Los actores paraguayos Mario Toñánez y Majo Cabrera marcarán presencia en la serie titulada “Sin límites”, del director de cine británico Simon West, calificada como uno de los proyectos audiovisuales más ambiciosos del año, ya que ostenta un presupuesto de 20 millones de euros.
Se trata de una superproducción de Amazon Prime Video y RTVE, que relatará la historia de la primera vuelta al mundo emprendida por Magallanes y Elcano, una aventura hispano-portuguesa del siglo XVI que será contada en cuatro episodios de una hora.
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“Sin límites” cuenta con un elenco de primerísimo nivel, teniendo en cuenta que el reparto principal está a cargo de las reconocidas figuras internacionales Rodrigo Santoro de “Westworl” y Álvaro Morte de “La casa de papel”, quienes interpretarán a Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano, respectivamente.
El gran staff incluye a otros importantes artistas como Sergio Peris-Mencheta, Adrián Lastra, Carlos Cuevas, Pepón Nieto, Raúl Tejón, Gonçalo Diniz, Manuel Morón, Bárbara Goenaga, además de nuestros talentosos compatriotas.
El 26 de abril pasado se inició el rodaje de la nueva serie, por lo que el lunes 10 de mayo Mario y Majo estarán viajando a República Dominicana, donde permanecerán por un periodo de aproximadamente 15 días para sumarse a las grabaciones, que se llevan a cabo en este país y en España.
En una entrevista exclusiva con La Nación, ambos compatriotas revelaron algunos detalles de “Sin límites” como, por ejemplo, que “Majo interpretará a una joven indígena guaraní; mientras que Mario encarnará a un jefe de la tribu guaraní”.
Tanto Cabrera como Toñánez fueron seleccionados gracias a sus rasgos físicos y especialmente por el manejo del idioma guaraní, afirmaron.
La selección de actores se dio a principios de año, cuando la productora MB Management de Mario Bazán inició la búsqueda dirigida a talentos latinos, llamando a casting del que participaron ambos compatriotas.
Fueron escogidos por sus características asociadas a la raza guaraní y, por sobre todo, por hablar y entender nuestro dulce idioma, lo que fue preponderante, considerando que la serie tendrá capítulos en los que el guaraní será el protagonista a través de las conversaciones entre los actores.
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Mario cuenta con una amplia trayectoria artística y desde hace más de 30 años es parte de las artes escénicas de nuestro país. Tuvo participación en producciones como “Los Buscadores”, “7 cajas” y “QJuan, la serie”.
La joven actriz paraguaya Majo Cabrera, se destaca por su actuación en la película “Gracias Gauchito”, entre muchas otras obras que fueron puestas en escena e hicieron visible la cultura nacional.
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Majo Cabrera protagoniza “Una sola primavera”
Después de llamar la atención internacional por su destacada actuación en la serie “Nada” junto a las veteranas figuras Luis Brandoni y Robert De Niro; la actriz paraguaya Majo Cabrera será vista como protagonista en el largometraje “Una sola primavera”, una coproducción entre Argentina y Paraguay, que acaba de lanzar su primer avance.
La ficción dirigida por el correntino Joaquín Pedretti se ambienta en 1947, cuando Asunción está paralizada por la guerra civil. Cabrera interpreta a Nina, una joven de 20 años que desea ser cantante, pero, ante la repentina huida de su familia revolucionaria, se ve obligada a vivir y trabajar como criada en la casa de sus parientes del partido opositor y conservador.
El elenco cuenta con otros conocidos actores paraguayos como Éver Enciso y Miguel Ángel “Paletita” Romero, ambos presentes en “7 cajas” (2012); así como Salma Vera, Mauricio Paniagua y Sonia Tiranti. En el guion de Pedretti colaboró la escritora paraguaya Liz Haedo, con asesoría de la historiadora Milda Rivarola, también paraguaya.
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Producida por el propio Joaquín Pedretti y la Productora de la Tierra, de Misiones (Argentina), participa Sabaté Films como coproductora, que es la empresa de la paraguaya Gabriela Sabaté, que trabajó en películas paraguayas como “Hamaca paraguaya”, “Luna de cigarras”, “Los buscadores” y “Matar a un muerto”. Además, Cyan está como productora asociada.
El rodaje de “Una sola primavera” culminó en setiembre del año 2021 en la ciudad de Corrientes (Argentina), donde se terminaron grabando todas las locaciones debido a la pandemia. De abuela paraguaya, Joaquín Pedretti había dirigido “Un Gauchito Gil” (2019), que cuenta con la participación de Celso Franco, quien fuera el protagonista de “7 cajas” (2012).
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¡Orgullo guaraní! Conocé a los paraguayos destacados del 2023
La cuenta regresiva para despedir al 2023 se acerca, es por eso que La Nación quiere compartir con sus lectores la nómina de las figuras nacionales que se destacaron a nivel internacional en este 2023. Son muchos los compatriotas quienes dejaron en alto la bandera guaraní en el año que se despide, pero las siguientes personalidades hicieron historia.
