Ingresamos a la temporada alta que es el periodo de mayor circulación del dengue, como de otros tipos de virus como el zika y chikungunya que el año pasado, principalmente el primero mencionado, hicieron llorar a la población por el fuerte impacto en la salud de la población. Esta secuela reciente torna obligatoria la aplicación de medidas preventivas que puedan ayudar a amilanar el ingreso de otra epidemia.
La ciudadanía en general sabe que sale casi gratis evitar el brote de mosquitos transmisores de la enfermedad, especialmente del dengue. No hay otra receta, la única forma de combatir al dengue es eliminando los criaderos de los vectores.
La limpieza de los patios, baldíos, principalmente de sitios al aire libre donde se tienen todo tipo de recipientes u objetos en los que se pueden acumular agua es la única manera eficaz del combate al virus y por ende a posibles epidemias.
Recordemos que el año pasado, pese a las advertencias que lanzó del Ministerio de Salud de manera temprana, a la entrada de la temporada alta, los esfuerzos que se pudieron adoptar para amortiguar la epidemia resultaron más que deficientes.
Las estadísticas al cierre del periodo epidémico de dengue, correspondiente al 2023-2024 que duró 44 semanas, arrojó más de 101.602 casos y 132 fallecidos, de acuerdo con datos acumulados difundidos por el Ministerio de Salud. Los datos oficiales remarcan el predominio del serotipo DENV-2.
Los números reflejan que la epidemia anterior de vuelta nos madrugó, pese a los avisos sanitarios. Esta situación, necesariamente debe amortiguarse y para ello requerimos el compromiso de la población en general y principalmente el liderazgo de las municipalidades que la instancia más inmediata de las campañas que pudieran emprenderse para involucrar a la gente.
Si bien ameritan siempre campañas de concienciación, buenas comunicaciones que sean capaces de tocar la mentalidad de la sociedad con relación al tema, son los municipios los que deben tomar firmes iniciativas de monitoreo y erradicación de sitios con criaderos de mosquitos.
Debe encontrarse el mecanismo de despertar en interés de la gente en este tema. Ingresamos a la época de propagación del vector y los casos de dengue, principalmente, comienzan a golpear las estadísticas sanitarias.
A fines de octubre pasado desde el Ministerio de Salud empezaron las confirmaciones de que existe un aumento de casos de dengue a nivel país. Desde el Servicio Nacional de Erradicación del Paludismo (Senepa) intensificaron los trabajos de limpieza, pero lógicamente esta tarea será más fructífera si la ciudadanía se ocupa de mantener sus predios limpios.
Las continuas lluvias registradas este mes ayudaron a la proliferación de los criaderos de mosquitos en todo el país, avisan desde el Senepa. Saltaron los primeros reportes con docenas de casos de dengue en Coronel Oviedo y las notificaciones de casos sospechosos se incrementaron en un 50 %, según los informes oficiales.
Es decir, este es el momento en que ya se debiera avanzar con las medidas que apunten a la erradicación de los criaderos de mosquitos que son los transmisores de la enfermedad.
Hay que acudir a un plan más tangible que refuercen las campañas y controles que se impulsen. Necesariamente se debe dar más espacio a los organismos de seguridad y de la Justicia, para que el incumplimiento de las normas ambientales, como el descuido de las propiedades, no queden en la impunidad.
Amerita la aplicación de sanciones económicas y de carácter penal, el daño que se le hace a la salud de la gente es irrecuperable, esto sin contar demás efectos en el ámbito laboral con las ausencias por reposos, etc.
No se puede seguir tolerando la desidia de mantener predios sucios, llenos de desechos, yuyales que solo contribuyen con la aparición de alimañas. Urgen trabajos de limpieza con miras a la prevención de la propagación de epidemias como la del dengue y otras, así también caer con todo el peso de la ley contra los infractores que van contra las normas legales, el medio ambiente y la salud.