión Europea viene aportando con recursos económicos a planes exitosos basados en cuatro sectores: educación, protección social, crecimiento sostenible (biodiversidad, desarrollo y sostenibilidad), y democracia y participación, ejes que están guiados por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el cumplimiento de los compromisos asumidos con la Agenda 2030.
Estamos en una carrera contra el tiempo, alerta Peña sobre acuerdo Mercosur-UE
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El presidente de la República, Santiago Peña, hizo un llamado a concretar el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea (UE), así como las negociaciones existentes con otros bloques y potencias. Asimismo, el mandatario afirmó que el Mercosur tiene una gran relevancia a nivel mundial que lo vuelven más atractivo en el plano internacional.
Peña expresó su preocupación por la lentitud en la concreción de acuerdos dentro del bloque regional y llamó a una mayor efectividad en las decisiones conjuntas. “El tiempo pasa, todos estamos en una carrera contra el tiempo y si no concretamos estos acuerdos, estamos dilatando la concreción de un futuro mucho más promisorio para nuestros países”, advirtió el mandatario.
El jefe de Estado concedió una entrevista al canal argentino Todo Noticias en el que valoró el espacio de diálogo que representan las reuniones periódicas del Mercosur, pero fue enfático al señalar que la región necesita “negociar menos y concretar más”.
A su criterio, la integración regional debe avanzar hacia resultados tangibles que generen impacto en las economías y en la calidad de vida de los ciudadanos. En ese marco, aseguró que el bloque regional puede asumir un papel estratégico si fortalece su unidad y confianza interna. “Debemos creer un poco más en nosotros mismos para poder sentarnos con otros bloques. Los otros bloques necesitan más del Mercosur que nosotros de ellos”, remarcó.
Respecto a temas de seguridad regional, el mandatario mencionó el caso de la Triple Frontera como una zona de atención constante para los organismos internacionales por la presencia de grupos terroristas. En ese sentido, aseguró que Paraguay ha fortalecido sus mecanismos de control y cuenta con legislación rigurosa para prevenir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo. “Nos sentimos cómodos con los controles que hacemos, pero hay una percepción que es mucho peor que la realidad”, sostuvo.
Finalmente, defendió la compra de los aviones Super Tucano, Peña y refirió que esto representa una inversión en equipamiento militar como parte de una estrategia de seguridad nacional. “No puede haber desarrollo sin seguridad. Nuestro problema hoy no son los gobiernos militares ni un conflicto con países vecinos, nuestro problema se llama crimen organizado, y contra eso tenemos que armarnos”, sentenció.
Los gobiernos deben luchar contra el crimen organizado, remarcó Peña. Foto: Matias Amarilla
Con el título “Dejar aparecer”, el fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar inauguró en Islandia una exposición de retratos de habitantes del pequeño pueblo de Höfn
“El retrato es una forma de crear un espacio con el otro”
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El fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar se instaló por primera vez en ese alejado territorio en 2009. Ahora vive en Seyðisfjörður, transformado por el contexto, un planeta distinto, como dice. El artista visual nos habla sobre la esencia de su nueva muestra y sus vivencias en la “tierra del fuego y el hielo”.
Por Jimmy Peralta
Fotos Juanjo Ivaldi
El pasado 17 de junio se habilitó en Islandia la muestra “Dejar aparecer”, del fotógrafo paraguayo Juanjo Ivaldi Zaldívar, una propuesta coordinada por Auður Mikaelsdóttir que presenta un centenar de retratos de ciudadanos de Höfn, un pueblo de alrededor de 2.200 habitantes, donde el compatriota vivió un tiempo. “Dejar aparecer” es una forma de buscar pasivamente el momento artístico, tanto para permitir que este logre manifestarse, en este caso la imagen frente al observador, así como para el artista permitirse ver y captar la obra, en el caso de Juanjo, registrar con la cámara con el máximo respeto al retratado.
