Disminuyó la ola del covid y volvió con fuerza la epidemia de siempre, la imprudencia en el tránsito que genera miles de accidentes ruteros y que se posiciona en la estadística como una de las principales causas de muerte en nuestro país. Médicos y especialistas alertan sobre la preocupación por los accidentes de tránsito, que es bien sabido predominan en el rubro motociclista, lastimosamente. No es para menos, estamos ingresando a la temporada alta del año, período de ocio y vacaciones para la mayoría de la población, y los riesgos están latentes.

Las causas son las mismas, en general el consumo del alcohol y el exceso de velocidad son una combinación desafortunada al mando de un vehículo.

En un último informe, desde la Agencia Nacional de Tránsito y Seguridad Vial (ANTSV) resaltaron que, en Paraguay, el promedio anual de muertes por sucesos vehiculares es de 1.200.

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Los números estiman un promedio de 60.000 lesionados por año, equivalentes a 3 fallecidos y 164 lesionados por día, significando que se registra un muerto cada 8 horas y 7 lesionados por hora.

Tremenda acotación realizaron desde la ANTSV al recordar que los siniestros viales constituyen la primera causa de muerte en personas de 15 a 29 años. Mientras que los accidentes ruteros representan la sexta causa de fallecimiento, por debajo de las muertes por enfermedades cerebro-cardiovasculares, respiratorias y cancerosas. Provocan más muertes que los suicidios y los homicidios, según confirmaron recientemente.

Según las cifras dadas por Seguridad en las Rutas, el 75% de los fallecidos son usuarios vulnerables, entre ellos motociclistas que representan el 55%; en tanto, los peatones representan el 19% y los ciclistas equivalen al 1%.

Instaron a usar esta estadística para encaminar estrategias y usarlas para demandar al Gobierno un mayor compromiso con la seguridad vial, además de valorar y agradecer el vital trabajo de los servicios de emergencia; reclamar justicia ante tantas muertes y lesiones culposas en el tránsito.

Las expectativas remarcadas por la citada organización son muy importantes en la lucha contra este mal endémico de los accidentes de tránsito que arrebatan vidas, producto de la imprudencia al mando del volante. De ahí que amerita activar equipos de concienciación primeramente que lleguen con mensajes fuertes, contundentes sobre las consecuencias de actos irresponsables al mando de cualquier vehículo, y reunir a las instituciones del Estado encargadas de la seguridad vial para que apliquen procedimientos más visibles como eficientes en el monitoreo del tránsito.

Una patrulla caminera respetable, que infunda seguridad en las rutas garantizando los derechos y aplique el cumplimiento de las obligaciones de los conductores es más que vital a las puertas de la temporada veraniega como de las fiestas propias de fin de año. Esta institución debe arrastrar a otras como la Fiscalía, la Policía Nacional, así como a otros entes gubernamentales, de modo que se ejecuten monitoreos cruzados en cada operativo.

El Ministerio Público debe seguir el hilo de control de la Patrulla y ser implacable con las personas que cometan infracciones y daños a terceros mediante sus manejos imprudentes. Esta lupa de los agentes del derecho público también generará presión sobre los agentes u interventores que quieran salirse del carril de las normas, prestándose a coimas u otros hechos de corrupción típicos en el camino de los conductores.

Parte de las responsabilidades de un Estado eficiente es cuidar, proteger la vida de las personas en el tránsito. No podemos seguir lamentando el desborde de accidentes como una epidemia cíclica en la que los controles generan suspicacias y las campañas y comunicación estatal no ganan preponderancia.

Existen puntos claves en las rutas donde cumplir la misión de velar por un tránsito más seguro, estos deben ser cubiertos por un equipo de fiscalizadores comprometidos con el viaje responsable, no para actuar de agentes recaudadores en negro, como son sindicados muchos uniformados de la Patrulla Caminera.

Los conductores ni los organismos de control rutero pueden seguir esquivando la alarmante estadística que atribuye a los accidentes de tránsito la causa principal de fallecimiento de los jóvenes en el rango etario por debajo de los 30 años. Llega fin de año, las luces comienzan a encenderse en las distintas ciudades del Paraguay como parte de los festejos que coronan el año, paralelo a esto urge también encender las tácticas de monitoreo para una circulación más consciente que nos haga llegar a destino y que no se sigan apagando vidas en el camino.

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