Apenas 100 días después de iniciarse la aplicación del programa Hambre Cero en las Escuelas en todas las instituciones escolares del país, a fines de febrero último, su cobertura ha superado los 980.000 niños a quienes iba dirigido y ahora alcanza a 1.040.000 escolares. En algo más de tres meses este plan emblemático del Gobierno nacional está ayudando a la alimentación de más chicos de los que se estimaba y causa la satisfacción de las familias humildes que tienen ahora la seguridad de que sus hijos podrán estudiar bien alimentados y con el cuidado nutricional que requieren.
El lunes último se reunió el Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conae), con el presidente Santiago Peña a la cabeza, y en la ocasión se informó de los avances que está teniendo el plan en los pocos meses que se comenzó a aplicar en la totalidad de las instituciones escolares de la nación. La principal novedad es que en el escaso tiempo de funcionamiento el programa está superando las metas iniciales en la cantidad de escolares que atenderá, con un aumento del 6,1 % en la primera semana de junio, que son 60.000 niños más.
El ministro Tadeo Rojas, que es el responsable del proyecto, destacó que el plan de alimentación escolar está alcanzando un gran impacto, tanto en el ámbito educativo, como en el sector económico. Porque da de comer a niños que antes no recibían suficiente alimentación y moviliza la producción y venta de diversos tipos de alimentos que se utilizan para la nutrición de los chicos.
Hay que señalar que Hambre Cero en las Escuelas moviliza en el país cerca de 3 billones de guaraníes por año, cifra que se utiliza en la producción y comercialización de los alimentos que consumen los niños. Anteriormente esos fondos no existían para ese fin y hoy representan una extraordinaria contribución a la economía de las diferentes localidades del país que están cubiertas por el programa nutricional. Porque uno de los aspectos resaltantes es que, en su mayor parte, los alimentos que se utilizan para los niños son de producción local, de los distintos departamentos y localidades afectados. Por ejemplo, las escuelas del departamento de Caazapá consumen los alimentos que se producen en las localidades de esa jurisdicción política y ahora circula dinero que antes no entraba en esa zona.
Se estima que el valor monetario de las compras anuales de productos de la agricultura familiar ascendería a 3.000 millones de guaraníes, en tanto que las compras a las pymes de las zonas alcanzarían a 1.500 millones de nuestra moneda. Si se tiene en cuenta que esas sumas de dinero anteriormente no circulaban en esas localidades del país, porque no había ese tipo de adquisiciones, se puede valorar la importancia económica que tienen para los emprendedores y trabajadores de esas localidades. En ese sentido Hambre Cero en las Escuelas es un hecho de extraordinaria importancia para los habitantes de toda la geografía nacional.
En el presupuesto general de la nación de este año están previstos los fondos financieros que se requerirán para posibilitar la marcha del programa nutricional de los niños. Y para el año 2026, el Poder Ejecutivo ya tiene estudiado incluir en el nuevo presupuesto el equivalente a 375 millones de dólares para financiar Hambre Cero en las Escuelas.
Refiriéndose al tema, el ministro responsable de administrar el programa destacó que el presidente Peña ordenó que se garanticen los recursos económicos para proveer la alimentación escolar. “Estamos tranquilos y convencidos de que recursos para la cobertura de la alimentación escolar no van a faltar”, manifestó Rojas.
Si se tiene en cuenta que anteriormente tres de cada diez niños que iban a las escuelas públicas no recibían una alimentación adecuada, ahora con Hambre Cero se está dando un paso trascendental a favor de los más débiles de nuestra sociedad. Se está concretando una de las acciones fundamentales para hacer del Paraguay una nación más equilibrada, con una población que alcance una mejor calidad de vida. Por eso las entidades encargadas del programa deben recibir el apoyo y la cooperación de la comunidad nacional. Porque en las escuelas no se está enseñando a los chicos solo a leer y escribir, sino también que son personas dignas y consideradas como tales por la sociedad.