Todos tenemos dentro de nuestros objetivos crecer personal y profesionalmente. La palabra “proactividad” se constituye en uno de los mejores atributos que movimienta al ser humano, en tanto aquellos que son meramente reactivos, donde el statu quo es su constante, suelen permanecer en " zona de confort” esperando poder ser dirigidos.

Mantengamos la mente preparada y alerta, que nos permita ir captando y aprovechando oportunidades, sin desaprovechar los talentos que cada uno tenemos a veces “dormido” y que precisan despierten de su letargo, por falta de motivación y predisposición.

Aquel que se considere un buen profesional, que estudió y se perfeccionó para ser útil y aportar valor agregado, siempre tendrá en mente la posibilidad potencial de seguir creciendo e ir escalando posiciones a nivel laboral, manteniendo la ductilidad necesaria que hoy día nos exigen las empresas de este siglo, pues las rigideces del siglo XX ya son “historia antigua”.

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Es el conocimiento y talento uno de los 2 activos más importantes de los seres humanos.

Muchas veces imperan en nuestro interior el conservadorismo y conformismo, a sabiendas de que podremos estar recibiendo mejores niveles de ingresos si es que aprendemos y nos disponemos a enfrentar situaciones y escenarios, ya que la vida es constante movimiento y mirar para adelante.

El Gobierno deberá abocarse con capacidad y profesionalismo a modernizar la estructura del Estado a través de la nueva ley, promulgada recientemente, actualizada a los requerimientos del servicio civil que permita a los servidores públicos perspectivas de desarrollo profesional, lo cual sigue muy rezagado, puesto que la calidad del capital humano y técnico de la mayoría de nuestras instituciones deja mucho qué desear, donde lo político sigue siendo dentro de la escala de valores de mayor importancia que la meritocracia, capacidad, idoneidad, actitud y trayectoria profesional, salvo honrosas excepciones.

Necesitamos instituciones actualizadas a los nuevos tiempos, donde podamos visualizar procesos digitales pragmáticos y que la plantilla de funcionarios esté conformada por gente capaz e idónea, que permita ir logrando en forma sostenida un proceso de mayor racionalización de gastos rígidos, imponiéndose una reingeniería global tanto en ministerios como en secretarías ejecutivas y entes descentralizados, observando de cerca el nivel de formación, capacidad y lo que puedan aportar las personas y olvidarnos de que si no son afines al gobierno de turno quedan excluidas o porque forman parte del grupo de “guapitos” y con sólida formación académica.

En materia de innovación, investigación y desarrollo, Paraguay sigue entre los últimos países de la región, tornando complicadas las posibilidades de mejora, saliendo de lo meramente convencional, que nos permitan crecer hacia afuera, atrayendo a más inversionistas extranjeros que puedan generar fuentes de trabajo dándoles garantía jurídica para que logren afincarse en nuestro país e ir creciendo y expandiéndose cuali/cuantitativamente.

La burocracia que predomina en casi todos los entes públicos deberá ser eliminada, dado que teniendo a mano la tecnología en donde casi todo ya está digitalizado e interconectado, no podemos seguir con funcionarios obsoletos y desfasados en el tiempo, pues a través de un proceso continuo de reinvención podremos hacer que el Estado supere sus marcadas falencias y se actualice a lo que exige el siglo XXI.

Para que pueda ser tangible, se precisa de funcionarios que no le teman al cambio y que muestren predisposición y ductilidad, olvidándonos del prebendarismo y clientelismo político, pues las entidades tradicionales y aletargadas del siglo XX deberían desaparecer si es que nos ponemos como objetivo un crecimiento con calidad a nivel doméstico y hacía afuera, donde la globalización exige eficiencia y competitividad, debiendo ser nuestro objetivo revertir la histórica debilidad estructural de nuestras instituciones.

Necesitamos instituciones actualizadas a los nuevos tiempos, donde podamos visualizar procesos digitales pragmáticos y que la plantilla de funcionarios esté conformada por gente capaz e idónea.

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