- Por Juan Carlos Zárate
- MBA
- jzaratelazaro@gmail.com
Nuestro país sigue siendo a nivel regional uno de los mayores productores de soja en grano, con una cosecha global anual no inferior a las 10 millones de toneladas siendo uno de los rubros de mayor generación de ingresos de divisas, y uno de los principales componentes de nuestra balanza comercial año a año.
El mercado argentino es el principal destino de nuestra oleaginosa, con una participación relativa superior al 70% (aproximadamente 4,2 MM de toneladas de un total de aproximadamente 5,9 MM de toneladas comercializado este año al mercado externo, según fuentes del BCP).
Solo lo exportado a dicho país nos generó en lo que va del año ingresos en divisas por más de US$ 1.926 millones, uno de los más importantes entre nuestros rubros exportados. Para este año, se prevé un menor procesamiento de granos vs el 2020. Apenas se pudo procesar el 31% de la producción, lo que implica casi un 70% de capacidad ociosa de nuestras industrias.
Precisamos de políticas públicas de Estado que permitan a las mismas ser más competitivas, y luchar en igualdad de condiciones con las de otros países que se están llevando nuestra soja (especialmente Argentina que absorbe más del 70% de nuestra producción).
No nos oponemos a que le sigamos vendiendo a la Argentina el mayor volumen de nuestra cosecha anual, pero lo que lamentamos es que teniendo a nivel país no menos de 10 plantas industriales procesadoras de aceites y subproductos con una excelente capacidad productiva y tecnología de punta, no los aprovechamos en su justa dimensión, para poder darle a nuestra materia prima el valor agregado necesario, que nos permitan obtener precios de ventas mucho más remunerativos.
Si bien dicho país se constituye en uno de los mayores productores de la oleaginosa a nivel mundial, se han mentalizado con buen criterio de que industrializándolos y vendiéndolos como productos terminados podrán generar mucho más ingresos para fortalecer la gestión económica de sus empresas y paralelamente su balanza comercial.
Es a ello lo que nosotros debemos de apuntar con mayor fuerza, pues independientemente del procesamiento de soja en grano, también podemos hacerlo con el maní y girasol, que son aceites muy demandados a nivel mundial, y que permitirán a nuestras industrias generar mayor cantidad de mano de obra, fortalecer su gestión e ir ampliando su infraestructura productiva.
Las exportaciones registradas de nuestro país al 31 de octubre del 2021 fueron de US$ 11.819 millones, superior en aproximadamente 26% vs idéntico período del año anterior, del cual la soja en términos relativos sigue siendo el componente de mayor participación.
Nos demuestra que si lo industrializamos en mayor volumen, los ingresos globales en divisas podrán ser superiores, pues sigue siendo a nivel mundial uno de los productos con mayor demanda y que irá creciendo cada vez más.
Lo mismo ocurre con nuestro trigo. Contamos con molinos harineros distribuidos estratégicamente en todo el país, siendo Brasil nuestro principal comprador, pudiendo en vez de venderlo en estado natural convertirlo directamente a harina que con seguridad un gigante de más de 200 millones de habitantes nos comprará y a mejor precio que haciéndolo como materia prima.
La industrialización cada vez mayor de nuestros productos del agro, podrán constituirse en uno de los puntales de nuestro desarrollo económico a nivel país, siempre y cuando nos enfoquemos a full en promocionarlos ya terminado, pues el mundo cada vez más precisará de alimentos y contamos con una tierra fértil y productiva con una variedad de renglones que nos dan año a año muy buenos rendimientos promedios por hectárea al igual que volúmenes de cosecha debiéndolos aprovecharlo al máximo.
Dejemos en un segundo plano los temas políticos y concentrémonos en lo que atañe a nuestra macro y microeconomía, que es lo que hará que nuestra gente pueda llevar una vida digna, y con niveles de ingresos que les permitan mejorar su capacidad adquisitiva, con un efecto multiplicador o derrame en favor de otros sectores de negocios de nuestro país. ¡Esa debe ser nuestra prioridad!