• Por Aníbal Saucedo Rodas
  • Periodista, docente y político

Quienes desenfundan la pluma como refinado acero toledano ya agotaron las metáforas, hipérboles y comparaciones para describir la relación entre Euclides Acevedo y Fernando Lugo, primero, y ahora Euclides Acevedo-Concertación Nacional. Todas ellas en la prosopopéyica versión del “gallus politikón”, apodo que muchos atribuyen al ingenio de un ex director ya fallecido del diario Patria, de la época de la dictadura de Alfredo Stroessner. Entonces, ya no me queda más remedio que acudir directamente a los hechos brutos, tales como son, sin los condimentos de las sabias recomendaciones del viejo Martín Vivaldi, nuestro catecismo en la carrera de Periodismo (hoy Comunicación), de la Facultad de Filosofía de la Universidad Nacional de Asunción. Los que actualmente se asombran por la firme decisión asumida por el veterano dirigente socialdemócrata no lo tomaron en serio cuando el 16 de mayo de este año declaró: “Sigo insistiendo en que en abril del 2023 habrá tres candidatos en competencia, de eso no me cabe ninguna duda. Va a ser un colorado, Efraín Alegre y un tercero, probablemente yo. Puede surgir alguien mejor, pero me da igual, yo lo que quiero es ganar”. Ensimismados en sus propias fantasías electorales, algunos, y concentrados en sus objetivos exclusivamente proselitistas, sin un marco programático, otros, no se percataron o minimizaron entonces el extravío de una de las ovejas. Las 99 estaban muy felices.

Lo que para la mayoría representaría un angustiante dilema existencial, Euclides lo convirtió en una ecuación muy simple. Entre “no tiene ninguna chance fuera de la Concertación” y “dentro de la Concertación, no tengo ninguna chance (por excluyente)”, olfateó lo más saludable para sus proyecciones presidencialistas del año próximo. Como corresponde a un estratega para quien la política no es una diversión de fin de semana. En medio de la euforia por la presentación de la solicitud de reconocimiento de este frente opositor, el último día del plazo establecido, es decir, el 27 de junio, y las celebraciones pirotécnicas por la resolución, en mayoría, del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE), un mero formalismo, para que el Registro Cívico Permanente sirva de padrón a la Concertación, el antiguo presidente del Partido Revolucionario Febrerista (PRF) y del Partido Encuentro Nacional (PEN), cuando este partido aún sostenía algunos vestigios socialistas, fue condenado a vegetar por inanición. Al menos, así supusieron. Hasta que...

Y ese “hasta que” incluye una declaración de la senadora Esperanza Martínez, una de las precandidatas presidenciales, por el Frente Guasu, dentro de la Concertación, quien advirtió que la presencia de dos aspirantes de la oposición en las elecciones generales del 30 de abril daría una abierta ventaja al Partido Colorado. Hace días, insistió: “Euclides fuera de la Concertación se convierte en un problema”. Soledad Núñez, precandidata independiente, presagió que Acevedo, si continúa solo, podría generar “daño, golpe y división” dentro del frente que, por ahora, no es común ni unitario. Hasta se animó a dar un consejo político al “rebelde sin razón”, pues considera que “está leyendo mal los números” y que difícilmente consiga lo que plantea”, esto es: llegar a la Presidencia de la República. Ignoro los argumentos matemáticos de la ex compañera de trabajo en el gobierno anterior, pero los buenos deseos y las encomiables intenciones no siempre terminan por moldear la realidad. Al contrario, muchas veces, se despedazan en contra de ella.

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Conozco a Euclides desde hace más de cuarenta años. Si algo sabe en este rubro, que Aristóteles convirtió en ciencia, es decodificar las coyunturas y avizorar los acontecimientos desde su puesto de vigía. Nació con varios dones únicos: habilidad oratoria, ingenio dialéctico y capacidad empática, que lo convierten en amigo de todos –ahí me incluyo–; bueno, de casi todos, porque es dentro de su propio partido, el PRF, donde ha encontrado siempre las mayores resistencias. Lo confirma el presidente febrerista, Guillermo Ferreiro, quien, contradiciendo a Esperanza Martínez y a Soledad Núñez, afirma: “Creemos que Euclides va a influir muy poco en los números y más que nada le van a votar algunos colorados (…). No logró una sola alianza, ni siquiera con una comisión vecinal”. Y Ferreiro habla con la certeza del experimentado. En las últimas elecciones municipales, la primera opción preferencial del PRF alcanzó 1.841 votos. Superó por 41 votos al último rankeado, el lugar 24, por el Partido Colorado.

Como expliqué al principio, de Euclides ya extrajeron las más bellas figuras literarias para la ironía y el sarcasmo. Y aunque estoy muy lejos de las excelsitudes propias de la imaginación creativa, me animo a garabatear que “es un verdadero ‘Gallo’ en el zapato de la Concertación”. Es lo que me salió. Buen provecho.

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