El Poder Ejecutivo promulgó el miércoles último el Decreto n.° 1584 que reglamenta la Ley de Hambre Cero en las Escue­las con el propósito de articular la norma principal y hacer que en el plazo más breve posible se pueda llegar con los beneficios a los niños de las escuelas públicas del país. La Ley 7264/24, que establece el programa Hambre Cero en las Escuelas, se promulgó hace tres semanas.

Una de las principales apuestas políticas y sociales que ha hecho el Gobierno nacio­nal es que los 1.300.000 niños escolares del país puedan alimentarse adecuada­mente para garantizar su buen aprendizaje escolar. No acepta que el sacrificio que se hace para la cobertura de esa alimentación quede por el camino y los chicos continúen vergonzosamente malnutridos debido a la deshonestidad y la incompetencia de cier­tos funcionarios, como ha ocurrido en la administración anterior.

Este gobierno, consciente de esa lamen­table realidad que se tenía como normal anteriormente, no la va a permitir. Y por eso una de las primeras acciones que rea­lizó fue crear la Ley de Hambre Cero para los alumnos de las escuelas estatales y sub­vencionadas.

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Ahora con la reglamentación de la ley se quiere dar agilidad a la puesta en marcha de la nutrición infantil, para que se la apli­que lo antes posible, con mayor prontitud y sin que la burocracia estatal pueda impe­dir la velocidad que se requiere. Teniendo en cuenta todos los procesos previos, se quiere empezar a distribuir los alimentos en los primeros días de agosto, para lo que previamente se tienen que hacer las licita­ciones para adquirir los insumos necesa­rios y cubrir otros trámites.

Consciente de la lentitud de los pasos buro­cráticos, el propio presidente Santiago Peña se puso al frente del organismo coor­dinador para apurar el proceso, el Consejo Nacional de Alimentación Escolar (Conae).

El mandatario explicó que tomó la decisión para trabajar juntamente con los gober­nadores departamentales e intendentes municipales para armar un gran equipo, porque nadie más que ellos conocen bien los mecanismos para repartir los alimen­tos para los niños. “Estoy seguro de que con cada uno de los intendentes y goberna­dores vamos a armar un gran equipo y que esto sea realmente una gran victoria de la sociedad paraguaya”, manifestó.

El ministro Tadeo Rojas, que encabeza el Conae, dijo que a partir de los primeros días de agosto se iniciará el reparto de los alimentos en 75 distritos del país de los 7 departamentos elegidos. Indicó que el cri­terio de priorización se hizo de acuerdo con los indicadores de pobreza del Insti­tuto Nacional de Estadísticas (INE), con el criterio de llegar con la alimentación de los niños a las escuelas más vulnerables. Entre las circunscripciones geográficas elegidas está Asunción, el departamento Central, el de Presidente Hayes, entre otras localida­des más de los 7 departamentos que tienen la prioridad.

Se tiene previsto que los esquemas de ali­mentación escolar se diseñarán según los criterios del Ministerio de Desarrollo Social (MDS) por profesionales calificados en el área de la alimentación y nutrición. Se deberán respetar parámetros bien especí­ficos. La alimentación de los niños deberá cubrir todos los días del año lectivo, desde el primer día de clases hasta el último, según el calendario definido por el Minis­terio de Educación y Ciencias (MEC). El programa de alimentación debe priorizar la adquisición de productos provenientes de la agricultura familiar, para potenciar el desarrollo local a través de la vincula­ción de las mipymes. Todos los alimentos adquiridos deberán ser prioritariamente de origen nacional, y solo en casos excep­cionales, por escasez de la oferta local, se autorizará la sustitución por artículos importados.

Todo lo dispuesto por la norma busca que efectivamente los 180 días de clases del año lectivo haya suficientes alimentos para los niños, principalmente con productos de origen regional de cada escuela. Con ello se quiere asegurar el buen aprendizaje de los chicos, ya que está demostrado cien­tíficamente y en la vida cotidiana que sin nutrición adecuada no existe instrucción aceptable.

Teniendo en cuenta todos esos elemen­tos se puede afirmar que con el programa de Hambre Cero en las Escuelas se podrá articular de manera efectiva la formación intelectual más apropiada de los chicos del país. Y así salir de la dificultosa situación en que se encuentran miles de pequeños.

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