Estamos repitiendo el error de cada temporada, un des­cuido de todos los años. Pese a las alertas emitidas desde el Ministerio de Salud Pública y Bienes­tar Social (MSPyBS) sobre la llegada de una epidemia de dengue a nuestro país, anunció que se agrava con la cantidad de lluvias, aguas acumuladas, o amon­tonamiento de residuos, que no se está visualizando agresivas campañas de eli­minación de criaderos que se debieran intensificar en esta situación.

Hace aproximadamente un mes, desde la cartera sanitaria anunciaban el inmi­nente ingreso de una epidemia de den­gue en nuestro país que representa una gran preocupación por las limitaciones en infraestructura y de recursos huma­nos. Advirtieron sobre “la peor epide­mia” por el impacto negativo que puede tener en la salud de la población, princi­palmente ante posibles casos del DEN-3 que actualmente afectan al Brasil.

Lastimosamente, los pronósticos de Salud Pública se fueron concretando y la cantidad de casos que se vienen repor­tando desde las diferentes unidades sanitarias del país son inquietantes, por no decir alarmantes.

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Los informes oficiales de las últimas tres semanas registran 382 casos de dengue. Los médicos piden acudir al ser­vicio de salud más cercano ante signos de alarma como vómitos, dolor abdomi­nal, somnolencia y sangrados. Alertan que la automedicación puede generar efectos muy contraproducentes para la salud.

Las noticias difunden una y otra vez estadísticas de incremento de casos de dengue en el territorio nacional. Todas las regiones del país registran notifi­caciones de la enfermedad con un alto número en el departamento Central, San Pedro, Asunción, Caaguazú y Pre­sidente Hayes, equivalente al 70 % del total de reportes.

Sin embargo, penosamente, la curva de fallecidos comenzó a escalar, en las últi­mas semanas se reportaron dos muertes por dengue: uno de 28 años y otro de 10. En lo que va del año suman 18 los falleci­dos por dengue en el país.

Mientras surgen más reportes de la enfermedad, la limpieza, principal recurso de combate a los criaderos que dan origen a los mosquitos transmi­sores pierde protagonismo y a diario las denuncias ciudadanas claman por intervenciones de predios con malezas, sitios donde se amontonan chatarras y todo tipo de residuos. Incluso inmuebles estatales minados de vehículos abando­nados, en estado que se convierten en lugares predilectos para la aparición de larvas.

Los municipios evidentemente no están aplicando todos los esfuerzos necesarios para un combate eficaz en la elimina­ción de criaderos. El aviso que dio Salud Pública todavía no encuentra mayores escuchas y conciencia.

El tema dengue es responsabilidad de toda la comunidad. Implica interés en mantener predios limpios, libres de criaderos de mosquito. La ciudadanía debe involucrarse más activamente y exigir a sus respectivas municipalida­des trabajos de limpieza e intervención en aquellos inmuebles con edificaciones abandonadas.

La última epidemia de chikungunya se llevó muchas vidas y dejó serias secuelas en la salud para gran parte de la pobla­ción diagnosticada con esta enferme­dad. Salud Pública debe exigir mayor compromiso de las instituciones que tie­nen a su cargo la limpieza de las ciuda­des, así como a la ciudadanía que tiene la responsabilidad de mantener limpio sus espacios.

Este es el momento en que debemos frustrar la expansión de la enfermedad, después será tarde.

Urge empezar con tareas de limpieza que sean estratégicas y se apliquen las sanciones que correspondan ante la inconciencia de seguir contribuyendo a diseminar los vectores que expanden el mal. La cartera estatal debe acompañar este proceso y colaborar con las muni­cipalidades para que las intervenciones tengan peso y fuerza legal.

Una buena campaña de concienciación, acompañada de una acción visible de parte de las municipalidades y la socie­dad organizada son más que necesarios para evitar que sigamos lamentando las consecuencias de una epidemia.

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