El Gobierno nacional ha reali­zado una acción extraordina­ria en la entrega de títulos de propiedad a los campesinos por tan gran cantidad en poco tiempo, que ha roto todos los esquemas ante­riores. Mediante ello ha beneficiado a miles de personas que esperaban obte­ner los documentos que los consagra como propietarios de un pedazo de tie­rra, como establecen las normas de la reforma agraria. La acción de las autori­dades actuales del Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) tiene un tinte revolucionario, en el sen­tido de provocar un cambio profundo en las estructuras de la institución para favorecer a las personas del campo que soñaban con tener la tierra propia y no podían por los impedimentos existen­tes y la exagerada lentitud burocrática anterior.

Para tener una idea de lo acontecido vale la pena señalar que desde el 15 de agosto de 2023 en que asumió el gobierno San­tiago Peña hasta las primeras semanas de este diciembre se produjeron 7.500 títulos de propiedad de la reforma agraria a través del Indert. Esto hay que compa­rarlo con la gestión del gobierno anterior que lograba titular 927 inmuebles por año, lo que representa un aumento del 709 % en el tiempo que llevan al frente del país las actuales autoridades

La inversión en titulación de tierras del gobierno de Santiago Peña desde el 15 de agosto de 2023 es un 56,47 % superior a la realizada durante toda la administración anterior, en cinco años, lo que da una idea exacta del trabajo de gran nivel alcan­zado por las actuales autoridades. Esto quiere decir que, en apenas un año y cua­tro meses, mediante una excelente ges­tión, este gobierno ha invertido muchí­simo más que el equipo gubernamental que se fue.

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Hay más datos reveladores de la dimen­sión de la tarea que está haciendo la ins­titución agraria. El gobierno anterior, en cinco años de trabajo invirtió el equi­valente de 255 millones de dólares a tra­vés del Indert, mientras que la admi­nistración actual lleva invertidos 399 millones de dólares en lotes titulados desde agosto de 2023 hasta los primeros días de este mes.

Las comparaciones entre lo que está rea­lizando actualmente el Indert y lo que se ha hecho con anterioridad son muy elo­cuentes porque revelan con la indiscutible fuerza de los números el extraordinario trabajo que está llevando a cabo la admi­nistración actual. La cantidad de títulos de propiedad entregados a las personas de zonas rurales estimula el ansia de trabajo de los labradores y se irá viendo también en el bienestar de los mismos.

Una de las medidas que favorece la entrega de tierras es que el Gobierno redujo la tasa de interés por el fraccio­namiento en el pago de los lotes. Para las mujeres redujo del 12 % al 0 %, a 15 años de plazo, y para los hombres se dismi­nuyó del 12 % al 4%, a 10 años de plazo. Con esta decisión declinó fuertemente la morosidad y aumentó en gran medida el porcentaje de títulos a nombre de las mujeres. Anteriormente, el 70 % de los lotes se entregaba a los hombres y solo el 30 % a las mujeres, cosa que ha cambiado sustancialmente, pues ahora cerca del 60 % de los títulos que se expiden están a nombre de personas del sexo femenino. Esta estrategia busca fomentar el arraigo campesino y el acceso privilegiado a las mujeres en busca de una mayor equidad de género.

Fuentes estatales explicaron que el impacto de la titulación de tierras es el arraigo. Esto porque permite tener otros beneficios que se otorgan desde los orga­nismos estatales, como las viviendas sociales, el acceso a energía eléctrica, la construcción de escuelas y hospitales en las colonias que están formalizadas. La titulación de tierras hace que los campe­sinos tengan inclusión financiera y social, pues les permite obtener créditos en con­diciones favorables, lo que se traduce en mayores ganancias y aumento en la pro­ducción.

La tarea del Gobierno, a través del Indert, está marcando profundamente la vida de la población rural, pues no solo favorece la rápida obtención de los títulos de pro­piedad. También permite que los cam­pesinos puedan hacer negocios en el cir­cuito financiero en el que jamás podrían haber ingresado en situaciones pasadas.

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