El sábado 15 de enero, una joven de 18 años que se encontraba con sus familiares en la Costanera de Asunción se recostó contra una de las columnas del tendido energético y recibió una fuerte descarga eléctrica, que luego le provocó la muerte. La tarde de alegre expansión en uno de los lugares más concurridos de la ciudad terminó en terrible tragedia para esa familia, y pintó de vergüenza a las instituciones estatales y municipales responsables de la zona. Porque si una persona tiene que pagar con la vida en un lugar público las malas condiciones del sistema eléctrico y la nula protección es una vergonzosa situación que tendría que provocar la renuncia o destitución de los responsables para ser juzgados luego por la Justicia. La vida humana es el bien más preciado y no puede estar a merced de la buena o mala suerte para continuar o no su existencia.
Debido a la lentitud de la burocracia, recién tres días después del lamentable acontecimiento, el martes 18, se realizaron la inspección del lugar y el peritaje de las instalaciones eléctricas, luego de que se hubiera manipulado la zona. Por la importancia del tema y la peligrosidad del lugar, las intervenciones respectivas se hubieran realizado apenas horas después de producirse el hecho. Pero está visto que ciertos burócratas se mueven al ritmo de los incapaces.
Los peritos de la Administración Nacional de Electricidad (Ande) indicaron que ya no podían hacer el peritaje porque los cables se habían manipulado para dar seguridad al lugar. Indicaron que se observa la falta de mantenimiento y que las columnas instaladas para soportar el alumbrado son postes de lata y no de metales galvanizados, como debería ser. Uno de los especialistas contratados por la Municipalidad de Asunción señaló que el sistema de distribución eléctrica es arcaico porque no cuenta con un esquema de protección a tierra, y tiene un sistema que ya se ha dejado de lado y ya no se recomienda en el mundo. De acuerdo con lo publicado por la prensa, ni la Municipalidad de Asunción, ni el MOPC, encargado de la construcción de la Costanera, ni la Ande se hacen responsables de las instalaciones eléctricas, por lo que, según esta cuestionable postura, lo acontecido no tendría autores ni causantes.
Uno de los voceros de la comuna señaló que el peritaje realizado permitirá entender el historial de la infraestructura para determinar la responsabilidad de lo ocurrido, y ver un plan de mejoramiento de la Costanera. “Dado que no se ha culminado ni entregado la obra, el mantenimiento corresponde al MOPC”, acusó el funcionario municipal, quien explicó que hay que ver quién tiene la responsabilidad de la habilitación del lugar para el uso de las personas al no haberse completado el proceso de entrega final.
Las obras de la Costanera fueron realizadas bajo la supervisión técnica y responsabilidad administrativa del MOPC. Y se habilitaron para uso de la ciudad en el 2012, cuando el intendente municipal era Arnaldo Samaniego, aunque según los voceros comunales, la obra no fue traspasada oficialmente a la comuna y, por lo tanto, lo acontecido sería incumbencia del mencionado ministerio.
Para determinar las responsabilidades y ejecutar un plan de mejoras, la Municipalidad de Asunción propuso la conformación de una mesa técnica integrada por la comuna y el ministerio del ramo. En los medios no se ha conocido ningún pronunciamiento de representantes del MOPC sobre el tema, y se aguarda que las autoridades del área colaboren ante esta emergencia.
Lo urgente en estos momentos es que se realice una rápida inspección de las instalaciones eléctricas de toda la Costanera, revisando las columnas del alumbrado y todo el sistema de conexiones. Porque si está instalado con los materiales precarios que señalaron los peritos, no se puede garantizar la seguridad, y en cualquier otro sitio podría suceder un lamentable hecho similar al acontecido. Como manifestó uno de los peritos contratados, se debe hacer una actualización total y cumplir con las normas de seguridad en las instalaciones eléctricas.
El desgraciado hecho que le costó la vida a la joven Helen Recalde, el sábado último, debe servir de lección para todos. Especialmente para que se tomen las medidas pertinentes y nunca más vuelva a ocurrir algo similar.