En la lengua de Cervantes, la frase “Ir por lana y salir trasquilado” alude a quien fue a ofender y volvió ofendido, a quien busca más de lo que tiene y se queda sin lo que poseía. Se aplica también a quien ha sufrido una pérdida o un perjuicio en lo que creía ganar o encontrar beneficio. Le pasó al senador nacional Salyn Buzarquis cuando fue hasta la sede de la Municipalidad de Asunción y se instaló frente a la misma encadenado a una silla para pedir que el intendente de Asunción, Óscar Rodríguez, renuncie a su cargo. Todo el foco estaba puesto sobre Nenecho hasta ese momento.

Hasta que el intendente decide recibir en su despacho al senador que hacía las veces de manifestante. Una especie de careo público entre ambos con cámaras y escribana de por medio. Nenecho aprovecha el momento para exponer unos mensajes que el senador le había enviado solicitando la contratación directa de una empresa que tiene camiones para servicios varios. El servicio que le provea a la ciudad era lo de menos, básicamente. Al senador lo que le preocupaba y, dicho por él mismo, era devolverle varios favores que debía al contacto de la referida empresa.

Y todo voló por los aires. La crisis cambió de protagonista y ahora los focos estaban puestos sobre Buzarquis, pero se iba a agravar ya que, en una entrevista en Ñandutí, el periodista Francesco Fiorio expone unos nuevos mensajes, esta vez el senador le decía al intendente que estaba pendiente de unos contratos de personal en una dependencia de la Municipalidad de Asunción. Al decir de los españoles, al senador se le pierden los papeles. Monta en cólera y responde con insultos personales con palabras de grueso calibre y sin ningún fundamento más que el latiguillo de “lo de Nenecho es mucho más grave que lo que hice”.

Hoy en la Cámara Alta sobrevuela la posibilidad cierta de la pérdida de investidura del senador al configurar lo actuado dentro del artículo 201 de la Constitución Nacional, que dice: “Los senadores y diputados perderán su investidura, además de los casos ya previstos, por el uso indebido de influencias, fehacientemente comprobado”.

No es un problema estar en problemas, el meollo de la cuestión es asumir que se está en una crisis como primer paso. Eso sirve como línea de base para elaborar una estrategia pensada con la cabeza fría donde el componente de la autocrítica no viene mal.

Seguiremos observando las reacciones y exponiendo lo que hay detrás de ellas. Aquello que no se ve o que no se cuenta. De eso también se trata el Contexto Político.

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