La diversificación en inversiones significa no poner todos tus recursos en una sola opción. En lugar de depender de una sola jugada para ganar, se trata de distribuir el riesgo al incluir diferentes tipos de activos en tu cartera. Esto implica poseer una variedad de acciones y/o bonos, cada uno con características particulares.

La asignación de activos se refiere a cómo distribuís tu dinero entre diferentes categorías: como acciones, bonos y liquidez. Puede ir desde una estrategia agresiva hasta una más conservadora y juega un papel clave en la determinación de tu nivel de riesgo y potencial de ganancia.

Al invertir en diferentes tipos de activos, reducirás el riesgo de pérdida al dispersar tu capital. No obstante, es importante siempre recordar que la diversificación no garantiza ganancias ni elimina por completo el riesgo.

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Si no diversificas, te arriesgas a una pérdida significativa si la inversión elegida no tiene éxito. Por ejemplo, si posees una sola acción y esta cae un 30 %, el valor de tu inversión disminuye un 30 %. En cambio, si tienes 10 acciones y solo una cae significativamente mientras las demás se mantienen estables o suben, podes reducir considerablemente tu pérdida total. ¿Cuánto de un activo es demasiado? Por lo general, si una inversión representa más del 10 % del valor de tu cartera, se considera una concentración excesiva y debes tomar medidas para diversificar.

Al construir una cartera diversificada, es esencial considerar tu tolerancia al riesgo. ¿Hasta qué punto te sentís cómodo con las posibles pérdidas temporales que puedan ocurrir?

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