Como dueño de un negocio nuevo y en pleno crecimiento, es tentador reinvertir cada guaraní que ganes en su giro comercial. Algunos emprendedores incluso van más allá y no se pagan a sí mismos hasta no haberle devuelto su dinero a los inversionistas y tener un colchón financiero.

El problema es que ese día casi nunca llega, especialmente si la empresa continúa en proceso de desarrollo. Siempre se presentan nuevas necesidades en las que deberá invertir, proyectos que implementar y cuentas que pagar; por lo que al final, todos reciben su cheque, excepto vos.

Ser rentable es la meta de todo negocio. Para lograrlo, muchos empresarios hacen sacrificios, incluyendo un sueldo. Tal vez no necesites pagarte una gran cantidad en los primeros años. Sin embargo, en algún punto deberás recibir un salario por el tiempo y talento que aportas a tu propia compañía.

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La regla de oro para tu negocio debe ser pagarte a vos mismo, y en primer lugar, un salario que te ayude a solventar tus deudas personales, y en segundo lugar, reinvertir las utilidades en la compañía. Esta combinación es la receta de una administración financiera sana.

A continuación, listamos algunas razones del porqué deberías asignarte un salario mensual:

-Privarse de una paga es contraproducente: No tener una paga significa que nada está entrando a tu cuenta y, por lo tanto, tus finanzas personales podrían verse afectadas si solo vives de tus ahorros. Si bien en las fases iniciales de tu negocio es normal abstenerse de un salario para ayudarlo a crecer, también es razonable que empieces a recibir parte de las ganancias cuando este comience a generarlas.

-Pago justo por trabajo justo: Algunos emprendedores se pagan un salario base modesto y lo compensan beneficiándose de un porcentaje mayor de las utilidades. Si tienes inversionistas o socios, este podría ser el acuerdo más justo, pues inspira a todos a poner su mayor empeño en el trabajo, ya que mientras mejores resultados se obtengan, mayores serán los ingresos y las ganancias.

-Tu tiempo es valioso: Los emprendedores por lo común contabilizan aspectos obvios, como alquiler, teléfono, internet o papelería de oficina, pero se olvidan de incluir el pago por sus horas trabajadas. Una buena regla es estimar cuánto valdría tu tiempo (considerando el estándar del mercado), y usar el cálculo como tu salario base. En la fase de arranque, eso podría representar un salario bajo, aunque una vez que haya utilidades mensuales y tu compañía sea autosustentable, podrás pagarte más. Recuerda que nadie trabaja gratis, y vos tampoco deberías hacerlo.

-Con o sin inversionistas, deberás pagarte un salario: No asumas que tus socios inversionistas deben recibir su paga total antes de que pueda obtener un salario. Si tu negocio ya es rentable, se debe apartar un porcentaje de las ganancias mensuales en concepto de sueldo. Muchos inversionistas son cautelosos sobre los emprendedores que quieren obtener un salario generoso desde el día uno, porque primero quieren comprobar que estos están tanto o más comprometidos con la inversión y con la empresa. Abstenerte de cobrar un salario en la fase inicial hasta que el negocio sea rentable puede ser una de tus expectativas. No obstante, cuando empieces a moverte a terrenos más sólidos, la mayoría de los inversionistas estará de acuerdo en que vos seas el primero en recibir una parte de las ganancias.

-Evita el agotamiento: Recibir una paga mes a mes antes de reinvertir el resto de vuelta en el negocio te ayudará a mantener el ánimo arriba y evitarás que te agotes en vano. Desafortunadamente, no se puede vivir permanentemente de esa adrenalina que se produce con la satisfacción de emprender un negocio. En algún momento necesitarás ver resultados tangibles por tu esfuerzo.

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