• Por Felipe Goroso S.
  • Columnista político

La llegada a la administración de un país o una ciudad debe estar marcada por una agenda de gestión. Una de las partes vitales de esa agenda de gestión debe ser la comunicación gubernamental y la misma tiene como objetivo principal la búsqueda y generación de consensos. Una de las vías para alcanzar esos consensos son los acuerdos políticos, los mismos tienen o deberían tener como consecuencia el llevar a la acción aquella agenda de gestión de la que hablábamos al inicio.

Volvimos al principio, acabamos de describir lo que nos gusta llamar círculo virtuoso de gestión, es el elemento sobre el que debería de girar toda administración nacional o municipal.

La semana pasada, a unos pocos días de haber asumido, la administración de la Municipalidad de Asunción liderada por “Nenecho” Rodríguez tuvo la que podría considerarse su primera crisis de relevancia. Los integrantes de la Junta Municipal debían conformar las comisiones, pero ante la falta de acuerdo y sin una mayoría suficientemente consolidada, la sesión quedó trunca. Las versiones hablan de que el acuerdo que llevó al concejal Luis Fernando Bernal a ser electo como presidente del legislativo también incluía la presidencia de comisiones para las bancadas de Añetete, PQ y el PEN.

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Sin embargo, el acuerdo había mostrado sus primeras debilidades desde la elección misma de Bernal, los números eran tan ajustados que debió desempatar votando por sí mismo. La ley orgánica municipal en su artículo 30 es muy clara al respecto de la conformación de comisiones: “todos los concejales tienen el derecho y la obligación de formar parte de una o más comisiones”. La crisis detonó ante el intento de los sectores que votaron por Bernal de limitar la integración de las comisiones, con esa limitación y con los números de integrantes adecuados se conseguiría el copamiento de las presidencias de las mismas. Pero algo salió mal, o todo.

Otra muestra que casi pasó desapercibida pero que definitivamente es importante y que mostró la debilidad y ausencia de liderazgo en la Junta Municipal fue la sesión donde se votó el presupuesto, en la misma, el arco alineado tras Bernal votó en abstención. Ese solo hecho debería ser motivo de análisis en el gabinete de la Intendencia. Una figura que a pesar de estar haciendo sus primeras armas pero que ya está mostrando cierta madera es la del nuevo concejal Enrique Berni, versiones hablan de que el papel que está cumpliendo será clave articulando acuerdos que le den a “Nenecho” la gobernabilidad que precisa.

En el fondo, lo que estamos viendo ya es parte de la escenificación de la lucha interna con vistas al 2023. Por eso, y en una ciudad sumida en urgencias se impone que el círculo virtuoso de gestión sea la gran mesa alrededor de la cual se arriben a acuerdos que generen consensos. Después de todo; de eso se trata la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.

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