La construcción e implementación de una narrativa puede marcar la diferencia y hacerse con profesionales (de los muy pocos que hay en Paraguay) puede salvar reputación e imagen. Foto: Ilustrativa
La narrativa o relato es una forma de expresarse en política, la comunicación política, estratégica, y comienza a usarse también en el mundo de las corporaciones y empresas. La construcción e implementación de una narrativa puede marcar la diferencia y hacerse con profesionales (de los muy pocos que hay en Paraguay) puede salvar reputación e imagen. Incluso se puede fortalecer en las peores tormentas de crisis.
Uno de los principales conocimientos que debe tenerse es el de la cultura paraguaya. Por eso varios asesores extranjeros ya se han dado de brices en múltiples ocasiones. Tenemos características muy particulares que tienen que ver con nuestra sangre, historia, lengua, idiosincrasia. Para plantear una estrategia o asesoramiento de comunicación se debe tener una preparación acabada sobre la paraguayidad y dentro del común de un pueblo se dan las individualidades de los distintos segmentos de la población y perfiles de los consumidores o el electorado. La conversación es la base fundamental en la comunicación de sentimientos, proyectos e ideas. Cuando las expresiones se retiran de la modalidad de la conversación sobreviene lo artificial y rebuscado que lo que logra es complejizar la conexión al que el paraguayo está acostumbrado y donde se siente cómodo.
Una buena narrativa debe mantener el genio descriptivo de los hechos, acontecimientos y personajes con héroes, encadenar una trama con subidas y bajadas, un nudo que mantenga la expectativa y por supuesto que debe tener villanos. Se deben evitar las abstracciones, cifras, datos y generalizaciones, el paraguayo no es muy amigo de ellas. El que dice que prefiere los datos antes que el relato no entiende un carajo de comunicación. Se debe leer y entender mucho de cómo piensa y siente el paraguayo. La sociología es una enorme aliada. La estrategia de narrativa es convincente cuando presenta las ideas en forma de hechos y los mismos son irrebatibles. También se debe conocer mucho del territorio, in situ. No hay estudio que lo reemplace. El paraguayo visualiza las ideas y las encarna cuando se hacen sensibles al alcance de los sentidos.
Además de visualizar los conceptos y sensibilizarlos, se deben utilizar los pormenores para insinuar, de manera de que el que sea objeto del mensaje puede deducir las consecuencias o los eventuales finales posibles. Una buena narrativa impone inducción, hace que el segmento al que se apunte puede participar, por eso hablamos de conversación. Un ida y vuelta.
Una buena narrativa no precisa ser real, pero indefectiblemente debe ser verosímil. Los personajes, hechos y circunstancias deben ser concretos. Un verdadero acontecimiento tiene fecha exacta y datos precisos. Eso sí, relatados de la mejor manera posible.
La narrativa paraguaya debe ser sencilla, pero con todos los pormenores necesarios. Con un núcleo y líneas discursivas claras, directas y carentes de ornamentos. Al paraguayo le molesta las redundancias y le torturan los charlatanes ya que quiere entender de manera sucinta lo que se propone.
La narrativa es una parte fundamental de la política (y también de las empresas), esa mala palabra que empieza con p y termina con a, pero somos muy pocos los que sabemos usarla. No caiga en manos de vendedores de humo.
Coinciden en que es necesario aumentar el hato ganadero para sostener la cadena cárnica
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Por Melissa Palacios
El abordaje de comenzar a aumentar el hato ganadero en el país se trata de un tema no menor para el Paraguay. La importancia radica en que con ello toda la cadena cárnica podría beneficiarse, tanto los productores, las industrias y el consumidor final. Varios sectores coinciden en que se está trabajando en mejorar los índices de producción, pero las acciones deben seguir, ya que Paraguay cuenta con mucho potencial.
El vicepresidente de la Asociación Rural del Paraguay (ARP) y presidente de la Fundación Servicios de Salud Animal (Fundassa), Mario Apodaca, mencionó a La Nación/Nación Media que existen cinco aristas importantes para hacer efectivo el aumento de la población bovina y señaló las barreras que podrían incidir.
Por un lado se encuentra el aspecto sanitario, ya que se deben controlar las enfermedades (o erradicarlas), mejorando así la productividad de los animales, además la marcación de los animales es otro punto de relevancia.
El factor nutricional también es un punto del cual hablar. “El clima influye demasiado grande, nosotros tenemos una ganadería que depende demasiado todavía del clima. Extremos como la sequía y la creciente perjudican a la vaca madre que es la productora de terneros”, explicó.
