Por: Micaela Cattáneo

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El viernes, Netflix estrenó la cuarta temporada de La Casa de Papel, la serie española que ha causado furor desde su lanzamiento y que ha enganchado este fin de semana a sus seguidores de todo el mundo. El debate en las redes sociales post maratón de 8 capítulos se concentra, principalmente, en las frases que dejó la nueva entrega. Sin embargo, ¿alguien se puso a analizar la música que atraviesa a la historia?

La Casa de Papel, desde su primera temporada, ha tenido una marca registrada con la canción italiana Bella Ciao, la cual aparece como el cierre perfecto de una producción bien hecha. Pero en esta nueva entrega, la música tiene un poder narrativo que es imposible pasar por alto, sobre todo porque se manifiesta en momentos claves de ese drama constante que por instantes es dolor y también acción.

Para hablar de la banda sonora es necesario separar las canciones en dos grupos: las que de cierto modo forman parte del diálogo y las que complementan o dicen algo más que lo expuesto en la escena. Desde la segunda mitad, las del grupo 2 cobran especial importancia, musicalizando ese “shock salvaje” que adelantaba su creador, Álex Pina, cuando la prensa le preguntaba qué habría en esta temporada.

Entre las canciones del primer grupo se encuentra “Libre” de Nino Bravo, cantada por Palermo, quien usa este tema como un arma para convencer al jefe de seguridad del banco, Gandía, de que se saque las esposas y enfrente a la banda. Otro momento épico, musicalmente hablando, es la escena en que Gandía obliga a la banda a entonar la canción religiosa “Pescador de hombres”, mientras tiene atada a Nairobi por una puerta y a sus compañeros tratando de salvarla.

Esta canción, en esencia pacífica, aquí suena a tensión en aumento con un final inesperado, porque es el antecedente del hecho más trágico de la serie: la muerte de Nairobi. Cuando Gandía le dispara un tiro en la cabeza, el grito colectivo de sus compañeros se reproduce en cámara lenta, pero no se escucha, porque el dolor que lo genera se siente en los versos de “Delicate” de Damien Rice.

“La música, como elemento narrativo, puede meterse dentro de la psiquis del personaje y explicar sus sentimientos. Puede ayudar a remarcar la historia que quiere contar el director. Para mí, la música puede describir mejor las emociones, incluso que las palabras y las imágenes”, explica el máster en composición de bandas sonoras Fran Villalba.

La despedida de Nairobi se construye a partir de dos elementos musicales: la armónica de Helsinki, que trae la nostalgia, y la canción que le continúa, “Cuando suba la marea”, del grupo Amaral, que entona el consuelo y hace valer los recuerdos que quedaron.

Desde que trasladan a Lisboa de la carpa a la audiencia judicial, se hace presente la fuerza de su vuelta al núcleo con una canción tan poderosa como “Wake up” de Arcade Fire. Y aunque el final de esta temporada sucede al ritmo de la adrenalina, la banda de atracadores de El Profesor tiene un motivo más para bailarle al sistema: ¡por Nairobi!

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