• Por Jorge Torres Romero
  • Comentarista

Uno de los refranes más conocidos en nuestro idioma es aquel que dice “no hay peor ciego, que el que no quiere ver…” y se utiliza generalmente para indicar que es inútil tratar de convencer a alguien de una verdad que está ante sus ojos, pero que se niega a reconocerla.

Eso fue lo que pasó cuando el gobierno de Santiago Peña finalmente confirmó el acuerdo alcanzado con el Brasil sobre la tarifa que regirá por los próximos tres años en la Central Hidroeléctrica Itaipú.

En esta misma columna habíamos adelantado hace un par de meses que las negociaciones con el Brasil sobre Itaipú debían ser encaradas con un criterio de soberanía, de igualdad, de respeto y de reciprocidad entre los estados, donde el objetivo de las tratativas sea el ganar-ganar. Y eso fue lo que se alcanzó a pesar de los boicoteadores seriales del Paraguay, con hoja de ruta en mano y patriotismo, el equipo negociador encabezado por el propio mandatario se mantuvo firme en sus pretensiones y logró alcanzar un acuerdo más que favorable para nuestro país, que le dará mayor previsibilidad para encarar el futuro.

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Hay que ser claros y decir que nadie se esperaba un resultado como el que se dio, puesto que parecía imposible lograr revertir lo que se presentaba en el país vecino como un hecho consumado, cuando a principios de este año, la agencia nacional de electricidad (Aneel) estableció un monto provisorio para la tarifa con un valor inferior al que estaba vigente.

Por eso, creemos que incluso si se mantenía en 16,71 dólares el kW-mes, iba a ser un logro y se iban a tener recursos, pero no en los valores alcanzados ahora. De ahí la relevancia de lo acordado, puesto que Brasil entendió que tenía en frente a un equipo convencido de sus objetivos y decidido a pelear por lo que consideraba más justo para el Paraguay. Hay que reconocer también la mano amiga del presidente Lula que también se jugó una vez más por el desarrollo de nuestro país.

Por eso, no deja de llamar la atención el cuestionamiento de ciertos sectores que quieren hacer de menos lo que se logró cuando que aquí se marcó la cancha y se dejó en claro que este es un Gobierno serio que no deja nada librado al azar.

Como nunca antes, Paraguay estuvo sentado en una mesa de negociaciones en igualdad de condiciones frente a la diplomacia brasileña que siempre se ha caracterizado por tener una agenda bien definida para mantener su hegemonía en las relaciones internacionales y sobre todo para consolidar un liderazgo en la región.

De este modo se cierra un capítulo de la historia de Itaipú y se abre otro, quizás mucho más importante, que es la revisión del Anexo C del Tratado, con una visión para los próximos 50 años y en el que nuevamente será puesto a prueba nuestro equipo negociador. Podrán seguir tiroteando, pero los que confiamos y creemos en un Paraguay mejor somos más. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

Etiquetas: #negociaciones

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