Es la causa que determina la existencia de una cosa o la manera de actuar de una persona ante una situación. Es lo que mueve o es capaz de mover. El motivo está conceptualizado a través de esas expresiones. Ahondando en su origen, pueden suceder sorprendentes argumentos que avalan su visibilidad, indicando además que está inexorablemente ligado a la voluntad. Y al universo de la creación de los fundamentos que sostienen el andar.

Si hay vida, hay abundantes realizaciones cotidianas. Es maravilloso sentirse vivo, gran empuje para darle ritmo a la intensa respiración que habilita la presencia del aire interior. Cuando el instante prioriza los hechos elementales que permiten crear intereses básicos y genuinos, empiezan a darse situaciones que enaltecen el majestuoso ser que cultivamos. En ese permanente reconocimiento de las sensaciones vitales se pueden aprender grandes lecciones. Que así sean, depende de quien las decide recibir.

En donde nacen agradecimientos se expanden de forma natural las raíces de los vínculos que están dispuestos a construir lo que se proponen. El ánimo se forja una y otra vez, y así siempre hasta el último suspiro. Y puede sustentarse en un estado basado en una actitud fortalecida debido a las instantáneas y periódicas dosis de gratitud. Esta es una de las bellas opciones que están disponibles en toda circunstancia, tanto en las que generan profundos planteamientos como en las que requieren solamente de algunas respuestas necesarias.

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Es fuerte el deseo de darle significado a lo que se lleva a cabo, en esa búsqueda del porqué se descubren los talentos que se poseen y se vislumbran nuevos paisajes a los cuales acceder. Es inmensa la proyección de las motivaciones que inspiran al ser humano. El acto de significar es un testimonio de la libertad personal, identificándose como un paso inicial y caracterizándose como una práctica que requiere pensar con criterios reales y optimistas, dando valor a lo que genera el movimiento hacia una acción concreta.

El destino de las ideas está unido a las coherentes explicaciones que transmiten con testimonio lo que se quiere vivir o lo que se está haciendo para caminar por los parques sembrados por las virtudes particulares. Por eso, los horizontes son tan amplios como las mentes que los describen. Resaltando que para vivirlos hay que considerar centímetro a centímetro lo que implican en la vida de quienes están involucrados en los mismos. Es ahí donde lo que mueve interpela la existencia y la incentiva a que realice lo que le hace bien, y al mismo tiempo geste bienestar a su alrededor.

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