A principios de este mes se conocieron algunos videos de una investiga­ción periodística que deja­ron al desnudo la complicidad de altos funcionarios del Gobierno con el con­trabando. Las imágenes mostraban el contubernio entre los empleados del Estado con los que ingresaban al país de manera ilegal, una veintena de camiones con mercaderías que debería pasar por Aduanas, pagar los impuestos correspondientes o cuyo ingreso debería rechazarse por estar prohibida su entrada.

Como muchos hechos ilícitos, el pro­cedimiento se realizó en la oscuri­dad de la noche. Pero lo peor es que no ocurrió a escondidas, entre las malezas que ocultan la vera del río, sino que sucedió ante la mirada impa­sible de los que debían actuar para impedirlo y en las instalaciones de la Armada Nacional. Y más que impasi­ble, ante la vista complaciente de los que se confabulaban con los delin­cuentes.

Los videos corresponden a lo aconte­cido en la noche del 11 y 12 de junio del 2021 y fueron captados por las cáma­ras de vigilancia de la unidad mili­tar. Se ven las imágenes de camiones entrando y hasta de los estibadores recibiendo el pago por sus trabajos sin que la guardia de la Armada intervi­niera.

En su momento, el ministro encar­gado de la lucha anticontrabando, Emilio Fúster, explicó que no se actuó contra los contrabandistas que apa­recen en el video porque la neblina era intensa y que si se intervenía iba a ocurrir una carnicería porque había entre 150 a 200 personas.

Este acontecimiento desnuda la falta de capacidad, y en este caso el contu­bernio de las fuerzas públicas para actuar contra el ilícito.

Este caso fue denunciado por los medios para escándalo de la ciudada­nía. Los sectores empresariales pega­ron el grito al cielo por los hechos ocu­rridos ante los ojos y la complacencia de las fuerzas públicas. Se pidió la remoción de los dos altos funcionarios que no actuaron contra el ilícito. Pero, transcurrido casi un mes del escán­dalo, no hubo ninguna remoción.

El pasado lunes 21, en una sesión reservada de la Comisión Especial de Seguimiento al Combate del Contra­bando del Senado, el ministro Fúster se defendió pasando la responsabili­dad de lo acontecido a otras instan­cias. El presidente de la comisión, senador Arnaldo Franco, señaló que en la reunión se escuchó a los que actuaron en el suceso y que quedó en evidencia que faltó la denuncia del ilícito a la Fiscalía, un detalle muy importante dado que no revelar un delito a los fiscales es encubrir el ilí­cito. El responsable de la omisión es el ministro Fúster.

Fuentes de la comisión señalaron que con lo escuchado en la reunión se pudo entender la responsabilidad del minis­tro, ya que no delató a la Fiscalía la comisión del delito ocurrido en junio pasado en Itá Enramada. Indicaron que intentó defenderse, diciendo que él no es niñero de nadie, ni de las insti­tuciones involucradas, para estar lle­vándoles de las manos para que hagan lo que tienen que hacer. Señalaron que Fúster olvidó que él es el responsable del monitoreo de las cámaras de cir­cuito cerrado, y que solamente él tenía el acceso a los videos mencionados, y que, por consiguiente, debió hacer la denuncia a la Fiscalía. Fúster sigue como si nada hubiera ocurrido.

Como la reunión de la comisión sena­torial fue reservada, no hubo acceso de los medios periodísticos. La sesión se cerró al público para que no se conocieran los detalles de la actua­ción cuestionable de las autoridades involucradas. Cuando algo se quiere ocultar, está claro que no se quiere la transparencia, sino más bien el encu­brimiento de acontecimientos que son irregulares o de informaciones que comprometen algunos intereses muy especiales.

Lo acontecido con el contrabando no se puede aceptar en una sociedad civi­lizada y debe ser denunciado, para que las entidades competentes tomen car­tas en el asunto y castiguen a los res­ponsables de las transgresiones.

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