El fin de semana último, Asun­ción fue el escenario de la final del cotejo sudamericano de fútbol denominado la Conmebol Suda­mericana. Y en el estadio Gral. Pablo Rojas, del club Cerro Porteño, 45.000 espectadores, la mayoría extranjeros, celebraron una de las mayores fiestas del deporte más popular del continente. Como escenario de este gran acontecimiento futbolístico, la capital del país y ciudades aledañas fueron las principa­les beneficiadas por la venida de 40.863 turis­tas para disfrutar su distracción favorita.

Los visitantes dejaron en el país alrededor de 50 millones de dólares, según declaró un vocero de la Secretaría Nacional de Turismo (Senatur), de acuerdo con los cál­culos realizados por la gente de la Confe­deración Sudamericana de Fútbol (Con­mebol), lo que implica un gasto promedio de 1.223,6 dólares por persona. Haciendo un cálculo más conservador y suponiendo que cada uno de los visitantes gastó no más de 500 dólares, la suma ingresada al país habría sido de 20.432.500 dólares.

Para tener una idea de la importancia de las sumas de dinero ingresadas al país, hay que señalar que 50 millones de dólares equi­valen al valor de 135.135 toneladas de soja cotizadas al precio de 370 dólares la tone­lada que es el valor que se estaba pagando últimamente en el mercado de Chicago, Estados Unidos.

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En la Senatur señalaron que todos los hote­les, pensiones y lugares de alojamiento estuvieron ocupados no solo en Asunción sino también en Itauguá, San Bernardino, además de otras localidades de los departa­mentos de Central, Cordillera y Paraguarí.

Según las autoridades, la gran fiesta de la final del fútbol no registró inconvenientes de seguridad, excepto un accidente auto­movilístico ocurrido cerca de Puerto Fal­cón donde falleció una persona. No hubo reporte de peleas ni de enfrentamientos violentos entre los hinchas de los clubes que vinieron, ya que se portaron de manera civilizada. Por ello se resaltaron los opera­tivos de seguridad y de buen anfitrión de los que participaron tanto la Policía Nacional como la Senatur.

Voceros de organismos estatales mencio­naron que el éxito del programa Buen Anfi­trión fue reconocido en todas partes, ya que en las redes sociales se leyeron numerosos comentarios positivos sobre la hospitalidad de los paraguayos y la buena organización del encuentro futbolístico. “La final de la Copa Sudamericana no solo dejó una hue­lla deportiva, sino también una impresión duradera sobre la calidez y amabilidad del pueblo paraguayo”, destacó una fuente.

El acontecimiento deportivo dejó lecciones importantes para nuestro país que deben ser bien aprovechadas. Una de ellas es lo que han destacado numerosas personas que vinieron a Paraguay por primera vez, que fueron tratadas muy bien y que sintie­ron la hospitalidad de la gente, tanto en la calle, en los comercios como en el estadio de fútbol. Los paseos, patios de comida y rincones de los lugares públicos de mucha concurrencia fueron escenarios de eso. En algunos lugares los turistas, felices con su logro deportivo, aplaudieron a Paraguay y su gente.

El ciudadano promedio de nuestro país es habitualmente amistoso con los visitan­tes, una cualidad que ya es tradicional en el paraguayo, que hay que saber valorar. Teniendo en cuenta el importante aporte económico que significa la realización de estos acontecimientos con grandes con­currencias de personas, las autoridades nacionales deben propiciar más encuentros similares que atraigan la venida de turistas. No vendrán en el número que congrega un gran espectáculo deportivo como la final de la Sudamericana, pero periódicamente se pueden organizar hechos que cautiven a los visitantes con un buen trabajo de promo­ción turística y atractivos diversos. Eso se puede copiar de las iniciativas que propi­cian otros países que viven en gran medida del aporte del turismo internacional.

El Paraguay tiene muchos lugares y acon­tecimientos que pueden ser muy atractivos si se los explota de manera adecuada, en los más diversos puntos geográficos. Solo falta que los organismos públicos se pongan de acuerdo con las empresas privadas del sec­tor y se organicen viajes, visitas y aconteci­mientos especiales que estén pensados para atraer a los visitantes de otras naciones. La condición geográfica del país, que está en el centro de Sudamérica debe aprovecharse para mostrar a los habitantes de otras naciones de la región y lugares más lejanos todos los atractivos que presenta y puede conquistar la admiración de mucha gente.

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