Iniciamos el top con la modelo guaireña Nadia Ferreira (24), la exmiss Universo Paraguay inició el año con el pie derecho, en enero se casó con el cantante Marc Anthony en Miami (EE. UU), al mes siguiente informó que sería madre; por su embarazo realizó una pausa en su carrera como modelo. En el mes de junio, Nadia se consagró como la primera paraguaya en ser parte de la lista de los 50 más bellos de la revista People.
En julio nació su hijo llamado Marco Antonio Jr., en el mes de octubre Ferreira fue presentadora en los Premios Latin Billboard, convirtiéndose en la primera compatriota en ser anfitriona en la mencionada premiación, en el mismo mes volvió a las pasarelas y las producciones de fotos. Nadia continuó haciendo historia en el mes de noviembre, siendo la primera paraguaya en ser jurada en el certamen de Miss Universo.
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Otra personalidad que se destacó fue el futbolista paraguayo Miguel Almirón, jugador del Newcastle de Inglaterra. El deportista hizo parte de la lista de los mejores jugadores latinos en Europa, Almirón quedó en el puesto número 4 del mencionado top. “El portal ´Sofascore´ calificó al paraguayo con 7.20 (escala de 10) y fue uno de los mejores del Newcastle, no solamente en la faceta ofensiva, sino también ayudando colectivamente para marcar y cerrar espacios”, informó Versus/NM.
La siguiente en la lista es la actriz Majo Cabrera, quien participó de la serie “Nada” de Star Plus, donde tuvo como compañeros de elenco a los actores Robert de Niro y Luis Brandoni. La serie expone la vida de Manuel, interpretado por Brandoni, un crítico gastronómico de Buenos Aires que contrató a Antonia (María José Cabrera), para que lo ayude en su hogar. Gracias a esta serie, la compatriota participó en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, España.
Otro destacado es el futbolista Diego Gómez (20), joven oriundo de la ciudad de San Juan Bautista, el mismo inició su carrera en el fútbol de primera con la camiseta del club Libertad a mediados del 2022, fue este año que dio el salto internacional, siendo fichado al club Inter de Miami, equipo capitaneado por Lionel Messi; de esta manera el compatriota se convirtió en el primer paraguayo en jugar en el mismo equipo de la “Pulga”.
Para cerrar la lista se encuentra la actriz Lali González (37) quien este año debutó en la TV argentina como conductora, la compatriota fue presentadora del programa “¿De qué signo sos?”, show que se emitió hasta mediados del 2023, asimismo fue la protagonista de la obra de teatro “Las cosas maravillosas”, puesta que llenó salas de teatros en Buenos Aires y en Asunción.
En septiembre participó de la alfombra roja de la película paraguaya “Leal”, donde hace de protagonista en la cinta de “HEi Films”. En el mismo mes inició como participante del programa Bailando 2023, conducido por Marcelo Tinelli. Actualmente, la compatriota hace parte de los 16 finalistas del show, la misma fue salvada dos veces en la sentencia telefónica y ahora se prepara para la novena ronda del programa.
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Majo Cabrera: “Debemos hacer alianzas para crecer más rápido”
En esta edición del programa “Expresso”, emitido por GEN/Nación Media, Augusto dos Santos recibe a Majo Cabrera, una joven actriz que adquirió notoriedad nacional e internacional por su participación protagónica en una megaproducción con los afamados actores Robert de Niro y Luis Brandoni. Además de relatar su experiencia en la serie, habla de sus inicios y reflexiona sobre el presente de la producción escénica y audiovisual paraguaya.
Fotos: Eduardo Velázquez
ADS: No quería empezar con el lugar común de preguntarte sobre la película de este año en que tuviste la posibilidad de tener en dos metros cuadrados a Luis Brandoni y a Robert de Niro, pero es imposible. ¿Cuándo fue que te llamaron por teléfono y te dijeron “hay un plan”?
–MC: Acá en Paraguay se hizo un casting exclusivamente para el personaje de Antonia que estaba a cargo de Diego Maldonado, que es marido de Lucía Sapena. Ella es mi primer contacto. Estábamos grabando en República Dominicana, cuando eso yo tuve una participación en esta serie “Sin límites” sobre la primera vuelta al mundo de Fernando de Magallanes y Sebastián Elcano. Tengo una entrevista con Lucía Sapena y me dice que hay un casting muy importante que ella me iba a sugerir y ahí es donde me llama Diego y me empieza a explicar que hay un personaje que es una chica humilde, con rasgos paraguayos. Me explica todo sobre el personaje y me dice es muy importante a nivel Latam, más que eso nada. Él sí sabía porque él tiene una amistad con Mariano Cohn, uno de mis directores. Entonces él sabía la magnitud de lo que es trabajar con esta dupla de directores y entonces él me dice que es un personaje muy importante.
–Igual te mintió un poquito porque rebasaba Latam.
–Al final creo que no dimensionábamos qué iba a pasar y voy al casting. Me encuentro con un montón de colegas. Como siempre digo, toda la paraguayada se fue a hacer el casting, que suelen ser súper frustrantes a veces.
