Los continuos anuncios de refuerzo en los controles y endurecimiento de sanciones deben continuar siendo parte de la política en el mejoramiento del servicio del transporte de pasajeros que es uno de los problemas más graves, antiguos y con menos aspiraciones de solución.

En un contexto en el que el Gobierno tiene encima la lupa de grandes corporaciones mediáticas expectantes de algún error con consecuencias irreversibles, atender las urgencias que asfixian a la población se vuelve más desafiante y, en este caso, además de un problema complejo y de larga data, el tema transporte puede generar continuos boicots para empañar esfuerzos en la conducción del Estado y polarizar opiniones.

De hecho, como no ocurre desde hace muchos años, la presión con carga amarillista usando el sensible problema del transporte se viene acentuando en estos meses.

El Gobierno debe tener conciencia y noción de coyuntura para tratar de resolver estas quejas pensando no solo en el problema, sino en el rédito que buscan los que no simpatizan con sus gestiones martillando constantemente contra cualquier iniciativa. Amén de esto, es real que el buen servicio del transporte público es una de las deudas pendientes con la ciudadanía y visto está que se traduce en batallas interminables con el empresariado que, es obvio, se metió en el negocio para ganar.

En esta cadena de pulseadas y batallas que a la vez deben ser armónicas, porque cualquier imprudencia en el manejo de las diferentes situaciones otra vez puede resultar aún más perjudicial para la población, hay que ir encontrando esa salida tan anhelada para resolver inconvenientes en el servicio de transporte de los pasajeros.

Después de unos meses de avisos y plazos, desde el Viceministerio de Transporte del Ministerio de Obras Públicas (MOPC) iniciaron a fines del año pasado sistemáticos controles que desembocaron en la aplicación de multas a 11 empresas por incumplimiento en sus servicios en el Área Metropolitana. En este grupo de infracciones se detectaron cobro indebido de pasajes, falta de comodidades básicas en la seguridad de los usuarios, etc. Sin embargo, la queja mayor es el impacto proveniente de las famosas reguladas, viejo mecanismo del sector muy difícil de confirmar de manera puntual por cada línea.

Las reguladas, que requieren de investigaciones más profundas para la cacería de los infractores, todavía seguirán siendo un conflicto entre el Gobierno y los incumplidores en el servicio. Sin embargo, la apertura de cercanía de las autoridades con la ciudadanía mediante gestiones interinstitucionales puede ayudar a paliar la situación y este tipo de planes resulta muy beneficioso para una mayor conexión con los usuarios abandonados por años y que son los que van a proporcionar mejor información sobre la realidad en el servicio.

Hace un par de días, desde el Viceministerio de Transporte y la Secretaría de Defensa del Consumidor y el Usuario (Sedeco) anunciaron una labor conjunta con la habilitación de canales de denuncias, líneas de comunicación para que se puedan detectar dificultades de manera más instantánea. Instaron a los usuarios a enviar en tiempo real con las respectivas ubicaciones casos de reguladas de los colectivos, de manera de tener datos precisos de las infracciones.

Estos medios de contacto con la gente, con sus realidades y más aún en temas como el servicio a pasajeros, son fundamentales para seguir el hilo de los problemas, pero además es la forma de gobierno que se debe implementar en todos los rubros, son las brújulas más eficientes en las políticas de Estado.

Estos mecanismos que va experimentando el Viceministerio del Transporte junto con otras instituciones pueden ser muy auspiciosos en la búsqueda de la disminución de las reguladas en el servicio a pasajeros. En este proceso, debe haber señales claras de caer con todo el peso de la ley a los infractores, así como las sanciones económicas que ameriten.

Este es el camino. Hay que continuar reforzando los controles y corregir lo que corresponde para que el negocio del servicio sea satisfactorio para sus usuarios.