Ivaldi vive su segunda estadía en la isla. En 2009 fue por primera vez, para volver en 2014. Cinco años después volvió a instalarse y a revivir la conexión que le permite ese planeta que se le representa como Islandia, como paisaje y humanidad como contexto. “En el retrato, lo esencial no se fabrica: se revela”, cita el texto de convocatoria a la muestra. Juanjo habló con La Nación del Finde sobre esta iniciativa, su experiencia en Islandia, y la búsqueda ética y estética que propone él con esta colección.
“Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses”, cuenta Juanjo al hablar sobre esta experiencia artística
–¿Cuál tu primera vinculación con Islandia antes de ir y la primera en construir al llegar allá?
–Pensar en esto me llevó directo a una memoria de una sala de fotografía con un piso de ajedrez en el “Instituto de la imagen”. Coincidentemente, la primera vez que escuché sobre Islandia fue en un curso de fotografía que tomaba en Paraguay, allá por el 2006 o 2007, no recuerdo muy bien. Alguien puso música de Sigur Rós… ese sonido… lejano, como si viniera de otro mundo. Hoy, mientras te respondo a estas preguntas, vuelvo a poner Sigur Rós y preparo un café. Mi primer vínculo real con Islandia fue por Sunna, una mujer bellísima de estas tierras, a quien siempre voy a estar profundamente agradecido por invitarme a llegar hasta acá. Con ella tuvimos una relación de jóvenes curiosos en esos años, y un día me dijo: “¿Por qué no nos vamos a Islandia?” Yo le dije “¡Jaha!”. Y bueno, fue así como Islandia pasó de ser ecos sonoros (primero conocí su música), después solo imaginación, a convertirse en un hogar.
Llegar desde Paraguay en 2009, con 25 años, fue como aterrizar en otro planeta, Islandia es otro planeta. Recuerdo un paisaje más negro que verde: extensiones de lava, montañas, cielos inmensos, inmensidad más inmensidad, bum, un aura boreal, 24 horas de día, 24 horas de noche y silencios. Hermosos silencios. No era el Islandia “turístico” de hoy, era un país más reservado, lleno de barrios y a la vez más salvaje. Esa naturaleza en todas sus formas, honesta, me atrapó de una forma que nunca imaginé. Creo que, en ese primer invierno, mientras la nieve caía sobre un planeta que apenas empezaba a conocer, supe que algo en mí también estaba cambiando. Para siempre.
–¿Cómo definirías al retrato, y cómo lo diferenciarías de otras formas fotográficas?
–Para mí, el retrato es una forma de crear un espacio con el otro. No es una imposición de la mirada, del “yo fotógrafo” quiero que vos persona hagas esto para que el “yo fotógrafo” sobresalga. En mi experiencia, un retrato ocurre cuando el otro puede emerger, cuando no se lo interrumpe ni se lo fuerza a ser algo. En este sentido, lo diferencio de otras formas fotográficas que a veces buscan captar lo espectacular, lo inmediato o lo evidente. El retrato, en cambio, es más lento. El retrato es espera. Uno se queda esperando un gesto, una pausa, un silencio donde algo del otro se revele. Es como transitar el mundo analógico de la fotografía. Suele haber un segundo donde la persona decide darte algo, o a veces se le escapa, porque siempre está ahí. En mi búsqueda del retrato, no trato de fabricar una imagen, sino dejar que algo que ya está, como la dignidad, una verdad, incluso una herida, se asome, de formas diferentes. Y cuando hay escucha, cuando hay tiempo, ahí entre dos personas, esa imagen puede convertirse en un espejo donde alguien se reconozca con una dignidad que quizás había olvidado. Por eso, para mí, retratar es también un acto de respeto.
Para realizar este trabajo tuvo que viajar todos los fines de semana, durante tres meses, al poblado de Höfn (foto) ubicado a unos 150 km de Seydisfjördur, su lugar de residencia
EL TRAYECTO
–¿Cuándo empezó a tener forma de muestra esta colección de fotos?
