Reitero: Solo en el caso de la soja el volumen exportado aumentó 34 %, pero el valor de las ventas cayó 4 % por la caída en casi 30 % del precio. Al no exportarse a los precios del año pasado, no se dio un ingreso esfumado de 840 millones de dólares. Exportar no es solo vender, es producir. Diez productos con olor a campo consolidados conformaron, en cinco meses de 2024, una exportación de 3.418 millones de dólares, con un avance de tan solo 1,1 %, y un peso del 47 % en las exportaciones totales y del 68 % en las registradas. ¡68 %! En ese avance muy modesto está la base de la desaceleración de las exportaciones totales del 25 % en enero-febrero al 13,2 % en mayo, consideradas en valores anualizados. En las exportaciones registradas la frenada vino acentuándose del 24 % al 9 %.

Si ampliamos nuestro grupo con todos los productos con olor a campo (rubros agropecuarios puros y rubros agropecuarios industrializados), tenemos en cinco meses de 2024 un total exportado de 3.746 millones de dólares, una suba de solo el 0,3 % con respecto a igual período del año pasado, un monto agregado de casi diez millones de dólares. En 2023, cinco meses enero-mayo con relación al mismo período de 2022, el incremento del componente olor a campo fue del 33 % y 936 millones de dólares más, con un peso del 75 % en las ventas registradas, y un valor equivalente al 65% de las importaciones.

Hoy, reitero, los rubros origen tierra solo crecieron 0,3 % y sumaron tan solo casi diez millones de dólares, con un peso del 74 % en las exportaciones registradas y un equivalente al 58 % de las importaciones registradas. ¿Explicación de la menor cobertura de las importaciones por las exportaciones de productos con olor a campo? En cinco meses las exportaciones totales crecieron solo 1,7 % mientras las importaciones totales mejoraron 12,8 %.

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En una economía en el que las importaciones de mercaderías venían marchando muy débilmente, a un ritmo anualizado del 3,9 % en diciembre de 2023, para subir la velocidad del 7,8 % en mayo, en términos de 12 meses móviles, dicha recuperación, incluyendo el 12,8 % en cinco meses, es una señal de robustez ligera, pero importante y significativa en el escenario paralelo de desaceleración de las exportaciones.

En otros términos y en pocas palabras: la marcha más lenta de nuestras exportaciones es una señal que genera correcta preocupación, pero sin caer en los alarmismos de la prensa, compuesta de más militantes que muy escasos periodistas decentes y equilibrados, con espíritu destructivo para criticar y nada de alma constructiva para abandonar las medias verdades (peor que las mentiras) y poner a la verdad en primer lugar para informar, denunciar, investigar, respetando el derecho a saber del lector, de la opinión pública y publicada, y de la gente, libre e independientemente, sin ataduras a sus empresas comerciales dueñas de los medios de comunicación para sus propios beneficios económicos e intereses políticos.

Se acabó la riqueza de los periodistas independientes, aunque de seda se vistan autoproclamándose “soberanos de la verdad más bendecida”, cuando en realidad son simples afiliados en los partidos de la prensa política. En el estronismo tuvimos periodistas profesionales, y un solo enemigo real. Hoy, no tener muchos enemigos interesadamente que atacar es fuente de ganar menos y tener poca fama. Hay hombres de prensa famosos, nada prestigiosos. La diferencia entre el aplauso fácil y el prestigio sin fanfarria. La popularidad versus el respeto con credibilidad.

La contracara del escenario de la mayor velocidad de crecimiento de las exportaciones versus la de las importaciones (1,7 % contra 12,8 % en cinco meses) se concreta en una menor entrada de dólares vía nuestras ventas al exterior y una mayor salida de dólares vía nuestras necesarias importaciones. Lo cual afecta directa e indirectamente la oferta y demanda de dólares en el mercado cambiario del sector privado, con la consecuente suba en la cotización del dólar que hemos estado experimentando en los últimos meses. Pasamos de G. 7.274 por dólar en junio de 2023 a G. 7.541 por dólar en junio de 2024, una variación del 3,7 % o G. 267 más por dólar.

Un precio el actual que no estaba inicialmente 5.030.855en los planes a finales del año pasado y principios del actual, por factores externos (tasas de interés altas en los mercados financieros mundiales) e interno (el juego inverso entre exportaciones e importaciones, donde lo que sucede con la cotización de la soja es fundamental). Los precios bajan, los costos suben, las ganancias se achican, y con las deudas acumuladas por financiamientos y refinanciamientos anteriores, los productores sufren.

Aún así se los considera mafiosos por aquellos ciudadanos ilustres de la ciudad que viven su modernidad de la riqueza que producen los malos. Y pegan gritos al cielo cuando sube el precio del dólar por todo lo importado que compraron. La tierra no les importa, sí el asfalto. Para suavizar la suba en la cotización del dólar, el Banco Central del Paraguay (BCP) salió a vender sus dólares en el mercado cambiario, unos 600 millones de dólares a mayo de 2024, conservando pese a todo reservas internacionales por 10.077,3 millones de dólares, con la alarma de la prensa bélica de estar “comiéndonos las reservas”.

En conclusión: Al mes de mayo del año 2024, se realizaron transacciones en el comercio exterior del país por USD 14.020,8 millones, representando un aumento de 6,8 % con respecto al valor acumulado a mayo de 2023. Las exportaciones totales alcanzaron USD 7.288 millones, 1,7 % superior a los registros acumulados a mayo del año anterior, realizándose transacciones con un total de 136 países que constituyen los destinos de nuestras exportaciones.

Las importaciones totales alcanzaron USD 6.732,8 millones, representando un aumento de 12,8 % y registrándose compras en 158 países que constituyen el origen de las compras externas. Como resultado de estos flujos, el saldo del comercio exterior cerró con un superávit de USD 555,2 millones, inferior al superávit de USD 1.193,3 millones registrado a mayo de 2023.


El campo es culpable, por su extraordinario valor y tremendo peso en lo que vendemos y en la economía. “El dinero del campo queda en el campo”, la mentira que se vende, porque no nos industrializamos. ¿De qué culpa o de qué prohibición hablamos? Armadores fluviales (barcazas, la tercera red más grande del mundo), puertos privados, transportistas, servicentros (combustibles, impuestos, peaje), casas de importación de vehículos de todo tipo, repuestos, cubiertas, maquinarias (combustibles, impuestos), agroquímicos, talleres (pequeños, medianos y grandes), gomerías, fruterías, yuyeras, despensas, supermercados, bancos, financieras, negocios de electrodomésticos, hospedaje, trabajadores del campo y ciudades del interior, inversión inmobiliaria, comida, vestimenta, útiles escolares, diversos servicios comerciales. ¿De qué vivirían? ¿De la prensa bélica? La verdad, si es verdad, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD.


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