Por Eduardo “Pipó” Dios

Columnista

Nos preguntábamos en la radio por qué no se produce aún la salida de Juan Ernesto Villamayor del cargo de jefe de Gabinete de “Marito de la Gente”.

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Inclusive nos preguntábamos por qué si al final tuvo que sacar a su amado y protegido Renolfo el Reno del ministerio, no pasaba lo mismo con este dechado de escándalos de corrupción en que se convirtió, o ponele que ya estaba hace rato convertido, solo que su poder omnímodo en este gobierno lo potenció. Claro, Renolfo fue a blindarse con sus socios, amigotes, clientes y cómplices del Senado, Juan Ernesto no tiene ni tendrá fueros, al menos por ahora.

Renolfo el Reno es una pieza de un engranaje, de un mecanismo, de una mafia descontrolada, que opera desde el Gobierno sin ningún límite ni vergüenza, una pieza importante, por él pasan negociados muy redituables, como los almuerzos escolares, el tráfico de oro de Paso Yobái, negocios fraudulentos del Ministerio de Agricultura, de la Gobernación de Guairá y sus municipios afines, y de otras gobernaciones y municipios igual de corruptos y puercos. Es un generador de dinero sucio, un proveedor. Pero a la cabeza de la organización, al menos en la parte operativa, estaría alguien más inteligente (bueno más inteligente que Rodolfo es una cucaracha, y con mucha más altura moral), como el jefe de Gabinete.

Recordemos que los billetes de los maletines que proveen los Renolfos, los Cuevas y demás próceres tienen que guardarse en algún lado, lavarse y esconderse de las miradas curiosas y de las molestas autoridades, incluyendo, y sobre todo con más énfasis de las autoridades norteamericanas, que andan curiosas respecto a compras de costosos inmuebles en su territorio con dinero malhabido, pecado capital en esas tierras de indios y cowboys. Sobre todo si los adquieren personas relacionadas a autoridades de países señalados como corruptos.

El jefe de Gabinete, dicen por ahí, sería el que comanda ese operativo, aparte de también ser un gran generador de fatos de muchos millones de dólares. Si cae él, se caen todos, inclusive la protección judicial y parlamentaria de la que disfrutan Friedmann y otros delincuentes, entonces la cosa es más complicada de lo que parece.

El famoso cuento del Gafilat, con que se embanderaron al comienzo de este despreciable gobierno “de la Gente”, ahora les va a salir como tiro por la culata, ya que a las autoridades internacionales que investigan el lavado de activos les importa más saber qué está haciendo hoy en día el Gobierno paraguayo, y cuando ve el nivel de puerqueza en el que está metido, la certificación va a ser que somos la cueva de Alí Baba en un día de fiesta. Recordemos que la justicia americana se pasa por la tangente que los delincuentes sean autoridades, que tengan fueros, ni la mar en coche… investigan y deciden si te guardan en una cárcel de Miami o en una de Nueva York.

Las autoridades nacionales actuales están en la mira, y Marito y sus secuaces parece que no se dan por enterados. Si no empiezan a desprenderse de ciertos lastres, terminarán más que pegados, encerrados y con el uniforme naranja del que tanto hablaban, y ahora parece que quieren olvidar.

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