–¿Por qué?
–Porque primero te encontrás con otras 10 personas reparecidas porque llaman a personas con las mismas características normalmente. Entonces es como casi imposible. Esa parte difícil de la competencia por el hecho de encontrarte con pares que están buscando lo mismo y yo les admiro un montón y reconozco su trabajo. Siempre uno dice “no me van a llamar”. Salí de ese casting y traté de olvidar por completo porque también estaba haciendo un protagónico en Corrientes. Fue mi primer trabajo en territorio argentino y era una coproducción de parte de Paraguay fuimos con Gabriela Sabaté un elenco muy lindo también de Paraguay y la historia también es muy linda. “Una sola primavera” se llama nuestra película y estando allá creo que era un fin de jornada de rodaje. Estábamos en plena escena cuando recibo la llamada de Diego y me dice él “Majo, quedaste con el papel”. Eso ya es muy lindo, pero que me diga vas a ser coprotagonista con Luis Brandoni y casi me dio un patatús.
–¿Pero en el casting planteaban textos genéricos o tenía que ver con la película?
–Ya tenía que ver. Nosotros tuvimos un guion realmente maravilloso, exquisito, que tuvo sus procesos como todos los guiones. El que me llegó a mí ya estaba completo, pero igual se fue modificando otra vez en el transcurso de la serie. En el casting hice la presentación esta que dice “señor Manuel. Hola, soy Antonia”.
NATURALIDAD
–Muchos paraguayos actúan de paraguayos, pero a vos te salió muy naturalmente el paraguayo.
–Eso fue muy valorado también. Yo soy del interior y eso es lo que me permite jugar un poco con este castellano bien paraguayo pero neutro a la vez porque no es ni asunceno ni jopara ni el popular sobreactuado de cómo habla la gente popularmente. Entonces quedé en eso y para mí era importantísimo afianzarme en ese acento porque me decían los directores “este personaje es paraguayo, pero se va a exportar al mundo”. O sea que toda Latinoamérica tiene que reconocer y sentirse representada. También es un lugar muy importante para mí.
–Entonces te llegaron los guiones y empezaste a trabajar en la idea.
–El momento triunfal para mí está cuando hago mi prueba final, que en realidad para ellos era como la primera lectura de guion. Para mí era la prueba final, la definitiva y viajé a Buenos Aires y ahí tengo mi primer encuentro con los directores primero, que ya me estaban esperando ahí. Para mí era un lujo tremendo. Cuando voy me reciben ellos y yo ya sentía como familiar el ambiente y después llegó Beto y ya llegó hablando de política, porque él es un ser súper político. Yo siento que ese es su motor y que eso le empuja todos los días.
–Encima un político cascarrabias.
–Un poco su personaje le representa. Llego, me paro y nos saludamos. Yo sentí que fue todo natural, ya que nada se forzó. Fue instantáneo y en nuestra primera lectura estábamos todos, incluso estaba el guionista. Estábamos sentados y empezamos la lectura y eso fue muy divertido y eso fluía de una manera que me miraron y me hicieron así como “estás adentro” y eso fue maravilloso. Ahí sacan la carpeta de cuál iba a ser el cast de actores.
SORPRESA
–¿Todavía no sabías de la otra sorpresa?
–Sacan la carpeta y van pasando los personajes. Estaba Beto en primer lugar, después iba mi foto y después gira la página y estaba la foto de Robert de Niro. Y ahí me dicen “estamos tratando de traer a De Niro para que haga el personaje de Vincent Parisi” y me dio un ataque de risa.
–Además tienen una amistad de muchos años.
–Es muy genial porque ellos se miran y tienen tanta expresividad en su mirada porque así se comunican, se dicen dos o tres palabritas. Hermoso.
–Hablame de esa experiencia con De Niro por favor.
–Y con De Niro me pasó esto mismo que me pasó con Brandoni. Cuando llegó, yo tenía miedo, ya tenía miedo con Beto, porque decía que por ahí no le caigo bien o qué sé yo. Este mismo miedo tenía con De Niro y decía “este no me va ni a hablar”. No me presentaron el primer día, que fue muy fugaz nuestro encuentro porque ellos estaban trabajando y venían con 12 horas de jornadas diarias y tuvimos mi primera escena, era en el auto donde les llevo hasta el lugar donde va a ser la presentación del libro y era un ratito y ya al día siguiente empezaban mis escenas fuertes y en este primer encuentro el saludo era súper amable. En el auto al lado le tenía a Beto y me hacía algo como “estamos bien nena” y ahí miraba el retrovisor y le veía a De Niro. No podía creer, giraba a verle y estaba ahí efectivamente y ahí miraba el retrovisor y le veía a De Niro. Para mí fue impresionante ese primer día. Me quedé como alucinada y por suerte ya ahí fue donde me contuve porque una de las exigencias de Bob, para empezar le llamábamos todos así en el set, era que se le trate como una persona normal. O sea, no quería saber nada de que se le trate como una estrella.
–¿Qué hiciste para conversar con él?
