- POR JORGE TORRES ROMERO
- Columnista
La descabellada propuesta de quemar cubiertas que lanzó la ministra de la SEN, Zunilda Borja, para eliminar los criaderos de mosquitos es el reflejo de lo que es el gobierno de Mario Abdo y se resume en una palabra: improvisación.
Borja no tiene la culpa, el problema está en quien la nombró en ese cargo para el cual evidentemente no está preparada.
En estos 4 años y medio, Abdo dejó en evidencia que nunca más los paraguayos debemos optar por liderazgos improvisados, por equipos políticos que se juntan con el único propósito de ganar las elecciones sin luego tener la más pálida idea de cómo gobernar.
La bolsa de rejuntados, con odios viscerales y la sangre en los ojos para vengar a los enemigos políticos generan gobiernos como este.
Paraguay necesita una alternancia, pero la alternancia en el modelo de gobernar, no la alternancia de colores.
Dentro de cuatro meses votamos en elecciones generales, y tenemos en el menú de opciones proyectos que son exactamente iguales al que tenemos. Efraín Alegre y Soledad Nuñez, es la opción del odio y la improvisación.
Esta chapa carece de un plan. El discurso de odio que destila Alegre lo anula como alternativa. Abdo conquistó el poder y antes de estar concentrado en cómo gobernar se distrajo más en cómo joderle a su enemigo político ocasional y hoy estamos en esta situación de pobreza, desempleo, inseguridad, endeudados y sin planes. Con Alegre pasará lo mismo. Efraín es Marito.
Por un lado, los colorados aprendieron la lección del 2008, la división les lleva a la llanura y allí es más difícil dirimir las diferencias, en el poder están más cómodos para resolverlos. Y por otro, Efraín no es el fenómeno que fue Fernando Lugo, el ex obispo de los pobres que despertaba entusiasmo y generaba esperanzas.
Los que hoy enarbolan el discurso del cambio ya estuvieron en el poder, no cambiaron nada y hasta hubo un quiebre con el juicio político. Sepultaron la esperanza del cambio.
Hoy queda la practicidad, lo que funciona, lo que da resultados y evita que cada vez el bolsillo esté más vacío. El problema en Paraguay hoy está en la economía, en saber cómo gastar lo poco que tenemos y en buscar la forma de generar alternativas a la generación de empleos y reactivar la economía. Eso se logra con experiencia y una hoja de ruta clara y definida sin importar las presiones políticas y mediáticas, sino el interés general.
Paraguay ya no tiene tiempo para el pase de facturas, para los liderazgos personales que pretenden dividir el país entre los santos inmaculados y los condenados al fuego eterno. Con Mario Abdo se perdió el tiempo en el saqueo y en el reto al adversario y se evitó apuntalar los aciertos de gobiernos anteriores.
Gobiernos improvisados, resultados como el que tenemos hoy a la vista. Gobiernos con equipo y liderazgo la probabilidad de éxito es mayor. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.