Por otra parte, el manejo del ganado es un eslabón más relacionado para aumentar el hato, pues mejora enormemente la fertilidad. “La gente tiene que saber manejar su hacienda, en décadas pasadas la simple técnica de hacer desmamantes, sacar el ternero a los seis meses, hacía que las vacas aumenten enormemente su capacidad productiva”, mencionó Apodaca.
Otro aspecto se trata de apuntar a las inversiones en genética, ya que hoy mediante la inseminación artificial y transferencia embrionaria se realiza una rápida selección de animales a fin de contar con animales más fértiles en dos o tres generaciones.
Por último, el vicepresidente de la ARP dijo que los buenos precios son los que alentarán al ganadero para que pueda producir bien. “Al final el precio es el que da pie a que nosotros podamos tener estas cuestiones. Paraguay tiene mucho potencial”, sostuvo.
Con relación a las zonas con mayor producción, dijo que la región Occidental tiene actualmente el 51 % del hato nacional y si las condiciones climáticas ayudan esto iría mejorando.
“En la región Oriental se van a ir creando los engordes a corral y hay buen potencial”, acotó Apodaca. Uno de los departamentos con gran potencial es Alto Paraguay, el Chaco y zonas como Agua Dulce, pueden albergar mucha hacienda.
Mario Apodaca, vicepresidente de la ARP y presidente de Fundassa. Foto: Archivo
De acuerdo con los datos del Servicio Nacional de Calidad y Salud Animal (Senacsa), la existencia bovina en el 2020 llegó a 14.026.143 cabezas, en el 2021 bajó a 13.919.507, en el 2022 se contabilizaron 13.573.375 cabezas, en el 2023 llegó a 13.486.617, en el 2024 cerró en 13.470.055, mientras que en lo que va del 2025 se alcanzaron 12.823.433, con la salvedad de que este dato tendría que ser actualizado al finalizar la vacunación contra la aftosa.
En ese sentido, según un estudio realizado por Idilio Méndez Grimaldi, periodista y magíster en Proyectos de Inversión por la Facultad de Economía de la Universidad Nacional de Asunción, y publicado por el portal bichosdelcampo.com la producción bovina nacional viene cayendo desde la última década, con una “proyección descendente que es alarmante”.
Grimaldi alegó que cada vez más paraguayos deberán ir modificando su hábito de consumo hasta el punto de vaticinar que deberán renunciar lentamente a la principal fuente de proteína: la carne bovina. Sin embargo, para los productores emprendedores, la escasez de ganado podría representar una gran oportunidad.
Sequía y lluvias impactan
Marcelo González, viceministro de Ganadería. Foto: Archivo
El viceministro de Ganadería, Marcelo González, señaló a La Nación que están acompañando las políticas para reducir el impacto tanto de la sequía como de las inundaciones, que consecuentemente afectan a la ganadería del país a mediano plazo.
Sostuvo que los precios también son un atractivo de inversión para aumentar el hato en cada ganadera. “El hato va a aumentar siempre y cuando sea una cadena atractiva para las inversiones y para que los ganaderos permanezcan en el negocio“, agregó.
Por otro lado, dijo que desde el Gobierno se está trabajando en la apertura de nuevos mercados, además, llevando asistencia técnica especializada a los ganaderos de mediano porte, y realizando trabajos en cuanto a la marcación, y la reproducción.
“Tenemos un programa que se llama Aumento en la Tasa de Procreo, donde los productores que ingresan sí notan un aumento significativo en la marcación de su propiedad”, dijo el viceministro. Añadió que esto se apoya con biotecnología para la fertilidad de los vientres.
Por otro lado, se prevén jornadas de capacitaciones para que la ganadería demuestre su importancia como cadena desde el punto de vista de ingreso de divisas para la salud económica del país y el nutricional y generar alimentos que son útiles para la sociedad y los mercados internacionales.
Productores y exportadores
Ramiro Maluff, titular de la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (Appec). Foto: Pánfilo Leguizamón
La importancia de aumentar el hato ganadero para la Asociación Paraguaya de Productores y Exportadores de Carne (Appec) radica en que definitivamente “no podemos faenar más de lo que producimos”. Ramiro Maluff, titular del gremio, manifestó que la realidad apunta a una caída entre 500.000 y 600.000 cabezas del hato ganadero este año.
Entonces para mantener el nivel de exportación y de faena necesariamente se debe generar un punto de inflexión en la caída libre, para lo cual se debe generar previsibilidad para el productor y precios razonables.
Si se consigue transmitir al productor previsibilidad, se comenzará a entrar en un círculo virtuoso de retención de ganado, hembras y de aumento del procreo, que es lo que necesitaría el país.