–La suerte que tuve es que yo estaba pensando al día siguiente cuando entramos ya al set y ya teníamos escenas más largas. Yo decía “qué le voy a decir”. O sea, cómo me acerco y lo lindo es que se acercó él primero. Entre toma y toma me pregunta si era realmente yo paraguaya, porque como él había venido a grabar “La misión” no solo sabe dónde estamos en el mapa, sino que realmente sabe mucho sobre la historia guaraní. Así que me pregunta si realmente soy paraguaya y si realmente hablo guaraní. Y ahí arrancamos. Ahí no le dejé un segundo. Entonces, él sabía muy bien y empezamos hablando de eso. Claro que hablamos de todo. Le pregunté ciertas cosas de la actuación. Por ejemplo, le observé muchísimo. Había algo que me llamó mucho la atención. Que cuando él alza su equipaje y todo, empieza a medir el peso. Y decía “más peso, menos peso”. Pedía como que le cambien los pesos y yo decía “qué oficio. Hasta la actuación del brazo tiene que estar natural”. El hecho de observarle simplemente era muchísimo conocimiento para mí.
PROFESIONALISMO
–No dejo de pensar en lo afortunada que sos realmente, aunque son todos méritos tuyos. ¿Cómo resolvés mentalmente este tema?
–Para las escenas, para el trabajo, tuve que ponerme en mi lado más profesional y desde ahí hacer todo. No solamente era actuar, sino que comportarme. Le tenía que achicar hasta decir es un colega, es mi compañero de escena y punto, ¿verdad? Y también porque le veía a todo el mundo. No era mi ídolo del cine nomás. Y más en un set donde todos están trabajando para el cine. Es como que estaban trabajando para su exponente máximo. Y se notaba que incluso a mis directores de repente les veía que estaban así casi aguantando el modo cholulo también. Es más, ellos dijeron en una de sus entrevistas “dejamos el monitor y nos pusimos a disfrutar”. Y me pasó eso que tuve que anular ese tipo de emociones para poder trabajar con él. Es algo extraordinario lo que me pasó. Yo siempre digo que la pelotita de la suerte cayó en mi casillero. Ahora, si me preguntás qué yo puedo aconsejar, es como que tengan la preparación o que se preparen constantemente porque si te llega algo así, tenés que tirar toda la carne al asador. Y ahí sí considero que es un mérito mío.
–Y ahora hablemos de Beto Brandoni. Hablemos primero de lo que es como actor.
–Mirá, yo no encontré mucha diferencia entre De Niro y Brandoni. Mirá que Beto tiene tantos años de carrera que él ya ni se acuerda. Porque a veces le decíamos “estuviste en tal producción”. Y él decía “ah, sí, ya me olvidé”. Tiene más de 100 trabajos audiovisuales y después está en lo teatral, que tiene una carrera tan vasta este señor. Es una eminencia realmente. Y yo tuve la suerte de decirle todos los días a la muchacha que lo miraba.
–Es un tipo que está todo el día parado en un teatro, ¿no?
–Parado, se tira. Es increíble. Cumplió 83 o 84 años, no estoy muy segura, pero un vigor que es como que nos dice “todavía no me voy a retirar”.
–¿Qué te pasó con él? ¿Qué te parece inolvidable en esa relación actoral?
–Lo lindo de él es que Beto no tuvo ningún tipo de recelo sobre sus conocimientos conmigo. Él en todo momento compartió, nosotros compartimos muchísimo, entre toma y toma. Es más, él me dibujó todo a Buenos Aires desde su infancia hasta sus épocas de mozo y ya su adultez. Un señor muy milonguero, que le gusta el tango. Muy Buenos Aires. El más porteño probablemente de todos los porteños.
–El otro día me pareció fantástico verte en una entrevista en la que alguien te mencionaba el tema guaranítico dentro de la serie y vos respondías “sí, pero es muy Buenos Aires la serie”.
–Totalmente porteña. Y ahí es donde entramos los paraguayos. Los paraguayos formamos parte de ese ecosistema hace muchos años. Y claro, hoy están las nuevas generaciones que ya son hijos de paraguayos, que ya tienen otras profesiones y demás. El guaraní está muy presente y vivo en las callas de Buenos Aires.
NUEVOS TIEMPOS
–¿Notaste un nuevo tiempo que se está inaugurando con la presencia de paraguayos en el cine y la televisión?
–Yo creo que a partir de ahora hay como otra visión también hacia nosotros los paraguayos. Nos pasó a nosotros en el set mismo, que decían que los paraguayos hoy están ocupando puestos en la salud, médicos, psicólogos en todas las ramas hoy están los paraguayos presentes y hoy ellos también empiezan a ver que nos estamos liberando un poco del estereotipo.
–¿Te imaginaste alguna vez que una serie iba a girar casi sobre tus hombros y cerquita de tu hombro porque sos el elemento que hace el cambio de clima en la serie?
–Yo siempre fui muy soñadora. Desde chica siempre estuve entre los árboles de público imaginándome quién sabe qué escena y siempre tuve estas ganas de formar parte de una producción así y a medida que iban pasando los años eso se fue afianzando en mí, pero ya casi como un llamado de la selva digamos y la loba salió a responder el llamado.
