Te escribo a ti, mientras escribo este artículo. Sí. En especial y en particular, a ti. Quiero que lo sepas, con todo respeto. Eres muy probablemente una persona que no le da valor alguno al “Campo”, a la riqueza extraordinaria que generan los a veces llamados despectivamente “productores”, con una mezcla de rechazo o indiferencia. El paraguayo no respeta su ignorancia (me incluyo). No sabe decir “no lo sé, no estoy bien informado para opinar, hay otros mejor preparados para hablar sobre el tema”. Al no respetar su ignorancia, el paraguayo habla de todo sin saber nada de nada realmente, haciendo creer a la gente que es un experto. El primer salto en la búsqueda del conocimiento es el respeto a la ignorancia de uno. Y con respecto al “Campo” y su creación de riquezas, la ignorancia es universal, a lo que se suma la maldad. El “Campo” es vida y nos da vida. Más allá de los avances, el nuestro es un país donde la producción agropecuaria es el pilar para que la economía marche. Mal año agrícola, mal año económico. Lo que suceda con el “Campo” nos toca directamente e indirectamente. Nos llega el viento favorable, pero no sabemos de dónde viene.

Recuerda que nuestro mercado interno (dentro de nuestras fronteras) es pequeño. Sólo nos queda el camino de exportar, para la vida de nuestra sociedad, de manera diferente. Sí, ya sé que eres uno de los que creen y dicen “nada de aquello me llega”. Sí te llega. Pasa que ese dinero en tu bolsillo no tiene un sello “olor a campo”. Mira, desde el 2018 las exportaciones de productos “con olor a “Campo” (venta al exterior) suman 35.000 millones de dólares. Y te equivocas que sólo la soja es responsable. Hay de todo, carne porcina a leche empolvo. Esa exportación con “olor a Campo” representa en promedio del 68 % de todas nuestras exportaciones. El “Campo” es responsable de casi el 7 0 % de lo que vendemos. Te pregunto con seriedad: ¿Qué otro sector puede dar un 70 %? Ninguno. El “Campo” no se opone al nacimiento, crecimiento y potencia de otros sectores. Al contrario, porque mucho de lo que se exporta con “olor a Campo” está semiindustrializado. Leche condensada. ¿No te toca? No. En el período mencionado (2018-2023 a mayo) importamos o compramos del exterior por US$ 66.481 millones. ¿De dónde crees que sale una gran parte de los dólares para importar lo que necesitamos? En un 53 % de los US$ 35.000 millones de productos “con olor a campo”. No podemos dejar de importar combustibles (gasoil, naftas). ¿Si el “Campo” aportara menos, qué crees que pasaría con el precio del dólar y de los combustibles? ¿Ya te toca? ¿Sí? Respeta tu ignorancia.

El Banco Central del Paraguay (BCP) nos acaba de informar que nuestra economía creció 5,2 % en el primer trimestre, gracias fundamentalmente al crecimiento de la agricultura en 53,8 %. El resto de los sectores está lejos. Mejor confirmación, imposible. Por último te doy una información del impacto directo e indirecto de “El Campo”. La cosecha de soja nos estaría dando este año casi 9.500.000 toneladas, un aumento del 116 %, después de la gran caída del 2022 (-54 %). Sequía. ¿Sabes cuántos viajes deben realizar los transportistas de carga para levantarla? Más de 300.000 viajes. Pero están el maíz, el trigo, los ganados mayores y menores, y mucho más. Y cuando al “Campo” le va bien con sus cosechas y producciones, todo se mueve: combustibles (gasoil) y lubricantes, gasolineras, emblemas privados que proveen, silos, talleres y casas de repuestos (antes, durante, después), lugares de comida, chiperas, yuyeras, comercios de autos, motos, maquinarias, casas de electrodomésticos, importadores, bancos y financieras (manejar las deudas, movimiento de exportación), impuestos, puertos privados, astilleros, barcazas, haciendo un resumen del milagro que empezó cuando el productor (grandes, medianos, pequeños, parcialidades indígenas) planta una semilla y se dedica lo suyo, todo tipo de actividad, buscando ganarse la vida, con riesgos. Gana el productor y ganamos todos, el país. Una vez me preguntaron si en qué caso encontraría una situación tan crítica que Paraguay podría “suicidarse” económicamente. “Cuando maten “El Campo”. Y, lastimosamente, te tocaría a ti también. La verdad, si es verdad realmente, es verdad. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo.

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