Está llegando la hora de reen­cauzar el país, luego de cua­tro años en que el Estado solo ha producido fuertes déficits en sus finanzas por gastar mucho más de lo que recauda. Sino irá desplomándose rápidamente hacia las profundidades del endeudamiento crónico que ha producido la quiebra de otros países. Por eso en vís­peras de las elecciones generales es nece­sario que la política ponga como prioridad la recuperación de la economía, lo que se logrará solamente dejando la politiquería y generando confianza en los inversionis­tas y sectores que apuestan a la recupera­ción del país.

El último fin de semana, el precandidato colorado oficialista a la Presidencia, Arnoldo Wiens, realizó declaraciones irresponsa­bles y peligrosas para la confianza de los inversionistas en el país. En un encuentro con empresarios, les dijo que la incursión de algunas empresas del ex presidente Horacio Cartes en el renglón frigorífico pondría en riesgo el mercado cárnico, tratando de des­calificar una inversión que se está haciendo en el Chaco. Las palabras del precandidato oficialista causaron un fuerte impacto nega­tivo en el sector empresarial del país, ya que ese tipo de discurso puede crear inseguri­dad para las inversiones del sector privado. Como se trata de un ex ministro y candidato del Gobierno en las primarias coloradas, se podría entender como una amenaza oficial a los que desean invertir en el país.

El diputado Justo Zacarías lamentó las mencionadas declaraciones del oficialista, pues consideró “absolutamente nefasto y enormemente irresponsable” que se inmis­cuya en cuestiones privadas de los actores políticos, generando una sensación de incer­tidumbre. “…Porque ellos son gobierno en este momento y están generando innece­sariamente una situación de incertidum­bre para la inversión de capital nacional o extranjero, que pudiera tener interés de invertir en el país. Porque al final están mar­cando con una cruz todo lo que podría ser inversiones que no sean de sus amigotes”, remarcó.

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Hablando del tema, el diputado colorado Derlis Maidana se preguntó si esa es la seguridad jurídica que el precandidato ofi­cialista ofrece a los inversionistas. “Estas declaraciones son terribles viniendo de un precandidato a la Presidencia de la Repú­blica, que está acusando a inversionistas del sector privado para hacerlos correr. Eso es una vergüenza. Hay un Paraguay en serio, señor Wiens. Tal vez usted no conozca, pero ese Paraguay existe donde confiamos en el Estado de derecho y donde los precandidatos a presidentes no lanzan acusaciones alegres sin fundamento”, reflexionó el legislador.

El oficialismo colorado no debe abandonar la cordura si no quiere hacer un daño muy grande al país con sus discursos. Si quiere asustar a los inversionistas, puede seguir su nefasto libreto de intentar ganar las inter­nas de la ANR de ese modo, pero a un precio muy alto para la estabilidad económica del Paraguay. Es increíble que gente aparente­mente inteligente esté cometiendo increí­bles desatinos verbales sin pensar en las con­secuencias de lo que afirma. Porque, como dijo el diputado Zacarías, con este discurso, el Gobierno lo único que está ofreciendo “es falta de previsibilidad, inseguridad, tanto jurídica como de los propios entes que admi­nistran las condiciones para que las inversio­nes extranjeras se instalen en el país”.

Es necesario que el presidente Abdo Benítez y los dirigentes oficialistas colorados entien­dan que estos ataques en las internas de la ANR afectan directamente a la economía del país, ya que están arremetiendo contra las inversiones del sector privado. Sería muy difícil para un empresario que quiera traer su capital aquí entender cómo gente del Gobierno está atacando a algunos inversio­nistas con el pretexto del proselitismo par­tidario. Por las dudas pensaría dos veces en traer su dinero a un lugar en que, con el pre­texto de la política, se agrede a los que ponen fábricas o quieren abrir nuevas empresas.

La cordura y el equilibrio constituyen ele­mentos fundamentales en la conducta humana y de las instituciones. Son impres­cindibles para aprobar el comportamiento de las personas y la viabilidad de los países para emprender nuevos proyectos. Una nación con una clase dirigente poco fiable no puede generar la confianza de nadie. El ofi­cialismo colorado y el Gobierno deben tratar de no crear desconfianza en la gente y pro­curar credibilidad en sus palabras y en sus acciones. Porque por encima de todo están los intereses nacionales.

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