–Cuando decís entre los árboles de público, yo me imagino en Sapucai algún teatro al aire libre.
–Al fondo de mi casa mi papá cultivó un montón de árboles y tenemos como un bosquecito, que era mi sala de juegos. Así que ahí tuve mis primeras escenas y mis primeros personajes se crearon en ese lugar.
–¿Qué recordás del inicio? ¿Cuándo fue que dijiste “me gusta el camino de la actuación”.
–Para empezar mi primera educación en mi jardín de infantes fue en una escuela que nos enseñaban mucho sobre yoga, meditación y todo eso. En vez de amasar plastilina íbamos hasta el arroyito, primero a agradecer y a reconocer toda la vida que había ahí y después a sacar las arcillas de ahí. Y de chica aprendí a hacer mucha introspección. La verdad que pude mirar mucho hacia adentro desde chica porque hacíamos meditación y todo. Recuerdo mi primera meditación. Aún tengo muy presente eso. Y después, ya mi otro acercamiento a la escena fue con la danza popular paraguaya cuando era muy chica, que ya sabía que me pasaban cosas con la escena. Y luego ya en la adolescencia llega un proyecto hasta mi ciudad, gracias también por medio de mi tía, que tenía contacto con la gente del teatro. Ya habían ido en el 98 y quedaron muy amigos. Y luego vuelven con este proyecto, que es el Festival Nacional de Teatro Juvenil. De este semillero salimos un par, entre ellos Celso Franco, por ejemplo, que salió para “Siete Cajas” también. Hicimos una cuestión de teatro itinerante. Vinimos a presentarnos incluso en Asunción, en el Juan de Salazar.
–¿Quiénes fueron tus maestros?
–Mi primera educación dentro de la interpretación actoral fue con grandes maestros de Asunción, entre ellos Julio Saldaña y Líber Fernández, que hoy ya no están con nosotros, pero que realmente ellos también cava- ron un poco dentro de mi mente. Y esto me permitió primero reconocer que mi pasión estaba en la creación de personajes y en la interpretación, y luego en la escena. De ahí ya sabía exactamente dónde estaba mi pasión, mi vocación y qué era lo que movía mis raíces. Pero luego terminé el colegio y tuve que empezar una carrera “seria”. No tan hippie.
–¿Qué carrera fue?
–Arquitectura. Empecé en la Nacional. Estuve ahí como tres años y medio. Estuve completamente alejada del teatro, pero luego de ver una obra de teatro eso fue suficiente para que se me incendie todo lo que tenía dentro. Y ahí fue donde decido dejar la carrera y volver a la actuación. Y ahí una vez que arranco con mi carrera actoral, arranca también mi carrera profesional al mismo tiempo. “Gracias Gauchito” fue mi primer trabajo en cine. Y también ya mi primera obra de teatro profesional que estrenamos en el Teatro Municipal. Yo estaba perdida todavía en la escena en ese inmenso teatro. Tuve después otras experiencias que ya me hicieron estar mejor parada en la escena. Después lo mismo en audio- visual. Fui también creciendo de a poquito. Y tuve incluso un reconocimiento a Mejor
Actriz en el Festival de Som- bras por un cortometraje que se llama “La maldición”, de Claudia Espínola. Fui como creciendo en ese sentido. Y ya después empezó una seguidilla de trabajos que me tiraron hasta aquí.
LO QUE SIGUE
–¿Cómo sigue tu carrera? ¿Por dónde continuás o estás todavía en una etapa de pausa?
–Estuve en esa etapa y más para asimilar todo y ver cuál era el impacto que generaba, pero ya ahora estamos reactivando. Y ya lo dije antes, pero esto sí lo vuelvo a repetir. Realmente el trabajo que hice con los directores fue muy lindo. O sea, trabajamos muy bien. Ellos me permitieron en todo momento entrar y afianzarme. Me dieron muchas posibilidades. Y esto también a mí me premió con el hecho de que ellos también me consideren y esté dentro del equipo. Y hoy tenemos ya proyectos para adelante. Tenemos que sentarnos a analizar qué pasa después del estreno, cuál es el impacto y cómo seguimos, si es que seguimos todo eso todavía.
–¿Qué aprendiste genéricamente del cine argentino?
–Y lo increíble que tienen ellos es que están totalmente organizados. O sea, están sin- dicalizados, tienen todo en orden, sus leyes, los derechos de los actores. Tienen tantos años ya de trabajo. O sea, el cine argentino es de los pioneros de la región y es referencia a nivel mundial. O sea, allá también me suelen preguntar si tenía ganas yo de ir. Y por supuesto. Y más porque me parece que cuando nosotros vamos ganando espacio, también estamos ganando espacio para Paraguay. Porque eso también nos da como una visibilidad enorme a los acto- res y a los técnicos. Que para mí, y donde puedo lo digo, yo creo que a nivel técnico estamos para trabajar en la megaproducción que se nos ponga.
