El Banco Mundial, que había previsto una caída de la economía paraguaya en 0,3% en el 2022, pronostica un crecimiento del 5,2% para este año. De darse esta feliz coyuntura que señala el organismo internacional, el Paraguay podrá recuperarse de los malos años registrados en los últimos ejercicios. No solo eso: de ser una de las pocas naciones que el año pasado tuvo una caída económica, el organismo internacional destaca que nuestro país será el de mayor crecimiento este año en esta parte de América.
Como una carta astral que abre sus predicciones para el año que comienza, el Banco Mundial hace sus previsiones destacando que este no será un período muy generoso en buenos resultados para la economía de los países del planeta. El reporte que dio a conocer el martes indica que el crecimiento mundial se está desacelerando, sobre todo por la inflación, el aumento de las tasas de interés, la reducción de las inversiones y los inconvenientes que están causando la guerra provocada por la invasión de Rusia a Ucrania.
Por eso, según sus cálculos, la economía universal solo tendrá un crecimiento de 1,7% este año y que podría crecer un 2,7% en el 2024. En su análisis apunta que la desaceleración será muy fuerte en la mayor parte de las economías avanzadas y que ocurrirá casi lo mismo en los países con economías en desarrollo.
Para la zona de América Latina y el Caribe, el pronóstico no es muy optimista, pues estima que crecerá apenas el 1,3% este año, frente al 3,6% del 2022, y que en el 2024 podría llegar al 2,4%. Son números, que, de cumplirse, auguran temporadas de vacas flacas para la mayoría de las economías de la región en la que está nuestro país. Pero que, según el organismo internacional, se debe también a los esfuerzos de las autoridades monetarias de la región para contener la inflación y los efectos de contagio de la caída mundial.
Los países de la región que tendrán un crecimiento negativo son Haití (-1,1%) y Chile (-0,9%). Economías importantes como Brasil y México tendrán crecimientos muy bajos, con 0,8% y 0,9%, respectivamente. Bolivia (3,1%), Uruguay (2,7%), Perú (2,6%) y Argentina (2,00%) son los que crecerán mejor, aunque por debajo de Paraguay, que ostentará el 5,2%, de acuerdo con el organismo financiero.
Los buenos precios internacionales de la soja y la espera de oportunas lluvias para estos meses ponen una cuota de optimismo entre los productores y exportadores del grano. Fuentes de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco) indicaron que se estima una producción de 9,50 millones de toneladas. Si se da esta cantidad, implicaría un 126% de lo producido en la zafra anterior, lo que indica un aumento de más del doble. Las mermas productivas en muchas regiones del mundo, como ya está ocurriendo en la Argentina, harán que suba el precio del grano, lo que beneficiará fuertemente a la soja paraguaya. En diciembre último, el precio promedio de la oleaginosa era de 545,45 dólares la tonelada (que al cambio actual de la moneda llega a 3.900.000 guaraníes); es decir, 3.900 guaraníes el kilo en puerto de desembarque.
Las estimaciones del Banco Mundial, que están por encima de las previsiones de crecimiento del Banco Central del Paraguay, que habla de un alza del 4,5%, constituyen una fuerte oleada de optimismo para un país que este año verá salir a un gobierno desastroso y que espera coronar a una administración capaz. El pronóstico de una mejora económica podrá concretarse solamente mediante el esfuerzo de los agentes de la producción y el acompañamiento de los factores climáticos que no han sido muy favorables en los últimos años. El país deberá apoyar la concreción de este avance con el trabajo inteligente. Y con una adecuada conducción de las autoridades nacionales que deben concentrarse en su tarea de administrar el país.
Si se produce el alza pronosticada por el Banco Mundial, un viento fresco recorrerá la geografía nacional y aliviará la situación de gran cantidad de paraguayos que siguen en medio de la pobreza y necesitan mejores condiciones de vida.