Tras las elecciones del domingo 28 de julio pasado, en Venezuela, una varie­dad de opiniones a favor y en contra, provenientes de diferentes sectores, comen­zaron a cruzarse. Lo más extraño de esto es el cruce de corrientes ideológicas, algunos por obvia conveniencia y otros por razones lógi­cas se mantuvieron dentro de sus posturas.

Nadie podía dudar de que los regímenes tota­litarios de Irán, Nicaragua, Cuba y Corea del Norte sean de los primeros en dar la mano a Nicolás Maduro, algo coherente al ser alia­dos ideológicos, casi tanto como China, que se debate entre estar dentro de los amigos por conveniencia y un poco además por afi­nidad ideológica. Entre los primeros están Türkiye y Rusia, quienes tiene sus intereses económicos en Venezuela y además están de alguna manera alineados en contra de la polí­tica actual de Estados Unidos. También se sumó el Estado Palestino, uno a quien “cual­quier bus le deja bien”. La postura de Chile, Colombia, Brasil y España fue la que llamó la atención, así como los expresidentes argenti­nos Fernández, Cristina y Alberto. Coherente con su línea ideológica quedaron Argentina, Panamá, Paraguay y Uruguay.

Da que pensar que tantos referentes afines a la izquierda sean quienes exijan cuentas cla­ras poselectoral a Maduro y a su gobierno cha­vista. A nivel local ese fenómeno se replicó en referentes de la política criolla, todos sentados en el mismo lado izquierdo de la calle, pero pidiendo cosas diferentes a Maduro.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Esta confusión que podría haberse generado es similar a esa izquierda posmoderna que se une al radicalismo islámico, claramente premoderno, casi de la Edad Media y juntos avanzan por las calles de algunas ciudades europeas y en universidades de los Estados Unidos, llevándose todo por delante, apro­vechando el marco de libertad en el que vive Occidente, en contra de un país (Israel) que para proteger a sus ciudadanos y a sus ciu­dades atacadas ha tenido que recurrir a una guerra frontal contra el terrorismo.

Casualmente, es el mismo terrorismo que Maduro y sus secuaces apoyan, ordenados por la Revolución Islámica de Irán, el régi­men que mueve fehacientemente los hilos del terrorismo mundial, donde una Vene­zuela chavista es el modelo a medida que necesitan para continuar su política dentro de América Latina. Habría que comenzar a discernir entre cuáles son las corrientes ideológicas puras, tanto de izquierda como de derecha, ultraderecha o centro. entre las que han sido cooptadas por el radicalismo islámico. Estamos a tiempo.

Déjanos tus comentarios en Voiz