El electorado europeo no solo ha hablado, ha gritado en las urnas su descontento con la política actual de Bruselas, sede de la Unión Europea, tras la jornada electoral para renovar a sus representantes europarlamentarios.

En España, Francia y Alemania, principalmente, los partidos de centroderecha, de derecha propiamente y de ultraderecha, han logrado rotundos éxitos en los resultados, al punto de obligar al presidente francés Enmanuel Macron a disolver la Asamblea Nacional y a convocar a elecciones de manera anticipada.

En Bélgica, el primer ministro Alexander de Croo ha dimitido tras la derrota de su partido, Open-VLD, mientras que en España, la polémica vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, anunció ayer su renuncia como líder de Sumar, un partido integrado por cerca de 20 movimientos progresistas y que integra la coalición que llevó a Pedro Sánchez Castejón al frente del gobierno español.

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El partido de Yolanda Díaz sufrió una gran derrota y por primera vez desde su fundación podría quedar fuera del parlamento europeo, un hecho celebrado en Israel, pues en las últimas semanas, Yolanda Díaz se erigió en la voz de los grupos propalestinos que defienden el ataque del 7 de octubre, al punto de ser acusada por las autoridades de ese país de llamar al genocidio del pueblo que reside en el territorio israelí.

En relación con esta situación, la política migratoria que ha implementado la Unión Europea en la última década y que llevó a gran parte de sus integrantes a acoger a los refugiados por los diferentes conflictos en el Medio Oriente ha sido uno de los puntos más cuestionados y que ha influido en gran manera para que se produzca esta histórica derrota de los progresistas en casi todos los países que componen la unión.

“Los españoles han castigado a la coalición Sánchez Castejón y Yolanda Díaz con una contundente derrota en las elecciones. Resulta que abrazar a los asesinos y violadores de Hamás no vale la pena”, publicó el presidente israelí, Isaac Hertzog, en su cuenta de X, celebrando los resultados europeos y sobre todo los españoles, punta de lanza visible del apoyo a la causa palestina y a las acciones del grupo terrorista Hamás.

La derecha obtuvo un gran triunfo en Alemania, el territorio con más eurodiputados en el Parlamento, con un total de 96, pero lo que llama la atención es el segundo lugar al ultraderechista partido AFD, con 15 escaños, así como el movimiento de la misma tendencia en España “Se acabó la fiesta”, que ha metido 3 europarlamentarios en su primera elección.

Ni hablar de la Agrupación Nacional liderada por Marine Le Pen en Francia, que puso en serios aprietos a Macron, a quien muchos están pidiendo su dimisión.

No es políticamente correcto culpar de estos resultados al globalismo y a sus agendas migratorias que permitieron permear las fronteras europeas, pero en voz baja todos hablan de la responsabilidad de esas acciones como el detonante para semejante terremoto político.

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