Por Pablo Alfredo Herken Krauer
Analista de la economía
Email: pherken@gmail.com
La última y reciente estimación del Fondo Monetario Internacional (FMI) sobre la profundidad de la caída de nuestra economía paraguaya este año nos golpeó al borde del nocaut (knock-out en el idioma yankee) en el ring de la eterna lucha por vivir más y mejor: derrumbe del -5% en términos del producto interno bruto (PIB), según la propia información del director del Departamento para el Hemisferio Occidental del organismo financiero mundial, Alejandro Werner, el pasado martes 30 de junio. Derrumbe equivalente a debacle, entiéndase recesión, háblese de disminución o achicamiento de la producción y de destrucción de la riqueza material y humana, tómeselo como crisis, crisis como la peor que hemos experimentado en 70 años, que en verdad la estamos experimentando y sufriendo, según los registros oficiales del Banco Central del Paraguay (BCP) cuya serie histórica de marcha del PIB tiene como piso el año 1950. El golpe fue aún más doloroso, porque en abril 2020, en la cumbre anual en Washington, el FMI en su reconocido informe “Perspectivas de la Economía Mundial” (World Economic Outlook), nos pronosticó un retroceso de solo el -1% para el 2020, después del 0,0% de no avanzar nada en el 2019, a continuación de la desaceleración del crecimiento económico al 3,4% en el 2018 desde aquel ya un poco lejano techo de expansión económica del 5% en el 2017, lo mejor que tuvimos desde el 2013 (8,4%). Pasar de una estimación de caída del -1% en abril a otra del -5% en junio “no es poca cosa”, ni “un giro cualquiera”. De declinarse a derrumbarse. Asustador, preocupante y en alarma roja. Sin caos es cierto por una estabilidad no perdida. Pero, aun así, pegando el grito de dolor por el drama económico, social, humano y espiritual.
Sirve de consuelo, en los papeles, saber que no solo nuestra situación económica empeoró en dos meses del 2020, en las estimaciones del FMI. El derrumbe de América Latina y el Caribe (ALC) pasó del -5,2% al -9,4%. Argentina del -5,7% al -9,9%. Brasil del -5,3% al -9,1% y México del -6,6% al -10,5%. En el caso argentino, el diagnóstico del FMI está tomándose como suave. Los propios argentinos ya estiman una caída del -10,5% al -13,5% para este año, peor que la registrada en el 2002 cuando el fin de la convertibilidad (-10,9%), con una inflación del 43% y un dólar 47% más caro. Aun siendo la peor caída en 70 años, oficialmente hablando, el derrumbe nuestro es el menor en la región global. Porque hemos hecho bien los deberes desde el 2003 y tenemos mejor colchón. Realidad reconocida internacionalmente, menos por nosotros, como el caso de los editoriales de “Última Hora” (UH) calificando en varias oportunidades despectivamente de “Mito” lo bueno de lo nuestro, aún con todas sus enormes deficiencias y faltantes. En línea con aquel también despectivo calificativo para nuestra “macroeconomía” como de “utilería” allá por el 2015, que se haría pedazos en “pocos meses”. Lo que no ocurrió. Si “Mito” es lo nuestro ¿qué es lo argentino: desarrollismo justicialista, boicoteado por el resto del mundo? ¿Venezuela y su economía destruida a la mitad con casi 6 millones de venezolanos turisteando en el mundo, una revolución incomprendida? ¡Por favor! el “Mito” verdadero es “Última Hora” (UH) con sus medias verdades, que son peores que las mentiras, y responsable directo de Marito en el poder. Algo que hoy les cuesta “aguantar”. Un Marito de “utilería”.
Dos crisis muy grandes tuvo la economía paraguaya en 70 años, previa a la actual:
(1) Dos años de recesión en 1982-1983 con caídas consecutivas del -1,4% y del -3%. Final de las obras civiles en Itaipú, con fuerte participación nuestra, el fracaso de Yacyretá como reemplazo para la continuidad, crisis en Argentina y Brasil, pésimas condiciones climatológicas y bajos precios internacionales para nuestras exportaciones. Sin olvidar que al Dictador ya no le daba el cuero. Como veníamos exhibiendo un boom económico, en el gobierno estronista se tomó la decisión de no dar datos sobre las caídas económicas, los que se divulgaron con muchísimo retraso. Recurrí a fuentes externas, como periodista respetado en un diario “Abc Color” entonces muy respetado (1981-1984), en este caso estudios de la Embajada de los Estados Unidos para el Departamento de Estado, claro, con el sello de la confidencialidad, “para tu manejo”, no para divulgarlo. La economía paraguaya había caído -5% y -10% en 1982-83.
(2) La otra gran crisis se dio en un período más extenso 1999-2002 con el horrible 2002 como lo peor y una caída del -2,3%. Ese período de crisis económica tuvo muchas causas, pero la “antipatriótica” tuvo que ver con el poder político extraordinariamente dañino de la triste dupla Luis González Macchi y Calé Galaverna, amigos al principio, enemigos después, y al final con algunos años, cuates. Fue la mayor destrucción política de nuestra economía en democracia, en gran parte por los “asesinatos económicos” de dichos danzarines al compás de un tango “con olor a muerte”. Las pérdidas se estiman en 2.600 millones de dólares. Y los famosos bonos chinos de 400 millones de dólares fueron la carnada de la gran comilona.
Y ahora, el actual derrumbe del -5%. ¿Estimación de pérdidas económicas? Desde un mínimo de 3.000 millones de dólares a un máximo de 3.900 millones de dólares. Siempre y cuando en el segundo semestre del 2020 “levantemos cabeza”. En dos años 2019-2020 juntos las pérdidas calculadas suman 5.800 millones de dólares. El dolor de la gente no “nace” en marzo por el covid-19. Viene desde junio del 2018. El “nuevo” Gobierno se durmió desde abril porque consideraba un “Mito” la calidad de nuestra economía. Más que transición hubo interrupción. Perú ve caer su economía en -14%. Venezuela -35% el año pasado y ¿-25% ahora? Nosotros -5% y el Gobierno repite lo que el FMI dice: Vinieron haciendo mejor los deberes y “caen mejor”. “Es un Mito, dice UH”. ¡Andá! Los supermercados están perdiendo dinero. Was gesagt werden muss, muss gesagt werden. Duele decirlo, pero hay que decirlo. DDPHQD