Las estadísticas laborales indican que el desempleo sigue siendo mayor entre las mujeres que entre los hombres en nuestro país. Entidades especializadas afirman que ellas son objeto de más discrimina­ciones y malos tratos. Esto a pesar de que tienen mayor preparación que los varo­nes, según el estudio. Esta situación de precarización labo­ral hizo que el 24 de febrero, en que se recuerda el Día de la Mujer Paraguaya, organizaciones varias realizaran una manifestación frente el Ministerio de Tra­bajo para denunciar que las leyes laborales no se cumplen con las mujeres, que no se les paga lo que corresponde y que son explota­das. Las organizaciones femeninas denun­ciaron la negligencia del Estado y su com­plicidad con las patronales que no cumplen las normas del trabajo con las mujeres, por lo que exigieron la observancia de las leyes respectivas.

Oficialmente, los datos de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Cen­sos (DGEEC) indican que la tasa de desem­pleo asciende al 6,2% entre las mujeres. A pesar de que las estadísticas hablan de que la preparación femenina es mejor que la de los hombres, pues poseen más años de estu­dio en promedio, las mujeres sufren una brecha salarial inferior del 20% frente al sueldo masculino, en especial en los sectores público e independiente.

La ministra de Trabajo señaló que en el Gobierno se sigue procurando que el sector femenino de trabajadores mejore su forma­ción mediante cursos de capacitación y edu­cación, lo que no impide que esté más afec­tado por la desocupación.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Las organizaciones sociales, sin embargo, les culpan a las autoridades en gran medida por la mala situación laboral de la población femenina. Las dirigentes enfatizaron que muchas mujeres padecen la situación de tra­bajar muy precariamente, sin el apoyo de las autoridades y sufriendo la amenaza de ser despedidas.

Insistieron en que la situación de la mujer trabajadora ha empeorado porque, ade­más de la falta de cumplimiento de las leyes, sufren acoso laboral. Afirmaron que las leyes para permiso por maternidad y permiso por lactancia no se obedecen en muchas fábricas y empresas, y que las afec­tadas no lo quieren denunciar para no que­darse sin empleo. Que no hay guarderías en muchas empresas donde las mujeres puedan dejar a sus hijos pequeños, lo que empeora el estrés de las mismas. Y que a igual trabajo no existe el mismo salario que dan a los hom­bres.

También afirmaron las dirigentes que las disposiciones que protegen a la mujer que figuran en las leyes no se observan, por la complicidad de los organismos estatales, que no son capaces de hacerlas cumplir. Dijeron que a la hora de despedir trabajado­res las empresas siempre prefieren echar a las mujeres porque son madres y tienen que perder el tiempo con sus hijos, cosa que no ocurre con los hombres. Por lo que esa es otra figura fuerte de discriminación que no solo perjudica a las mujeres, sino a sus hijos y a toda la familia.

La Constitución Nacional en su Artículo 48 establece que el hombre y la mujer tienen iguales derechos en todos los órdenes y que es el Estado el que tiene que crear los meca­nismos para que la igualdad sea real.

La Carta Magna señala en el Artículo 89 que los trabajadores de uno y otro sexo tienen los mismos derechos y obligaciones laborales, “pero la maternidad será objeto de especial protección, que comprenderá los servicios asistenciales y los descansos correspon­dientes, los cuales no serán inferiores a doce semanas”.

La situación de precarización de la mujer trabajadora es inaceptable bajo cualquier punto de vista. Las denuncias de las organi­zaciones sociales del lunes último son reales y fáciles de constatar si se examina la vida cotidiana, por lo que ningún organismo dedicado al tema puede argüir que las des­conoce. Son una injusticia que no se puede admitir en una sociedad civilizada y que requiere urgentes medidas de parte de las instituciones responsables.

El Ministerio de Trabajo y otras depen­dencias del Gobierno que deben velar por la situación de los trabajadores no pueden seguir siendo cómplices de la situación y tie­nen que actuar prontamente. Deben dejar el afán de figuración y abocarse a encarar la grave situación laboral de las mujeres.

Etiquetas: #.

Déjanos tus comentarios en Voiz