- Por Juan Carlos dos Santos
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Algunas de las principales tendencias en redes sociales desde hace al menos 15 días están relacionadas al ataque que podría realizar Irán en represalia por la muerte de Ismail Haniyeh, jefe político del grupo terrorista palestino Hamás.
Algunos países reconocen a este grupo como un movimiento político de resistencia, pero en realidad se ha convertido en un grupo terrorista similar a Al Qaeda, fundada por el saudí Osama Bin Laden, quien fue literalmente cazado por las fuerzas de Estados Unidos, en el año 2011 en Pakistán.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros países de Occidente, entre ellos Paraguay y desde hace poco también Argentina, consideran a Hamás como un grupo terrorista internacional, lo que significa que sus tentáculos se mueven por su zona de asentamiento o influencia, en este caso la Franja de Gaza, el enclave palestino a orillas del mar Mediterráneo, fronterizo con Israel y Egipto.
Hamás actúa como actuaba Al Qaeda, que llegó a su máxima expresión al ser responsable de los ataques del 11 de setiembre en los Estados Unidos.
El grupo radical palestino fue progresando hasta llegar a cometer las atrocidades del 7 de octubre pasado en los poblados rurales del sur de Israel y apuntaba a convertirse en un Estado Islámico, el grupo ultrarradical que masacró y esclavizó a miles de personas en la región del Medio Oriente.
Al tener el control político, administrativo y militar de un territorio (Gaza), Hamás es responsable de lo que suceda en ese lugar y al estar en guerra con el Estado de Israel, su líder político es un objetivo de guerra legítimo.
Si la muerte de Haniyeh no hubiera sucedido en Teherán, posiblemente el mundo no estaría expectante del momento en que Irán vaya a comenzar su ataque hacia territorio de Israel, algo que se ha demorado posiblemente por la negativa de Arabia Saudita y Jordania de permitir que los cohetes iraníes atraviesen sus territorios para llegar a las ciudades de Israel.
Irán no es tonto, no desea un conflicto regional con los árabes y solo está buscando la manera de sortear este escollo antes de realizar el lanzamiento de misiles y drones hacia territorio hebreo.
La respuesta que podría dar Israel puede funcionar como disuasivo, o peor, podría ser el inicio de un espiral de enfrentamiento bélico que podría salirse del control. No en vano llegaron a la zona dos portaaviones y un submarino nuclear de los Estados Unidos.
Los libaneses, cautivos del Hezbolá, ruegan que no se llegue a una escalada que los involucre, porque son quienes se llevarían la peor parte.
Siempre recuerdo Raz Zimmt, el especialista y docente israelí en temas de Irán, cuando nos decía que, “a los iraníes les encanta derramar sangre, mientras no sea la de ellos”.
Me pregunto si Pakistán consideró atacar a Estados Unidos tras la muerte de Bin Laden en su territorio, porque es esa la propuesta de Irán, atacar al país al que considera responsable de la muerte en territorio iraní, del líder terrorista Ismail Haniyeh, quien al igual que Bin Laden en los ataques del 11-S, gozó por TV al ver detalles de la masacre de inocentes el 7 de octubre pasado.
En ambos ataques, el 11-S de 2001 en Estados Unidos y el 7 de octubre pasado en Israel, hubo víctimas paraguayas.