“Se impone definitivamente que, como política de Estado, sea enfocarnos en la ganadería y que sea el crecimiento del hato ganadero como punto central para poder mantener o aumentar las exportaciones paraguayas, habida cuenta del potencial que tiene Paraguay para dicho crecimiento”, acotó.
En el 2024 la población bovina fue de 13.470.055, para este año se estima una reducción entre 500.000 y 600.000 cabezas. Foto: Archivo
Contraloría presenta propuestas al Ejecutivo para la “Estrategia Nacional Anticorrupción”
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El presidente de la República, Santiago Peña, recibió al contralor general de la República, Camilo Benítez, quien le presentó las propuestas que conformarán la Estrategia Nacional Anticorrupción, un documento que contiene 44 puntos y que es considerado como clave para fortalecer las instituciones del Estado y para consolidar “la cultura de la integridad” dentro del sector público.
Entre las propuestas discutidas se destaca la creación de códigos de ética con normas unificadas y mensajes consistentes sobre el comportamiento esperado de los servidores públicos. El objetivo es fomentar una cultura de integridad compartida en todos los niveles del Estado. Asimismo, se plantea incorporar de manera obligatoria contenidos sobre ética, integridad y normativa anticorrupción en los programas de inducción para nuevos funcionarios, reforzando desde el inicio su compromiso con los valores institucionales.
En esa misma línea, se propone endurecer las sanciones administrativas frente a las transgresiones éticas, asegurando la ejecución eficaz de los procedimientos internos y el registro sistemático de las sanciones aplicadas. Otra medida relevante es la creación de un marco regulatorio para el cabildeo, con criterios definidos y transparentes que prevengan influencias indebidas y contribuyan a fortalecer la confianza ciudadana.
La protección de quienes denuncian actos de corrupción constituye también un eje fundamental. Se busca garantizar un entorno seguro, libre de represalias, que incentive a romper el silencio, respaldado por mecanismos institucionales sólidos. En este contexto, se resalta además el papel clave de las Tecnologías de la Información en la lucha contra la corrupción, a través de plataformas abiertas, colaborativas y accesibles para toda la ciudadanía.
Finalmente, se subraya la importancia de establecer espacios permanentes de participación ciudadana, mediante consultas públicas y audiencias que faciliten un diálogo directo y constructivo entre la población y las autoridades. "La Estrategia Nacional de Combate a la Corrupción es el resultado de una Cumbre de Poderes realizada el 20 de agosto del 2023 y se trata de una verdadera política de Estado, un documento de 86 páginas con 44 iniciativas concretas, tangibles y medibles para enfrentar la lucha contra la corrupción", resaltan desde Presidencial
El Consejo Nacional Anticorrupción tiene prevista su próxima reunión en los meses de julio o agosto de este año, conforme a lo establecido en la ley N° 7389/24. En esa ocasión, deberán presentar acciones, compromisos o medidas con aplicación a corto o mediano plazo, orientadas a incidir positivamente en los niveles de corrupción del país, dentro del marco de la Estrategia Nacional Anticorrupción.
Este consejo está integrado por el presidente de la República, Santiago Peña; el presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Diesel Junghanns; el presidente de la Cámara de Senadores, Basilio Núñez; el presidente de la Cámara de Diputados, Raúl Latorre; el fiscal general del Estado, Emiliano Rolón y el contralor Camilo Benítez. Fue asignada la secretaría general a la ministra de la Unidad de Gestión de Proyectos de la Presidencia, Marianna Saldívar, quien coordinará junto con los delegados y demás actores involucrados la elaboración y seguimiento de estas propuestas.
Evaluando los horizontes de la innovación: una nueva perspectiva
George Leal Jamil
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George Leal Jamil
Profesor asociado de la Fundação Dom Cabral, Brasil
En un modelo propuesto en 1999, la consultora McKinsey definió tres horizontes para alcanzar la innovación. El primero, H1, se orienta hacia la innovación potencialmente incremental, reforzando lo que la empresa ya realiza, buscando estratégicamente optimizar (y automatizar, en tiempos de robótica, de diversas maneras) procesos ya en ejecución. En H1, el objetivo es hacer mejor lo que ya se hace, mediante mejoras en puntos fundamentales de los trabajos de producción o prestación de servicios, permitiendo una dinámica en este nivel en la percepción de valor por parte del cliente.