–Hay actores paraguayos trabajando en Argentina y en otras partes, pero nos faltan más películas, ¿no?
–Tal cual. Nos faltan más producciones. Y yo siempre digo, si conseguimos estas alianzas, si conseguimos seguir saliendo y haciendo coproducciones, nosotros vamos a crecer y nos vamos a afianzar a nivel regional. Porque definitivamente también si trabajamos solos se nos va a hacer más lento el trabajo. Y si nos agarramos de ellos, que ya están caminando, proba- blemente nos van a estirar y va a ser mucho más rápido el crecimiento. Esto a mí me dio muchísima esperanza porque pienso que vamos a estirarles a ellos a que vengan y desde acá estiramos todos juntos.
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Una vida de trabajo y pasión dedicada a un difícil oficio
Jimmi Peralta - Fotos: Néstor Soto/Jorge Jara/gentileza
Los Maestros del Arte 2023 hablan con La Nación/Nación Media sobre sus inicios en la actividad artística, el camino recorrido, sus inspiraciones y sus reivindicaciones de cara a la profesionalización de un oficio que en la mayoría de los casos se ejerce en nuestro país en condiciones de suma precariedad.
Hacerse un camino para la propia carrera es también dejar con enseñanzas y testimonios un sendero abierto para aquellos que intenten, fijando sus propias metas, trajinar los desafíos que ensanchan el mundo y en particular el arte. Dejar huellas en el andar es una de las labores del maestro, que enseña desde el hacer para sí y desde el hacer para los demás. Los Maestros del Arte 2023 tienen ese sello, el de marcar el camino en su trayectoria y de también acompañar el crecimiento de quienes los acompañan en la dialéctica pedagógica del mutuo aprendizaje.
El Centro Cultural de la República El Cabildo reconoció esta semana a Mario Toñánez, en teatro; Rolando Chaparro, en música; Gustavo Laterza, en literatura; Elizabeth Arzamendia, en danza, y Esperanza Gill, en artes visuales, como los Maestros del Arte 2023.
Cada uno desarrolló una carrera en el contexto local destacándose y marcando un aprendizaje en su andar. La Nación/Nación Media habló con algunos de ellos respecto a su vinculación con el arte, sus sueños y proyectos.
“Sueño con una legislación laboral para el sector actoral”
Mario Toñánez, Maestro del Arte en Teatro
–¿Cómo llegaste al arte y en qué momento decidiste que eso se vuelve algo central en tu vida?
–Siendo niño, aproximada- mente a los 12 años, ingresé a trabajar en el Cine Premier como vendedor de golosinas y, como solo trabaja en el intermedio, pude ver muchas películas, incluso muchas veces la misma película tantas veces que me memorizaba los diálogos de los personajes para jugar a interpretar. Incluso traducía algunas frases en guaraní para una mejor interpretación, actuando en esa sala oscura, solo para mí mismo. Tomé conciencia de mi interés por la actuación alrededor de los 17 años, cuando todavía trabajaba en el cine, prestaba servicio militar a medio tiempo y actuaba en varios skechts en el colegio. Fue entonces que decidí participar en talleres de teatro con maestros nacionales y extranjeros. Luego, en 1986 me llegó la oportunidad de actuar en una obra teatral profesional con un director español y que se estrenó en el Teatro Municipal de Asunción para luego formarme sistemáticamente en el Instituto Superior de Bellas Artes, de donde egresé con el título de licenciado en Teatro.
–¿Qué facetas del trabajo teatral te parecen hoy más apetecibles en tu día a día?
–La actuación, si yo pudiera dejar las otras actividades laborales y pudiera dedicarme con exclusividad a la actuación, sin dudar lo haría. La realidad es que en nuestro país generalmente le dedicamos nuestro tiempo marginal al teatro. Por eso no podemos dar ese salto de calidad y excelencia en nuestras obras. A pesar de todo, hay muchos colegas que hacen muy buenos trabajos.
–¿Qué sueños lograste con esta profesión y cuáles tenés pendientes de cumplirlos?
–Dedicarme profesional- mente a la actuación en un país que ni siquiera tiene ley que nos reconoce como tal. Hacer teatro, cine y televisión forman parte de los sueños que tuve y tengo. Considero que es muy importante hacer cine latinoamericano, con temas y contenidos que nos interesan como seres huma- nos. También sueño con una legislación laboral para el sector actoral, ley de teatro, ley del artista y trabajos de forma continua.
–¿El reconocimiento de Maestro del Arte qué significa para vos?
–Por un lado, responsabilidad para seguir formándome y ser un referente en el ámbito teatral. También luchar por reivindicaciones en políticas públicas para el sector y, por otro, satisfacción de estar en el camino correcto de autorrealizarme en lo que me apasiona en la vida.
–¿Quién podrías decir que ocupó en tu vida el rol de maestro?
–Muchos, pero me gusta- ría citar a las maestras Erenia López, Raquel Rojas y al maestro Moncho Azuaga.
–¿Qué proyectos tenés para el 2024?
