Las micotoxinas son metabolitos naturales producidos por hongos filamentosos como Aspergillus, Fusarium, Penicillium y Alternaria. Estos hongos pueden contaminar diversos cultivos y alimentos, representando un riesgo significativo para la salud pública y la economía. Un estudio reciente en el que participó la Dra. Andrea Arrúa, investigadora beneficiaria del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), revisó la aparición de micotoxinas en alimentos de América del Sur entre 2018 y 2023, identificando vacíos en la investigación y desafíos relacionados con el cambio climático.

Según explicó la Dra. Arrúa, el clima diverso de América del Sur, que abarca desde zonas tropicales hasta regiones frías, proporciona condiciones óptimas para el crecimiento de estos hongos y la producción de micotoxinas.

La mayoría de las investigaciones se centraron en micotoxinas tradicionales y reguladas, encontrándose variaciones en su aparición según la región, las condiciones climáticas y la metodología utilizada.

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INOCUIDAD

Para enfrentar estos desafíos, es esencial fortalecer los laboratorios de inocuidad alimentaria, mejorar las capacidades de vigilancia y establecer sistemas de alerta temprana. Además, se debe aumentar la conciencia sobre las micotoxinas como un problema de salud pública y estudiar el impacto del cambio climático en los hongos y las micotoxinas.

En Paraguay, la Dra. Andrea Arrúa participó en estudios que encontraron niveles elevados de micotoxinas en alimentos como trigo, cerveza, vino, leche y fórmulas lácteas. Por ejemplo, el deoxinivalenol (DON) se detectó en harina de trigo, pan y galletas saladas, mientras que la aflatoxina M1 (AFM1) se encontró en leche UHT y pasteurizada, así como en fórmulas lácteas.

La contaminación por micotoxinas no solo representa un riesgo para la salud humana y animal, sino que también provoca pérdidas económicas debido a restricciones en los mercados nacionales e internacionales.


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