–Esta última exhibición de retratos tiene sus raíces en una experiencia previa del año 2023, cuando trabajé junto a Greta Clough en una región del norte de Islandia. Allí realizamos una serie de entrevistas y retratos que culminaron en la muestra Fl(j)óð, una exposición fotográfica centrada en mujeres de origen extranjero que vivían en Húnaþing Vestra. Compartimos las historias de 33 mujeres de la comunidad, celebrando sus raíces y abriendo espacios de reflexión sobre el lugar que ocupan las mujeres inmigrantes dentro de la sociedad islandesa. Este proyecto fue muy bien recibido y tuvo buena cobertura mediática en el país. Inspirada en esa experiencia, Auður Mikkelsdóttir se puso en contacto conmigo con la idea de hacer algo similar en Höfn, una localidad del sureste a donde llegamos juntos con Tess Rivarola en 2019 y donde vivimos por más de un año. Esta vez, el enfoque estuvo puesto en las y los habitantes de la comunidad. Así comenzó esta nueva etapa.
Durante tres meses hice lo que más me gusta en la vida; manejar en ruta islandesa, escuchar música y fotografiar. Viajé desde Seydisfjördur (un pequeño fiordo del este donde vivimos desde el 2020) a Höfn todos los fines de semana, unos 150 km, atravesando dos rutas de montaña que alcanzan los 600 metros de altitud y no pocas veces están cubiertas de niebla. Conocí y fotografié a 114 personas. En cada encuentro conocí algo nuevo de esta cultura. Tomé café como nunca antes en mi vida. Acá cada vez que llegas a una casa no importa la hora que sea te invitan café. Cada persona me mostró algo nuevo de la forma de ver la vida que tienen los islandeses. Y así fue tomando forma la muestra: como un retrato colectivo que busca reflejar la diversidad del pensamiento, la memoria compartida y lo cotidiano de quienes habitan este rincón del sureste islandés.
“Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas”, dice Juanjo Ivaldi Zaldívar
–¿Qué sensaciones o intenciones conectan o vinculan entre sí a las fotos de esta muestra?
–Una serie de fotografías puede narrar una historia, pero en esta muestra de retratos el hilo no es argumental. No hay un relato lineal, sino una atmósfera que se construye desde la escucha. Para cada retrato, lo único que pedía era que la persona eligiera el lugar donde quería ser fotografiada. Algunos escogieron sus casas; otros, los caminos donde pasean con sus perros. Algunos volvían a las granjas de sus abuelos, a los establos donde cuidan caballos, ovejas o gallinas. Esas elecciones no fueron casuales: en esta serie de retratos el paisaje no es fondo, es parte del cuerpo. Creo también que lo que une estas imágenes es una intención compartida porque para ser retratado hay que querer ser visto.
En muchos de estos retratos se puede leer el arraigo profundo que cada islandés tiene con su tierra. Para muchos, decir “soy de tal lugar” es un acto de orgullo. Y no es solo una frase: es literal. Algunos nunca salieron de su pueblo Son de ahí, y lo son a mucha honra. Cada persona retratada iba trayendo una nueva perspectiva; su forma de pensar. Y, sin embargo, algo se repetía, remitiendo a algo ya escuchado antes, al otro lado de la isla. Y así se fue tejiendo más o menos, una sensación de intimidad, de presencia, de pertenencia. Quizás lo que une estas imágenes no sea lo que se ve, sino lo que se intuye: una vibración, una confianza, una forma de mirar que no busca transformar, curiosea. Lo que deseo es que cada retrato sea una puerta entreabierta entre la presencia y el misterio.
La muestra, que forma parte de los festejos por el aniversario de independencia de Islandia, quedará abierta hasta el otoño boreal
OBSERVACIÓN Y ESPERA
–¿Cómo llegás vos a la idea de “dejar aparecer” y qué pensás que te aporta como fotógrafo en el contexto donde te manejás?