–Espero que se estrene en los cines “Ignacio, mi tierra, mi sangre”, una película de Dan Morínigo y Giselle Machado, que se terminó de grabar y está en posproducción. Y por televisión “El poder del nombre, segunda temporada”, serie de 13 capítulos que ya se terminó de grabar y también está en posproducción. Tengo previsto grabar un documental sobre el idioma guaraní y espero que aparezcan propuestas teatrales y en audiovisuales.
“Las semillas que uno plantó crecieron y dieron frutos”
Rolando Chaparro, Maestro del Arte en Música
“El arte estuvo desde que nací conmigo. Teníamos como vecino a don Eladio Martínez, y a sus hijos Lobo y Lobito, que se pasaban tocando música. Eso influyó mucho en mí también. Además de escuchar mucha radio, de escuchar muchos mitos desde muy chiquito. Eso influyó fuertemente”, comenta Rolando Chaparro, cantautor y guitarrista, hijo de un fotógrafo y una actriz.
Desde sus primeros pasos dentro del folclore, Rolando narra una trayectoria que recorrió géneros como el rock y el folk y cuenta con un disco tributo al guitarrista Agustín Barrios.
“En este momento la faceta que me llega más es componer. Tocar en vivo y arreglar también, obviamente, por- que al componer está arreglando”, explica el maestro.
Ñamandu, Síntesis y Krhi- zya fueron algunos de los proyectos colectivos de Chaparro. También se des- taca en su itinerario el acercamiento que hizo entre la música afroanglo contemporánea, como el rock y el jazz, y el folclore en compás de 6/8 de paraguayo.
“El rol de maestro lo ocupa- ron varias personas en mi vida, Carlos Schwarzman y Kuki Rey fueron dos de mis grandes maestros de guita- rra jazz, fueron profesora- zos”, recordó.
“La verdad que los sueños se fueron dando increíblemente solos. Yo no anhelaba nada. Yo simplemente trabajaba y hacía lo que tenía que hacer. Hasta llegar a un galardón como el galardón del Maestro del 2023, fue increíble. Fue increíble porque ni yo puedo dejar de emocionarme tanto por eso.
Quiere decir que las semillas que uno plantó crecieron y dieron frutos. Eso es importante”, agregó.
Entre sus anhelos más inmediatos, Rolo citó volver a los escenarios, hacer giras y seguir representando al Paraguay en su área, el rock.
“Este reconocimiento para mí significa algo sumamente importante y alto. Altamente importante. Es el galardón fundamental que uno puede obtener o puede ganar digamos a partir del trabajo que uno está haciendo. Acá se nota que el trabajo no es fácil. Entonces, ser Maestro del Arte 2023 me llena de orgullo, me llena de emoción, me llena de tantas cosas que me cuesta decir- las. Pero evidentemente es algo enorme, algo gigante. Muchas gracias a todas las autoridades y a todos los que eligieron”, concluyó.
“Uno escribe para los demás, nunca para sí mismo”
Gustavo Laterza, Maestro del Arte en Literatura
“Me halaga mucho, aunque todavía creo que el sayo me queda un poco grande. Si me comparo con otros escritores y escritoras, a menudo me siento más alumno que maestro. Admiro a los grandes talentos literarios de nuestro tiempo, pero no dejo que influyan mucho sobre mí, aunque tengo presente que no existe el artista que no reciba influencias, quiéralo o no. Hacemos préstamos de inspiración constantemente, sin darnos cuenta y no solo en el campo de las artes, sino en los de las disciplinas intelectuales”, explica Gustavo Laterza, Maestro del Arte en Literatura 2023 respecto al reconocimiento y su trabajo.
Laterza es abogado, periodista y docente universitario. Proviene de una casa familiar donde siempre había libros. “Mi abuelo y mi madre leían regularmente”, recuerda. Así también, menciona como punto de partida con las letras a la Academia Literaria del Colegio San José.
La creación suele presentarse como análoga a la misma mayéutica, luminosa pero dolorosa. Según Laterza, “son caras de la misma moneda. Se sufren muchas desilusiones en el intento de expresarse bellamente, pero se goza cuando el propósito fue alcanzado. Muchos artistas coinciden en confesar que el estado de padecimiento físico o espiritual es la más frecuente cuna de inspiración para toda forma de expresión artística. O sea, que el dolor inspira más que el placer”.
Laterza es miembro de la Academia Paraguaya de Historia y de la Academia de la Lengua Española. Estudió y trabajó en diferentes ámbitos, y las letras fueron su compañera a pesar de ir a contracorriente.
“En un país como este, donde se lee muy poco, la literatura no puede ser la principal actividad de una persona adulta. Forzosamente tiene que estar compartida con otras, en especial con las que te dan de comer. Excluyendo a los periodistas, en el Paraguay ningún escritor vive de las letras”, explicó.
Además, recordó que en su juventud el desafío de publicar excedía los riesgos pecuniarios y el sistema represivo de la dictadura fue sin duda una forma eficiente de espantar las oportunidades de ver sus textos publicados.