El horizonte o nivel H2 corresponde a un avance en innovación con la misma estructura existente, haciendo las cosas de forma diferente y ampliando la oferta de valor mediante nuevos beneficios. Para una pequeña o mediana empresa, como muchas de las que participan en el Programa Socios para la Excelencia (PAEX) de la FDC, se trata de aprovechar la estructura actual para ofrecer nuevos productos, nuevos servicios y llegar a nuevos mercados, ampliando la percepción de valor. Una visión más flexible y dinámica de la estructura, con inversión en el análisis de maquinaria, personas, procesos, capacidades y habilidades, entre otros factores, hace que la empresa esté potencialmente capacitada para definir nuevas formas de atender a nuevos mercados.
Por último, el H3 abarca la disrupción, la creación de nuevos negocios, productos y servicios, buscando transformar la forma de generar valor en el mercado. Deseado por todos, este camino requiere madurez, conocimiento profundo de las situaciones de innovación expresadas en los horizontes 1 y 2 y, finalmente, la audacia basada en la afinidad con el riesgo y una cultura organizacional innovadora. La capacitación para el H3 exige desarrollo, una percepción aguda del mercado, uso de técnicas estratégicas como los spin-os (separación de unidades estratégicas competitivas), entre otras.
Desde otra perspectiva, como hemos buscado desarrollar en nuestra relación dentro del Programa para a Excelencia (PAEX) de la FDC, con alumnos y socios, dada la dinámica del programa, observamos hechos de mercado que merecen nuestra atención para aplicar los fundamentos de los “horizontes” con una visión de perpetuidad del acto de innovar.
En primer lugar, reconocemos que las innovaciones surgen con frecuencia en organizaciones de todo tipo, tamaño y naturaleza. Innovar “una vez” es un acto de coraje, de ruptura, de inversión en el cambio, pero… puede que no deje nada para el futuro, nada definitivo. Las innovaciones, como sabemos, serán adoptadas y se convertirán en tecnologías asumidas, incorporadas en el día a día de empresas y clientes. Por ejemplo, como suelo citar, las manijas, bisagras, latas de aluminio y cables para conducir electricidad ya fueron innovaciones disruptivas con un gran potencial transformador. Hoy en día, son accesorios comunes, que pasan desapercibidos en su uso cotidiano y solo se notan cuando se rompen o fallan.
Al innovar, debemos tener en cuenta cómo ocurrió ese evento. Cómo estructurar un proceso para innovar, cómo se llevó a cabo la innovación. El objetivo de dominar este proceso es poder repetirlo en el futuro y, posteriormente, incluso optimizarlo y coordinarlo, llegando a convertirse en un servicio o “producto técnico” comercializable. Es una integración del conocimiento que representa una evolución significativa de la organización hacia convertirse en una empresa innovadora.
Después de esta etapa, alcanzamos nuestro “H3″, en el cual, fruto de un proceso maduro, conocido y exitoso, podemos realizar inversiones en su mejora, optimización, desarrollo y, sobre todo, en la entrega de valor final. Es una etapa en la que alcanzamos la Gestión de la Innovación, un nivel en el que tenemos una visión sólida sobre la innovación, además de la capacidad de gestionar efectivamente todo el proceso, administrando costos, tiempos, personas, riesgos y diversas dinámicas, lo que demuestra nuestra capacidad de avanzar.
El siguiente paso es contar con una organización que posea una cultura innovadora. Una organización que piensa respira y desea innovar. Aquí, la innovación aparece siempre “sobre la mesa”, siempre presente en la conciencia de gestores, líderes y ejecutivos, como un fundamento de gestión para la ventaja competitiva. Como se suele decir, sin estrategia, una innovación es solo un evento.
El Dr. Jorge Javier Alfonso Ruiz Díaz, investigador categorizado en el Nivel II del Sistema Nacional de Investigadores (SISNI) y beneficiario del Programa de Inserción de Capital Humano Avanzado en la Academia del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), lleva adelante una investigación desde el Centro para el Desarrollo de la Investigación Científica (CEDIC), enfocada en las enfermedades tropicales transmitidas por vectores, como la leishmaniasis, la enfermedad de Chagas, entre otras.
La investigación se centra en identificar el perfil alimentario de insectos hematófagos que pueden actuar como vectores responsables de la transmisión de parásitos que causan enfermedades graves en humanos. Gracias al uso de herramientas de biología molecular, el profesional analiza de qué animales se alimentaron estos vectores con el objetivo de comprender cómo se propagarían dichas enfermedades en diferentes hábitats.
Alfonso, quien también tiene formación académica en Brasil en biotecnología aplicada a la salud, explicó que este tipo de información es clave para entender el comportamiento de los vectores y el riesgo de transmisión. “Cada vector tiene sus propias características, por eso tuvimos que desarrollar y estandarizar diferentes métodos para extraer su material genético sin perder calidad para su posterior análisis”, comentó.