–El concepto de “dejar aparecer” lo tomo prestado de Humberto Maturana, biólogo chileno, quien plantea que amar es permitir que el otro sea, sin forzarlo a cumplir con nuestras expectativas. Me quedó resonando, y con el tiempo entendí que eso también era lo que yo buscaba al retratar. Coincide con mi manera de aproximarme al retrato, no desde la dirección ni la construcción, sino desde la observación y la espera. Yo no me siento tanto un fotógrafo que “arma” imágenes, sino alguien que observa, que acompaña. En el contexto donde vivo, el “countryside” de Islandia, el tiempo se percibe de otra forma, las personas tienen otras formas de relacionarse. En el momento del retrato, las personas acá pueden llegar a ser muy cerradas para nosotros los “sudacas”. Pero eso es una interpretación desde una expectativa del otro. Aquí, se vuelve clave ser observador, quedarse quieto. Acompañar el silencio entre los dos, acompasar el momento. Aquí no se pueden forzar las cosas. Entonces uno, como fotógrafo, va generando el espacio, las condiciones donde la persona pueda mostrarse, si quiere, si lo siente. Puedo decir hoy que “dejar aparecer” se ha vuelto para mí una ética del mirar y del convivir.
–¿Podrías comentarnos algo de Höfn?
–Höfn es un pequeño pueblo al sureste de Islandia, rodeado de playas negras, glaciares del Parque Nacional Vatnajökull y montañas que respiran con el clima. Tiene tormentas de viento, neblinas… y unos amigos maravillosos. Llegamos allí con Tess Rivarola en mayo de 2019. Hay algo en su paisaje: el viento te habla, o la luz cambia de golpe y te muestra otras formas. A primera vista puede parecer un lugar aislado, pero después de esta experiencia fotográfica me di cuenta de que tiene una vida comunitaria generosa. Vivimos un año con Tess en las afueras de Höfn, Hólmur, en una casa amarilla, con el glaciar como jardín. Después de esa experiencia armamos una exhibición en conjunto: con poesías de Tess y fotografías mías, que se llamó “Mirada extraviada”. Tess tiene mucho que ver con mi desarrollo como artista. Me empujó a buscar más profundidad, a ir más allá. Exige como loca, y eso sirve muchísimo.
Más de un centenar de pobladores de Höfn se ven retratados en una colección de imágenes que a los ojos del fotógrafo representa “una ética del mirar y del convivir”
–¿Cómo es tu vida allá?
–Ahora vivimos en Seyðisfjörður, en el este de Islandia, a 661 kilómetros de la capital. Mi vida hoy es bastante tranquila, ya no farreo tanto, también intensa en otros aspectos. En el día a día cocino, saco fotos, tomo helado, voy a nadar, chismoseo con la gente, me plagueo… y otras cosas que no te voy a contar porque seguro que mi vieja va a leer esto. Siento que, en lugares como estos, donde el tiempo se mueve más lento, uno puede escuchar mejor. Mirar las cosas en sus diferentes formas y estados.
Escuchar a los demás, y también a uno mismo. La naturaleza no es solo un complemento o una foto para Instagram: es un personaje más que convive entre nosotros, con el que uno dialoga todos los días. Te guste o no. Reykjavik, Höfn, Seyðisfjörður… Islandia me ha dado algo valioso: la posibilidad de mirar con más atención, de reinventarme, de sanar, de perdonar, de crecer de muchas formas. De vincularme con la gente de otra cultura, desde las diferencias y el respeto. Y de construir un ritmo de vida más acorde con lo que necesito en este momento.
Mercosur-UE: estiman que acuerdo podría darse en el próximo semestre
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El presidente Santiago Peña, quien se encuentra en Argentina con motivo de la cumbre del Mercado Común del Sur (Mercosur), mencionó que la situación actual del bloque es bastante propicia para concretar el ansiado acuerdo con la Unión Europea. Peña resaltó que el escenario es favorable pese a la posición ideológica dispar entre los mandatarios de Argentina y Brasil.
