No existe un caso parecido en nuestra historia económica en términos de semejante gran salto en menos de un año de ejercicio gubernamental. Inicialmente la meta era buscar alcanzar un aumento de 400 millones de dólares en más de un año, que fue sobrepasada. Si este ingreso extra positivo se hubiera dado en la administración abdista el coro de aleluyas de los progresistas estronistas hubiera sido bullicioso y con elogios desbordantes. Pero, como, lastimosamente, ocurre en el primer año de la presidencia actual, que no es para nada del agrado de muchos sectores y mucha gente, el éxito en la recaudación pasa casi como un accidente. Cuando lo correcto debería ser reconocer y valorar los millones de dólares más, con un aplauso comprometedor: usar bien el dinero y exigir la rendición de cuenta correspondiente.

“Duele decirlo, pero hay que decirlo”

Qué más difícil para un gobierno con­seguir un buen resultado y tener sobre su cabeza la responsabilidad con presión pública de tener que continuar sí o sí por la senda correcta, imponién­dose metas superiores con el desafío de cumplirlas. Es lo que se llama una reac­ción proactiva, positiva, cuidando a la gente, en su bienestar. Por encima de personalismos, las anteo­jeras ideológicas, políticas, partidarias y empresariales (medios de comunicación). Sabemos que la buena o mala recaudación de impuestos depende de muchos factores. Y es un análisis a realizar. Pero de ahí a poner en duda la calidad de la actual mayor recaudación de impuestos solo revela la mediocridad mental por una fusión ideo­lógica y anti-Gobierno, que conspira contra la verdad, daña a la gente y perjudica al país. Los que así actúan se califican de “independien­tes”. En verdad son “subordi­nados”, incluso a sus propios prejuicios, mezquindades e ignorancias, compromisos de negocios y la búsqueda de fama y popularidad. La ver­dad es un accesorio.

En muchas economías a nivel mundial suele darse el fenómeno de un aumento fuerte en la recaudación de impuestos en un periodo determinado, no pocas veces de manera casi abrupta y descontinua. Pero lo positivo es en realidad negativo. ¿La razón? Por las causas arti­ficiales y perjudiciales que conforman la base del incre­mento de ingresos impositi­vos que son fundamentales para el financiamiento del gasto del Gobierno. Y una de esas causas nada sanas es la inflación, es decir, el aumento de los precios de todo aquello que se incor­pora en una canasta fami­liar de un hogar promedio en cuanto a sus gastos e ingre­sos. Técnicamente, tal medi­ción se llama Índice de Pre­cios al Consumidor (IPC), que es un indicador general del nivel global de los precios de la economía contenidos de manera resumida en los bienes y servicios elegidos y tomados como referencia en la canasta familiar. Se podría decir que hay tantas canas­tas familiares como hogares que las consumen de manera distinta, en la práctica, todos tienen en realidad sus infla­ciones propias, que nece­sariamente se resumen en una, porque de lo contrario no tendríamos un indicador común. Hecha esta digre­sión, señalemos que en lo que va del presente año tuvimos una inflación del 2,9 % (final diciembre 2023-final julio 2024), denominada infla­ción en el año, en siete meses, punta a punta. En térmi­nos de promedio enero-ju­lio 2023/2024 la variación fue del 3,7 %. Finalmente, si tomamos el periodo de doce meses julio 2023/julio 2024, la inflación interanual fue del 4,4 %.

Tomando en cuenta el informe oficial de la Direc­ción Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT) en julio de 2024 la recaudación subió 22,1 % con respecto a igual mes del año pasado, distri­buidos en internos 20 % y aduaneros 25,4 %, expre­sada en guaraníes. Estamos hablando de 488 millones de dólares de ingreso men­sual con un aumento de 88 millones de dólares (73 millones según otros cál­culos), haciendo la conver­sión en la moneda nortea­mericana. Considerando la recaudación acumulada en siete meses de 2024 tuvimos un aumento del 23,5 %, dis­tribuidos en internos 24,2 % y aduaneros 22,5 %. En términos del valor del dólar hubo una recaudación en ene­ro-julio 2024 de 3.100 millo­nes de dólares (3.114 millo­nes de dólares en otra serie), con un aumento de 583 millo­nes de dólares con respecto a igual período del año pasado. Desde el 15 de agosto de 2023 al 31 de julio de 2024, gestión del actual gobierno, la recau­dación sumó 4.765 millones de dólares, con la consabida mejora de 720 millones de dólares respecto a la gestión del anterior gobierno en igual período. En 2023 la recau­dación total y final fue de 4.361 millones de dólares. Y si tomamos como referencia la recaudación en doce meses móviles a julio el ingreso total y global fue de 4.935 millones de dólares, con un aumento de 669 millones de dólares. Básicamente las variaciones de lo recaudado, expresado en dólares, fueron de 17,5 %, 21 % y 15,7 %.

En mi opinión, y dando por sentado que hay mejor manejo institucional, fue­ron y son claves en la mejor recaudación de impues­tos (uno de los puntos que apoyó el grado de inversión conseguido de la Moody’s): 1) el muy buen crecimiento económico de 2023 (4,7 %), que se transporta en tér­minos de pagos de impues­tos al presente año 2024 (en 2022 el crecimiento fue de 0,2 %), el efecto arrastre; 2) el actual mayor dinamismo de la actividad económica a lo inicialmente esperado, al punto que no pocos ya manejan un crecimiento de 4 %, con una mejor distri­bución en los sectores más dinamizadores como ser­vicios e industria, sin olvi­dar el avance del consumo privado y público, que gene­ran el pago de los impues­tos; 3) la recuperación clave de las importaciones con respecto a años anteriores muy débiles, lo que explica el mejor comportamiento de las aduanas, con una partici­pación de 38 % en la recau­dación total; 4) la Argentina se nos encareció con la lle­gada de Milei y el contra­bando perdió fuerza, por lo menos la muy superior que tenía antes, lo cual influenció en las mayores operaciones comerciales formales; y 5) no se debe descartar la expecta­tiva económica más positiva de los que cocinan la torta económica.

En conclusión: hay facto­res positivos temporales o coyunturales, del momento, que explican la mejor recau­dación de impuestos. Como los hay factores positivos permanentes o de duración más continua. En cualquier caso, mucho se hubiera des­aprovechado e incluso per­dido, sin una buena gestión de la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT). No reconocerlo es de idiotas, inútiles. La verdad, si es ver­dad, es verdad. La media ver­dad es peor que la mentira. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQDPH1885.

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