Los administradores del Instituto de Previsión Social (IPS) no deben perder un solo segundo en buscar los mecanismos legales para sanear la institución de los llamados “reposeros”, que en puridad son aquellos funcionarios planilleros que desprecian el trabajo, mientras descaradamente se financian con los aportes de la clase trabajadora de este país. Los cuestionados “reposeros” no pueden seguir burlándose del esfuerzo de los aportantes del IPS. Un solo guaraní que va al pago de salario de estos improductivos es un derroche, un despilfarro de los recursos de la previsional que arrastra todo tipo de carencias, precisamente por el malgasto del dinero de los asegurados.
Los abogados y demás profesionales que forman parte del plantel de la institución tienen la gran responsabilidad de velar por la salud financiera del ente y aplicar las herramientas legales pertinentes para acabar con este carnaval delictivo. Las autoridades del IPS revelaron una alarmante situación y que al parecer se venía encubriendo en la institución. Revelaron que al menos 10.000 funcionarios ingresaron en los últimos 5 años de los cuales unos 7.000 no cumplen una función específica y que serían objetivo de desvinculaciones.
Estos deplorables datos de superpoblación y de asalariados infructuosos saltaron detrás del escándalo de reposos que venían siendo usados por un grupo importante de funcionarios para maquillar ausencias injustificadas y planillerismo en la previsional. La administración entrante develó incluso un ranking de presuntos planilleros que presentaron entre 30 y 50 reposos en un año y con ausencias de 280 días. Aunque el caso más alevoso es el de una funcionaria que presentó 80 reposos en un año y que posiblemente solo trabajó dos días en un año. Uno de los reposos de la funcionaria fue por absceso de próstata y otro por diarrea neonatal; “o sea, fue bebé también”, ironizó en entrevistas el gerente de Salud. Lastimosamente un recurso legal como el reposo que sirve como cobertura en casos de emergencia o problemas de salud del trabajador dentro de la previsional se usa como licencia para rabonear.
Desde el IPS adelantaron que alrededor de 600 están en proceso de desvinculación salpicados por el esquema de supuestos reposos irregulares. Sin embargo, esta cantidad no llega siquiera al 10 % del personal sin actividades específicas dentro de la institución.
Indefectiblemente esta superpoblación y cobro de sueldos provenientes del bolsillo de los aportantes sin mayores contraprestaciones de servicios deben cortarse de raíz. Pero, principalmente, debe haber sanciones para quienes facilitaron el esquema de blanqueo y de planillerismo galopante con permisos y reposos.
No podemos obviar que este perjuicio de contrataciones masivas e improductivas forman parte de un sistema clientelista apadrinado por políticos inescrupulosos que eternamente sacaron provecho del IPS.
La previsional ya no da más, han dejado grandes agujeros en las cajas del ente y las carencias son cada vez más asfixiantes para quienes aportaron toda su vida al sistema y hoy dependen de ello para mantener su salud. Es inhumano, cruel y criminal continuar con el esquema de saqueo al IPS, sea con licitaciones amañadas, robo de medicamentos y la contratación discrecional de personal sin beneficio alguno para los asegurados.
A las autoridades no les deben temblar el pulso para desligarse de las garrapatas inservibles. Seguiremos lamentando miseria y consecuencias que pueden ser muy perjudiciales e irreversibles si quienes tomaron la posta de la institución no combaten con firmeza los males arraigados allí. Urge sanear el IPS, optimizar el uso de los recursos y mejorar los servicios de alguna manera. Un comienzo es acabar con el carnaval de contrataciones que se burlan del sacrificio de los asegurados.