• Por Eduardo “Pipó” Dios
• Columnista

Buena analogía hizo Martín Burt el otro día, “El Gobierno está contento porque algunos están ganando en la ruleta, pero es el casino del Titanic…”.

O sea estos badulaques están aprovechando sus últimos meses para llenarse, aún más sus bolsillos, de dinero manchado con la sangre de paraguayos, fruto del robo, latrocinio, pactos con el narcotráfico, y demás crímenes que han cometido o permitido que se cometan a cambio de gruesas coimas. Mientras el país se hunde, el problema será para el que venga, que se arregle. Claro está que especulan con poder “tapar sus fatos” y zafar de la genuflexa justicia paraguaya, pero bueno, esperemos que no, y sino, aunque sea que sea alguna otra justicia, ojo, no me refiero a la divina, sino a la de algún país que los tiene entre ceja y ceja hace tiempo.

Mientras tenemos que escuchar a un delirante Marito y a su candidato de cartón (bueno, ya ni sabemos si es su candidato o de quién o quién es el candidato de Marito, de hecho, estimo que ninguno de ellos lo sabe a ciencia cierta), llenarse la boca de amenazas, denuncias rimbombantes y promesas de victoria, que parecen más delirios de drogados o enajenados mentales.

Es que nadie, ni ellos creen en una victoria electoral en diciembre, en ninguno de los frentes, de hecho el “trabajo” se centra en la “reducción de daños”, o sea perder lo menos carastróficamente posible para poder, al menos, intentar negociar con los ganadores.

Los propios opositores, inclusive los más furiosos y enfermizos “anticartistas” hablan de hacer una “concertación fuerte para vencer a ‘Santi’ Peña”. Hugo Velázquez no aparece ni en los planes del más delirante, y eso que abundan.

La Junta de Gobierno de la ANR promete ser una catástrofe aún mayor para la gavilla en fuga, por eso tratan de convencer al necio de Marito; con halagos y lisonjas varias, que saben que al botarate este le encanta, como buen mediocre, rodeado de mediocres; para que se presente a la presidencia del partido, a ver si pueden colgarse de su saco y nuestros bolsillos y colarse como miembros de la Junta. Manotazos de ahogados, ojalá el peso del oro robado los hunda hasta el fondo.