“El mayor anhelo de todo escritor es ver publicados sus escritos, sean o no bienvenidos por los lectores. Si lo son, bien; si no lo son, se te muestra un camino en el que no has de persistir. Pero la indiferencia es el peor resultado. A fin de cuentas, uno escribe para los demás, nunca para sí mismo. Me gustaría seguir explotando el venero histórico, divulgando sucesos y personajes del periodo colonial paraguayo, tan poco conocidos y tan interesantes”, concluyó.
“Encontré en la danza un lugar apasionante donde me sentía libre”
Elizabeth Arzamendia, Maestra del Arte en Danza
–¿Cómo llegaste al arte y en qué momento decidiste que eso se vuelve algo central en tu vida?
–Creo que el arte llegó a mí. Fue por casualidad, nos habíamos mudado y la academia de Reina Menchaca quedaba a unas casas de la nuestra. Yo iba a mirar desde la ventana, que daba a la calle. La maestra Reina no solo me invitó, sino me mandó buscar una tarde. Así entré por primera vez a una clase y desde allí quedé encantada con todo ese ambiente de sonidos, movimientos, voces, el piano en vivo sonando, los ejercicios, los saltos, la danza española, el ballet, en fin, me gustaba todo. Así empecé y desde el primer día solo quería estar en la sala de danza. Tomo conciencia de cuán importante era la danza cuando me encuentro en la necesidad de tomar decisiones. ¿Cuánto debería y podría dedicarle a la danza en mi vida?
–¿Qué de la actividad vinculada a la danza te sedujo en un principio y qué te atrapa o motiva hoy?
–Encontré en la danza un lugar apasionante donde me sentía libre, donde lograba disfrutar de cosas que antes nunca había intentado. Me quedaba fascinada con la sensación de flotar que daban los saltos, el movimiento escénico, la imagen del maestro o maestra, que dirigía, indicaba, exigía, creaba, hasta que todo adquiría forma. En ese momento no era conciente y hasta después de un buen tiempo que además de bailar en el escenario la docencia era algo que quería explorar. Hoy me sigue motivando el aula de danza, ver transformarse un niño, niña o joven en su proceso de formación, una persona adulta que descubre el placer del movimiento, la transformación de su postura, su actitud, su agilidad, etc. Dar clases, observar clases, ensayos y todo lo que a nivel de análisis y proyectos puedan generarse de estas actividades.
–¿Qué sueños lograste con esta profesión y cuáles tenés pendiente de cumplirlos?
–Fantaseaba con ser bailarina y la danza me fue llevando. Interpreté roles en importantes puestas de ballet en Asunción e incursioné brevemente en la danza contemporánea. Tuve oportunidad de ir a Lyon (Francia), tomar clases, asistir a espectáculos de danza, conocer algunas escuelas. Soñaba con que tuviéramos una escuela de ballet y compañías de danza similares a como en ese momento eran en el exterior. Los sueños se van adaptando a las épocas y realidades. Sueño todavía con que exista una estructura física adecuada a las necesidades de una escuela de danza pública, con los recursos materiales y humanos fundamentales, y principalmente las políticas globales necesarias para su sostenimiento, valorización y proyección. Igualmente, que la práctica de la danza como hobby se difunda, porque moverse y bailar debe ser una posibilidad de esparcimiento y salud para todos sin mayores costos.
–¿Podrías contarnos episodios o anécdotas que marcaron tu carrera?
–Son en realidad acontecimientos o detalles que de algún modo impulsan o contribuyen al camino que uno se va forjando y otras veces revelan. Por ejemplo, conocer al profesor Inocencio Báez Villalba, sus clases eran exigentes, inspiraba gran respeto. Él me estimuló a optar por el ballet, me enseñó la importancia de los saltos y los giros como mi potencial. La maestra Teresa Capurro fue mi mayor inspiración y con quien aprendí la expresividad, la artisticidad de una bailarina y la actitud al frente del aula de danza, entre tantas otras cosas fundamentales en una profesional. En la esfera de la gestión académica, enfrentar desafíos varios, luchar por mantener espacios para la danza, recorrer instancias varias, atravesar situaciones que hoy día resultan jocosas y que me hacen recordar a Dionisio González Torres o Pablo Alborno, por ejemplo, toda una época de nuestra historia.
–¿Qué significa para vos el reconocimiento de Maestro del Arte?
–El reconocimiento de Maestros del Arte significa principalmente un agradecimiento público y social a la trayectoria y al trabajo artístico. Tiene un valor simbólico importante para cualquier profesional. Indudablemente se siente el peso de la palabra “maestro”, por tanto a la vez es un compromiso personal y social importante. Creo valioso que las instituciones resalten el valor cultural del trabajo de los artistas, creadores, artesanos e intelectuales del arte.
–¿Qué proyectos tenés para el 2024?
–Seguir impartiendo clases de danza, dar continuidad a un proyecto que puede concluir en un material útil para la danza y otros que están apenas incubándose. Fundamentalmente vivir cada día y cada experiencia lo mejor posible. ¡Dicen que no se cuentan los proyectos!