Por Eduardo “Pipó” Dios

Columnista

El escándalo de los insumos médicos en pandemia puso, al fin, en el banquillo de los acusados a una mafia, nunca mejor usada la palabra, que se dedicaba, en complicidad con las roscas burocráticas de algunas UOC y la connivencia interesada de las autoridades de turno a vender medicamentos y todo tipo de insumos médicos truchos, truchos por su origen falsificado (provenían de India o China y figuraban como de Brasil u otros mercados más “confiables”) o truchos por la escasa o nula calidad de los mismos, es decir, un supuesto dopaje de cierta droga que, o no era el dosaje adecuado o directamente no contenía esa droga.

Esto hacía que los pacientes, sobre todo del sector público o semi, como el caso del IPS, no recibieran la medicación indicada, y se complicaran o mismo es probable que haya habido más de una muerte por falta de medicación. Esto es tan pero tan grave, que debería haber terminado con la prisión preventiva de TODOS los involucrados, tanto compradores como vendedores, y la clausura de todas las empresas, en conjunto con el retiro de las mercaderías de todos los depósitos y dispensarios, y el reemplazo inmediato de los mismos por medicamentos de buena calidad.

Pero todo a medias, suspensión en vez de clausura… ¿por qué? Qué necesitan para clausurar y sacar de circulación a estas organizaciones criminales escondidas tras una empresa de maletín, maletín lleno de dólares para coimear, dicho sea de paso. Se retiran, “algunos de los productos” pero no todos, y no se les reemplaza los mismos a los pacientes por otros, sino que directamente “no hay”. Entonces seguimos casi en las mismas, algunos de sus productos truchos ya no están, otros sí, y se siguen entregando. Esa irresponsabilidad es criminal. ¿Cómo pueden las autoridades sanitarias seguir confiando en alguien que ya demostró su mala fe y su total falta de escrúpulos tantas veces? ¿De qué tienen miedo? ¿Qué saben o a quién pueden involucrar?

La falta de acciones drásticas, serias y rápidas da qué pensar, o da mucho para dudar de todos. Acá ya no solo hablamos de covid, hablamos de todo tipo de enfermedades y mucho más graves, para la que los enfermos reciben placebos, pagados a precios de oro con los propios impuestos y aportes de los mismos pacientes, ni siquiera es caridad y aunque lo fuera.

Los nuevos ricos producto de la mafia de los medicamentos, deben pagar por sus crímenes, debemos exigir como sociedad que, todos, los involucrados paguen con las penas más severas. Acá se han dañado y perdido vidas, por la codicia y el total desprecio a la vida de estos badulaques. Basta de tibieza, o sino ya sabremos quiénes son sus cómplices.

Etiquetas: #UOC#IPS#China

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