“Brasil está decidido, también Argentina, yo no recuerdo dentro de estos 34 años de Mercosur que hayamos tenido a los dos países tan decididos sobre un acuerdo de esta magnitud y esta es la explicación de por qué en 25 años no pudimos avanzar. Paraguay y Uruguay somos hinchas número uno de un acuerdo con Europa, es una alineación ideal y auguramos que estos se pueda cerrar durante la presidencia de Brasil en este próximo semestre”, expresó.
En conversación con Radio Rivadavia del vecino país, indicó que es sabido que la relación personal entre Javier Milei y Lula da Silva, no es la mejor, no obstante, existe una coincidencia sobre la idea del libre comercio y ambos presidentes están de acuerdo con hacer realidad el acuerdo. En tanto, Paraguay históricamente se ha mantenido en una línea que insiste para fortalecer al Mercosur.
“Creo que estamos muy cerca del acuerdo con la UE, creo que con la actitud que tiene el gobierno de Javier Milei, más la determinación del presidente Lula a cerrar esto, lo vamos a lograr, nunca se había dado este tipo de coincidencia sobre el rol que debe cumplir el Mercosur”, recalcó el jefe de Estado.
Peña también habló sobre los avances que ha tenido el Mercosur en concretar otros acuerdos de libre comercio, tal como el que se suscribió con Singapur y con la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA), bloque integrado por Islandia, Noruega, Liechtenstein y Suiza, los cuales son de suma relevancia en un momento decisivo en el contexto mundial. “Estamos dando la señal de que queremos ser protagonistas del comercio mundial“, sostuvo.
Mercosur celebrará una cumbre clave marcada por el acuerdo con la UE e incertidumbre global
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El Mercosur celebrará los días 2 y 3 de julio en Buenos Aires, Argentina, su cumbre semestral. Este encuentro no solo estará marcado por el traspaso de la presidencia pro tempore de Javier Milei a Luiz Inácio Lula da Silva, sino también por las expectativas en torno al acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (UE).
El bloque sudamericano llega a esta instancia en un contexto de tensiones globales y crecientes desafíos para el comercio internacional. Uno de los ejes centrales del encuentro será el impulso político al tratado de libre comercio alcanzado con la UE a finales del 2024.
Aunque el acuerdo logró un consenso político entre los bloques, su entrada en vigor depende de un proceso de ratificación aún incierto, especialmente del lado europeo, donde requiere la aprobación de los parlamentos de los 27 estados miembros.
En un mundo que enfrenta tensiones geopolíticas, guerras comerciales y efectos persistentes de la desaceleración económica global, los líderes del Mercosur buscan acelerar este pacto como herramienta de inserción internacional y crecimiento.
Para Paraguay y Uruguay, las economías más pequeñas del bloque, el acuerdo con la UE representa la posibilidad de flexibilizar un esquema comercial que consideran demasiado rígido. Las negociaciones incluyeron excepciones arancelarias para productos clave, un punto que fue vital para obtener el respaldo de ambos países.
La apertura de nuevos mercados es vista por estos socios como un paso esencial para diversificar sus exportaciones y fortalecer su competitividad.
En el caso de Brasil, el mayor socio del Mercosur, el presidente Lula da Silva apuesta al acuerdo como pieza estratégica de su política exterior. Busca así reforzar el protagonismo brasileño en el escenario global, en paralelo a su rol en los BRICS, bloque que en el 2024 amplió su influencia con la incorporación de Egipto, Etiopía, Irán, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
Para el mandatario, avanzar en la alianza transatlántica podría equilibrar las relaciones de Brasil con Occidente y las potencias emergentes.
Por su parte, el presidente argentino, Javier Milei, ve en el tratado con la UE una vía coherente con su ideario aperturista, enfocado en la reducción de barreras comerciales y aranceles. Sin embargo, el propio presidente argentino promovió, de forma paralela, una posible apertura hacia Estados Unidos por fuera del Mercosur, algo que según analistas implicaría tensiones internas en el bloque.