El crecimiento del producto interno bruto (PIB) llegará este año a casi el 5 por ciento y se constituye en la prueba de la tendencia correcta llevada a cabo desde el Gobierno junto con el sector privado. El Gobierno es el que garantiza las reglas de juego institucionales y el sector pri­vado es el que por medio de su innovación y creatividad crea riqueza y empleos.

Y si hablamos del PIB, estamos refirién­donos a un indicador utilizado en todos los países para medir el valor de los bie­nes y servicios que se producen en un período por lo general de un año. A tra­vés del PIB se concluye que la generación de la riqueza se encuentra en aumento o está decreciendo.

En nuestro caso como país, estamos ante un importante crecimiento de la econo­mía que implica mejores disponibilida­des de ahorro e inversión en los diversos sectores afectando la creación de puestos laborales como en el incremento de los salarios en términos reales. Esto cier­tamente no funciona como una varita mágica como si a partir de ese creci­miento todo cambiara en poco tiempo.

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Lo que definitivamente el crecimiento del PIB nos permite reconocer es si un gobierno está llevando a cabo sus fun­ciones de modo eficiente. Si el Gobierno está ofreciendo las señales correctas a los mercados, entonces habrá expansión del PIB, caso contrario, el estancamiento será notorio.

En nuestro país el hecho cierto es que el riesgo país está bajando, se están dis­poniendo de modo correcto los impues­tos para el pago de los gastos corrientes, se logró el grado de inversión y si a todo ello se suman los viajes que lleva al pre­sidente Santiago Peña al exterior mos­trando las ventajas que tiene nuestro país para la inversión, entre otros, entonces todo ello se relaciona con el crecimiento del PIB.

La tasa de casi el 5 por ciento del pro­ducto es una de las más altas a nivel regional. Esto es en un ejemplo si se toma en cuenta que las economías de la región se verán afectadas con un crecimiento este año de no más del 3 por ciento.

Lo expresado, por tanto, no puede ser tomado a la ligera. El acrecentamiento de las economías se encuentra a la fecha condicionado por escenarios de incerti­dumbres provocados por la inflación que no está bajando en muchos países como se esperaba, de ahí que, y nuevamente afirmamos, que la reciente decisión del Banco Central del Paraguay (BCP) de mantener las tasas de interés monetaria resultaron acertadas ante ese contexto.

De igual importancia, el crecimiento de la economía nacional se está llevando a cabo con estabilidad monetaria y sos­tenibilidad fiscal, variables fundamen­tales que los fondos de inversión toman muy en cuenta al momento de colocar sus capitales.

Esto último prueba que las políticas de corte estatista que tanto daño provo­can a través de la expansión del gasto público mediante políticas monetarias laxas para incentivar el crecimiento de la economía en ningún modo son ciertas y recomendables.

Paraguay está creciendo y lo hará toda­vía más si mantenemos la política econó­mica correcta e insistiendo en las nece­sarias reformas como en efecto pretende el Gobierno nacional, mostrando una senda correcta en un momento complejo del escenario internacional.

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