No hay acuerdo posible sobre la tarifa de la energía de Itaipú entre Paraguay y Brasil porque nuestro país no quiere aceptar las imposiciones del vecino de reducirla y de paso eliminar un acuerdo entre Ande y Eletrobrás, que contempla beneficios para la parte paraguaya que ese país rechaza. Ese es el resumen de la situación actual, que las declaraciones del canciller Euclides Acevedo pusieron sobre el tapete. El fun­cionario fue contundente al señalar que las propuestas de los brasileños son inacepta­bles por nuestro país y que se deben man­tener los beneficios para la Ande.

En una reunión de prensa en el Palacio de López, Acevedo señaló que en las negocia­ciones relacionadas al Anexo C del Tratado de Itaipú, hasta el momento el gobierno de Brasil ha presentado propuestas que Para­guay no puede admitir, y que por ello las conversaciones están trancadas. Explicó que los brasileños quieren “no solamente bajar la tarifa, sino que al mismo tiempo quieren que se revise el acuerdo de la Ande con Eletrobrás, y eso es absolutamente inadmisible”. Agregó que la empresa para­guaya debe defender sus intereses y debe ser la única responsable de administrar la energía que corresponde a nuestro país. Reiteró que las propuestas del gobierno brasileño van en detrimento de la Ande, por lo que no pueden ser aceptadas.

En relación con los proyectos que tiene la institución, enfatizó que debe seguir invirtiendo en las redes de transmisión, que incluso hay que sugerir a los indus­triales un acuerdo para elaborar un plan de infraestructura para utilizar la energía paraguaya de Itaipú que le corresponde al país. Justamente para capitalizar a la Ande y llevar a cabo esos proyectos es que Para­guay no quiere la reducción de la tarifa ni la eliminación del acuerdo binacional entre los entes administradores de la energía de ambos países.

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Un asesor de la Ande, Fabián Cáceres, sos­tiene que Brasil quiere derogar el acuerdo que tiene con Eletrobrás para eliminar los beneficios como condición previa a la defini­ción de la nueva tarifa. Apuntó que ya en el 2019 el vecino país había intentado dejar sin efecto el acuerdo entre los dos organismos. “Lo que pretendían era que la tarifa baje. La idea era imponerle a Paraguay la compra de la energía más cara para que el Brasil dismi­nuya su costo”, recordó el técnico.

Profundizando en el tema, mencionó que la molestia del Brasil pasa porque aquel acuerdo otorga a Paraguay la posibilidad de disponer de todos los excedentes, que cuestan siete veces menos que la potencia garantizada, por lo cual, Paraguay contrata lo mínimo posible de la potencia garanti­zada y lo más posible de los excedentes.

Destacó que, con ese sistema, Paraguay hace que salga más barato que lo que com­pran los brasileños. Ellos miran esa asime­tría, pero no ven que, mediante eso, en su momento, “pudieron llevar mayor canti­dad de energía de Itaipú y que industriali­zan eso en el Brasil y generan muchísimas ganancias”, manifestó.

Al estar empantanada la conversación con el vecino país, debido a su exigencia de que primero se anule ese convenio para después negociar la nueva tarifa, muchos analistas sostienen que no se vislumbra la posibilidad cierta de que este año se pue­dan establecer los nuevos precios de la energía de Itaipú. La tarifa vigente es de 22,60 dólares el kW/mes, que los brasile­ños quieren bajar a 18,95 dólares el kW/mes, mientras que Paraguay quiere que se mantenga el valor actual.

Los técnicos y las autoridades de nuestro país deben mantenerse firmes en la posi­ción paraguaya para defender los intere­ses de la Ande, que son los del Paraguay. En esa actitud sólida hay que alinear a los funcionarios, políticos y ciudadanía en general para que la posición de la Ande sea una causa nacional irreductible. Incluso si la negociación se hace finalmente entre los presidentes de cada país, como pretenden algunos, la postura de Paraguay debe ser la misma.

Una tarea fundamental es aprovechar lo más rápido que se pueda la energía para­guaya que se le cede a Brasil a precios irrisorios para aumentar las inversiones que utilicen ese insumo. Incrementar las industrias para generar más riqueza con la transformación de la materia prima y que haya más opciones de empleo para la población.

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