- POR ISMAEL CALA
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Así comienza una de las canciones merengueras más populares de los años ochenta, inmortalizada en la voz del dominicano July Mateo (Rasputín) y más recientemente versionada por el puertorriqueño Chayanne. Aquella melodía bailable no solo fue exitosa por su ritmo, sino porque el estribillo es una invitación a vivir el presente.
¿Y cómo no valorar el ahora, si es justamente el instante en el que transcurre nuestra existencia? Aprender a centrar nuestra mente en el hoy, por ejemplo, es necesario para poner nuestro enfoque en las tareas diarias, pero también para escuchar a quienes nos rodean.
Sin embargo, con frecuencia me preocupa el rumbo que estamos tomando como sociedad frente al uso desmesurado que hacemos de las redes sociales. Aunque soy una persona muy activa en ellas, cada vez es más evidente que hay toda una generación de personas con nulo interés en mirar a su alrededor, en crear conexión con quienes tienen a su lado.
Digo esto con mucha tristeza, porque en más de una ocasión he estado caminando por las calles, y me he topado con cualquier cantidad de personas haciendo lo que ustedes menos se imaginan con el teléfono a la mano. Ves a uno, e intentas no tropezarte, pero cuando de pronto aparecen cinco o más individuos, haciendo disparates y grabándose, entiendes que algo nos está pasando, y no es muy positivo.
De acuerdo con Statista, página encargada de recopilar estadísticas a nivel global, durante el 2022 el promedio global de consumo diario por parte de los usuarios en redes sociales fue de 151 minutos, superando los 148 del 2021.
La pantalla le ha comido no solo la vista, sino el cerebro, a más de una persona, pues pareciese que no hallan vida más allá de los centímetros que separan su rostro de sus móviles. Pocos, muy pocos tienen la costumbre ya de salir y esconder sus narices en un libro mientras se toman un café, o toman el sol en algún parque.
Ante tal escenario, me cuestiono sobre las cosas que estamos haciendo mal como sociedad, e insisto: yo también soy usuario activo de las redes, me gusta conectarme con frecuencia con quienes están allí, pero creo que hay momento para todo en esta vida.
Nuestro paso por este mundo es efímero. Abramos los ojos, despertemos en nuestro interior, para que podamos disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida.