Líder indígena falleció en el predio donde funciona el Indi
Un grupo de nativos informó que un líder indígena falleció sin recibir asistencia médica en el interior del cuartel donde funciona el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), ubicado sobre la avenida Artigas en la ciudad de Asunción. El deceso se produjo durante la madrugada de este domingo.
El nativo fue identificado como Inocencio Duarte, de la comunidad Tapymiri de Paso Yobái, departamento de Guairá. Su cuerpo fue retirado de las instalaciones de la institución y trasladado a la morgue para realizar la autopsia. El lamentable hecho ocurrió en el predio del ente que debe velar por los derechos de los pueblos indígenas.
Sebastián Cáceres y la historia de una foto que recorrió el mundo
A 18 años de la tragedia del Ycuá Bolaños, revivimos con el reportero gráfico un momento especial que representó la esperanza de vida en medio de tanta muerte absurda. “Soy nacido en Isla Pucú y criado en Coronel Oviedo. Mis inicios en la fotografía se dieron en el año 74 o 75 cuando vine a Asunción, tenía 14 o 15 años y trabajaba con un fotógrafo chileno llevándole los bolsos”, dijo de sus inicios Sebastián Cáceres.
Aquel fatídico domingo 1 de agosto del 2004 quitaría la foto más emblemática de su carrera, la del policía Juan Duarte rescatando al bebé. Fue tapa del diario Noticias en nuestro país y tuvo unas 150 mil reproducciones en el mundo.
Remate de las ganaderas Sofía y Chajha superaron todas las expectativas
Luego de tres años volvieron los remates presenciales de las ganaderas Sofía y Chajha, los cuales superaron todas las expectativas gracias a la excelente genética bovina y equina ofrecidas al productor. Se subastaron un total de 202 animales de las razas Brangus, Braford, Angus, Nelore, así como caballos criollos.
“Estamos súper contentos con los resultados, el equipo excelente y nos apoyó muchísimo. Trajimos lo mejor que teníamos en genética, no nos guardamos nada para nosotros y fueron animales de punta”, expresó Sofía Cartes, directora de la Ganadera Sofía.
Carrulim: antigripal y espanta yeta, resultado de la fusión de la cultura guaraní con la española
El carrulim es una bebida tradicional paraguaya que se acostumbra consumir siete tragos el primer día de agosto. Originalmente, se trata de un potente antigripal de la medicina alternativa, altamente curativa, que los españoles consumían durante todo el invierno para prevenir la gripe y enfermedades respiratorias comunes, que se fusionó con la creencia guaraní de que el mes de agosto traía cosas malas.
Esto, según el relato de don Clemente Cáceres, promotor cultural, quien habló sobre los siete tragos del carrulim, mezcla de caña, ruda y limón, que se debe consumir hoy, 1 de agosto para espantar las enfermedades, la mala onda y la yeta, que supone traerá este mes.
Autopsia confirma que senadora Zulma Gómez murió ahogada
El médico forense Pablo Lemir manifestó que la autopsia realizada a la legisladora Zulma Gómez confirmó que la misma falleció ahogada y que las lesiones que presenta en el cuerpo son compatibles con las de una caída. Añadió que continuará el análisis forense para determinar si la senadora liberal sufrió previamente un infarto.
“Las conclusiones de momento de todos los elementos macros de lo que se ve a simple vista hacen pensar que la causa de muerte es un edema pulmonar en el contexto de una asfixia mecánica por sumersión (ahogamiento)”, explicó Lemir.
Hoy se retoma el análisis del juicio político a Sandra Quiñónez
La Cámara de Diputados retomará este lunes a partir de las 14:00 el análisis del libelo acusatorio contra la fiscal general del Estado, Sandra Quiñónez. Este proceso se inició el domingo último y continuó por dos días seguidos (lunes y martes), cuando se avanzó hasta el punto siete de las once causales que consta el libelo acusatorio.
Hay que señalar que el debate sobre el juicio político comenzará con el análisis del octavo causal Metrobús. El presidente de la Cámara Baja, Carlos María López, señaló que durante la sesión de hoy probablemente ya se llegue a culminar el proceso.
Aseguran que el Gobierno asiste a las comunidades indígenas
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El presidente del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), Juan Ramón Benegas, aseguró que regularmente se asiste a las comunidades indígenas, acorde a las prioridades definidas por la mesa técnica conformada en abril tras la última gran movilización de los nativos hacia Asunción.
“Llegaron en forma masiva totalizando la cantidad de 750 indígenas apostados en el Indi, lastimosamente para la incomodidad de la gente asuncena hoy día amanecieron bloqueando la avenida Artigas. Según el parte policial, ellos vienen por la destitución, pero son comunidades a las que se les está asistiendo permanentemente”, señaló al canal GEN y Universo 970 AM/Nación Media.
Dijo que todas las reivindicaciones del sector están siendo atendidas, después de la movilización hecha en abril, ocasión en que se instaló una mesa técnica liderada por el Ministerio de Desarrollo Social (MDS).
“Justamente obra en nuestro poder una planilla de actualización del plan de trabajo que se ha trazado. Hay algunas actividades que sí pueden ser solucionadas de inmediato, pero hay algunas que no por ejemplo el tema camino en comunidades grandes. Se necesita de presupuesto, llamar a licitación y eso lleva su tiempo”, remarcó.
Algunos reclamos de las comunidades se refiere a la provisión de servicios básicos como agua y electricidad. En este punto, Benegas manifestó que el Indi y la Administración Nacional de Electricidad (Ande) están trabajando coordinadamente para “atender por etapas” los requerimientos de los nativos.
“O sea que la mesa que se instaló en aquella oportunidad conforme al acuerdo firmado sí está vigente y se está trabajando. Llevaron cuatro semanas para diagnosticar en las comunidades después de aquella llegada de ellos a Asunción. Y a partir de ahí ya articulamos con las instituciones públicas para ir llegando a las comunidades”, subrayó.
Agentes de la Policía Nacional y de la Policía Municipal de Tránsito se encuentran en el lugar para redireccionar el paso vehicular por la avenida Artigas. Foto: Matías Amarilla
Indígenas se instalaron frente al Indi en reclamo de asistencia
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Aproximadamente 750 nativos procedentes de diferentes comunidades se encuentran acampando frente a la sede del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi), reclamando asistencia del ente. Por este motivo la avenida Artigas está bloqueada y los agentes de la Policía Municipal de Tránsito de Asunción (PMT) se encuentran en el sitio para redireccionar el paso vehicular por las calles paralelas: Valois Rivarola e Intendentes Militares que conectan a la avenida Perú y Gral. Santos.
Los indígenas llegaron anoche y decidieron acampar en ese lugar, impidiendo este martes el ingreso de los funcionarios a la institución.
Según Benito Barreto, representante de la comunidad Tekojoja del distrito de Ñasykañy del departamento de Canindeyú hace tres meses llegaron a un acuerdo con las autoridades nacionales, pero aparentemente los compromisos asumidos en aquella ocasión no fueron cumplidos, hecho que los movilizó nuevamente hacia la capital del país.
“Habíamos llegado a un acuerdo con todos los ministros. Se publicó que se iba a buscar la forma de solucionar inmediatamente las necesidades de las comunidades, pero no se cumplió nada. Ellos nos visitaron, hicieron un levantamiento de datos, aunque ya les habíamos pasado todo por mesa de entrada, pero hasta ahora no se cumplió nada”, expresó en guaraní el líder indígena.
Se quejó que el propio titular del Indi les dejó abandonados, por lo que decidieron movilizarse nuevamente. “No se cumplieron los compromisos y nosotros habíamos confiado en sus palabras, retornamos a nuestras comunidades a aguardar la respuesta, pero no pasó nada. Por eso esta vez llegamos otra vez hasta la capital”, señaló Barreto a la 1020 AM.
El ñandutí: una tradición que lleva el pan a los hogares
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Jimmi Peralta
Fotos: Matías Amarilla
El ñandutí, tejido tradicional del Paraguay, presenta en sí misma una sutil metáfora de su naturaleza dentro de la ciudad que sin dudas es su hogar, Itauguá. Situado a 30 kilómetros de Asunción, el distrito es conocido como el centro de producción de vestidos, cuadros, blusas y manteles confeccionados a base de este tejido artesanal, que representa al suelo guaraní en todo el mundo en diversas instancias y certámenes. Las artesanas redoblan la apuesta y ahora van por el Récord Guinness.
El ñandutí es realizado generalmente de manera individual por manos de mujeres. En su desarrollo, tejen más allá del bastidor una trama de producción en comunidad que traza formas, líneas rectas y curvas interconectadas en la diversidad de colores y direcciones.
Como artesanía, el ñandutí se aprende en la casa, con la magia de la formación no sistemática, que da vuelo y vida a su esencia. Al mismo tiempo, pone el sentido de la transmisión de conocimiento de madres a hijas y de hijas a madres, entretanto se cimenta parte del sustento familiar. Este tejido primero pone pie en la función más elemental: llevar el plato de comida a los hogares de los itaugüeños para después barnizar el vínculo colectivo de una ciudad que cuenta con varios centenares de tejedores y tejedoras.
“Mi abuela no sé si tejía, pero yo aprendí de mi mamá, de muy chiquita, y ni bien cuando yo empecé a hacer los bordados, me daba la plata mi mamá. ‘Este es tu trabajo. Te va a servir para comprar otra vez tus materiales’, me solía decir mi mamá. Y así nunca dejé de hacer. Este trabajo también ayudó para criar a mis tres hijas”, comenta Antonia Morínigo, tejedora itaugüeña que esta semana se sumó a la Red Tejiendo Cultura, una plataforma que nuclea a más de 500 artesanas del ñandutí del Paraguay y de países como Australia, Puerto Rico, Chile, Reino Unido, España y Argentina.
Más de 150 de estas artesanas son de Itauguá, algunas jóvenes y otras de más de 90 años. Ahora forman parte de este proyecto que busca sumar el trabajo individual para armar el tejido de ñandutí más grande el mundo, que será de 120 metros de largo por 5 metros de ancho, buscando el récord mundial.
Como la mayoría de las tejedoras, Antonia empezó de niña. Ahora es abuela y ya no puede producir en bastidores grandes como antes. Ella tiene a su cargo las labores del hogar y todos los días, después del almuerzo, se sienta en su dormitorio a dibujar con el hilo y la aguja sobre su tela. “Este bastidor armado yo termino en un día, porque yo soy ama de casa, tengo que cocinar todo, yo soy la mamá de la casa. A la tarde, puede comer la comida, me suelo sentar acá en mi pieza y hago mi ñandutí, a la noche ya quiero descansar”, comenta. El proceso de producción arranca con el dibujo sobre el papel “y regla”, recuerdan las tejedoras. Luego se estira la tela en el bastidor, se dibuja en la tela y se comienza a tejer. Terminado el trabajo, se separa el tejido de la tela, se lo lava y finalmente se le pone el almidón para que se endurezca.
“Hay gente que tuvo que migrar a otros países, pero se llevaron parte de sus culturas y otras que se dedicaron a enseñar y así esparcir por todo el mundo. La ciudad de Itauguá es conocida como la capital del ñandutí y cuna de la misma. En cada compañía de Itauguá te encontrarás con un o una artesana elaborando su trabajo porque la técnica fue otorgada de generación a generación y se ha vuelto una tradición para las familias. Es por ello que hay más cantidad de artesanos en la localidad de Itauguá”, comenta Guillermo Acosta, coordinador de la Red, itaugüeño y profesor de ñandutí, quien en su propio perfil vital narra la historia del tejido y las familias de su ciudad.
Guillermo Acosta, profesor de ñandutí. Foto: Matías Amarilla
“Todo se inició desde la tristeza de mi querida Maximina Quiñónez. En una tarde se puso triste y observaba su ñandutí y me dice ‘qué pena que ninguna de mis hijas va a legar esto que yo hago, ninguna de ellas dos sabe hacer’. Sentí tanta pena al oírla decir eso que entonces le pregunté cuál era el dechado más difícil y complicado de hacer. A lo que ella me respondió el arasape y la filigrana, que coincidentemente estaba haciendo. Entonces me fijo en sus idas y vueltas que realizaba sin decirle nada en absoluto. Como ella trabajaba cama adentro y venía a casa los fines de semana, la sorprendí con un trabajo que estaba realizando sin decirle nada. Era una imagen de san Blas, pero en ñandutí. Me pregunta quién hizo y le digo que yo.
Me mira y dice que no me cree. Para que me pudiera creer, me siento y le muestro que sí lo podía hacer y desde entonces le tomé como hobby”, narra Acosta sobre cómo en el ñandutí se reafirma el tejido social y el empoderamiento económico de las mujeres de una ciudad.
TRANSMISIÓN INTERGENERACIONAL
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia Centurión (91) son dos hermanas tejedoras que viven junto a la hija de la segunda en una humilde casa en el centro de Itauguá, donde las tres comparten además el amor al ñandutí y su creación.
Las hermanas aprendieron el oficio desde pequeñas. Su madre transmitía el conocimiento a su descendencia femenina, “porque los varones buscaban otras formas de aportar, como trabajando en la carpintería y otras cosas”.
“Cuando teníamos entre 7 u 8 años nosotros mirábamos a escondidas cómo trabajaba nuestra mamá y hacíamos que practicábamos en papel. No podías hacerlo bien porque ella no quería que nosotras trabajemos. Pero cuando se dio cuenta de que ya lo hacíamos, finalmente decidió mostrarnos cómo hacerlo bien”, comenta Esmérita.
“Cuando me siento puedo producir rápido, pero ahora ya no puedo sentarme por mucho tiempo, ya estoy grande”, explica Juliana.
“Antes valía más nuestro trabajo, se pagaba mejor por el ñandutí. Nosotras ya no salimos a vender ahora, no nos vamos a ninguna parte. Vienen a hacernos el pedido y hacemos. Antes salíamos, ahora tenemos una patrona. Antes producíamos muchísimo más”, explica Esmérita.
El oficio que le legó su madre le sirvió para sostenerse durante una larga vida y para la crianza de su hija, que también teje. Las hermanas se sumaron esta semana al proyecto que busca batir el récord mundial con un tejido de producción colectiva.
Juliana Centurión (88) y Esmérita Antonia
Centurión (91) son dos hermanas tejedoras. Foto: Matías Amarilla
ENSAMBLE
Actualmente la producción de las tejedoras se realiza de diversas maneras, pero la preferida es la realización individual de piezas que después son acopiadas e integradas a vestidos, manteles y otras piezas.
Los precios pueden variar y los productos se realizan en algunos casos bajo pedido y en otros es un proceso a la espera de clientes. Las pequeñas piezas se suman entre sí y de esta manera diversas tejedoras pueden finalmente articular sus trabajos en un producto final, que provee a sus hogares de sustento y de prendas a las principales tiendas especializadas de la ciudad o, como varias de ellas dicen, “a mi patrona”.
Entre tanto, para el proyecto del tejido más grande del mundo se les proveerá a todas las artesanas de insumos (bastidores, lienzos, hilos, agujas) y ellas decidirán cuántos módulos realizarán de acuerdo a sus capacidades y habilidades. Las piezas serán posteriormente certificadas para el ensamble. Como es dable esperar, la producción del tejido significará un ingreso económico.
Se estima que se juntarán unas 2.200 piezas a través de la red. Esta será de los diez dechados (dibujos) seleccionados para la ocasión: jazmín poty, mbokaja poty, buey pypore, machete punta, arasape, arapaho un lado, estrella de cuatro puntas con kurusu’i, takuru con karê’i doble, margarita y pensamiento. A los costados la pieza contará con randas con cadenilla doble y en las esquinas estrellas de cuatro puntas con filete. La puesta en valor del ñandutí a través de este proyecto genera un aporte inmediato mediante la generación de pedidos para las tejedoras. A mediano plazo centralizará una red de trabajadoras, lo que podría facilitar a futuro la producción, la adquisición de insumos y la comercialización. A largo plazo se busca la valoración cultural y pecuniaria a nivel nacional e internacional de este tejido que data del XVI, y que surgió en estas tierras de la unión de una técnica europea y la creatividad de la mujer paraguaya.
“CADA VEZ QUE TE TENGO PEDIDO VENDO TODO MI ÑANDUTÍ”
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce, teje desde los 13 años. Ella valora la iniciativa del proyecto y celebra que significará más trabajo para ella.
“Aprendí a hacer ñandutí viendo a mi tía y mi prima. Al darle el primer trabajo que hice, mi tía ya lo llevó, vendió y me trajo ya directamente materiales para hacer más”, comenta Porfiria, quien trabaja mechando su artesanía con las labores domésticas con la ayuda de su hija.
Porfiria González (61), de Itauguá Guasu Costa Dulce.
“Yo me levanto a la mañanita y en medio de mi mate hago mi ñandutí. Después me levanto a hacer para el almuerzo, hago todo eso y ya me siento otra vez a trabajar. Si no hay pedido, igual nomás hago yo. En algún momento va a venir el pedido. Cada vez que tengo pedido vendo todo mi ñandutí; si no hago mi ñandutí, hago chipa”, comenta.
Relata que para ella la parte más difícil es el dibujo. “Eso se hace primero, el dibujo, con la regla se hace, se hace bien eso en el papel, después tenés que estirar con el bastidor la tela y dibujar. Ahí se trabaja”, narra sobre el proceso de producción.
“DESDE MUY CHIQUITA ME PAGABAN POR MI TRABAJO”
Felipa López (63) desde los 7 años se sumó a su mamá, su abuela y sus hermanas, todas de la ciudad del ñandutí, en el oficio de tejedora.
“Hago diferentes dibujos, con hilo fino y con hilo grueso, de ambas formas. Eso también me enseñó mi mamá. A ella le enseñó mi abuela. Desde muy chiquita me pagaban por mi trabajo. La plata me servía para mi escuela, para mis útiles. Tengo siete hijos, ahora conmigo ya solo vive uno. A tejer le enseñé solo a dos hijas mías”, comenta Felipa, quien desde sus manos y el arte dio de comer a su familia junto con su marido, quien es constructor.
Felipa López (63)
“JAGANA´I, PERO JAGANA, UPÉA LA HE´ISÉVA”
Filemona Figueredo (68) arrancó como tejedora a los 12 años con su madre y sus seis hermanas. Ella también se sienta con su bastidor entre las actividades de cuidado y de la labor doméstica en su hogar itaugüeño.
“Recuerdo que cuando era chiquita cada 15 días nos tocaba a cada una ir a vender. De esa plata comprábamos para nuestra ropa para farrear”, comenta entre risas.
“Nunca trabajamos para otra persona”, refiere acentuando que nunca tuvo un trabajo en situación de dependencia.
“Siempre jagana’i, pero jagana, upéa la he’iséva. Igusto remba’apo, revende ha rejúma nde platamíre” (siempre ganamos poco, pero ganamos, eso es lo que importa. Da gusto trabajar, vender y venir con tu platita), explica Filemona, quien es madre de tres hijos.
SOBRE EL PROYECTO
Tejiendo Cultura – El Ñandutí Más Extenso del Mundo es una iniciativa impulsada por Innovaciones Comerciales y la Asociación de Ñandutí en Japón, con el acompañamiento de la Municipalidad de Itauguá y la alianza estratégica de la EBA.
Su objetivo no solo es confeccionar de forma colaborativa la pieza de ñandutí más grande del mundo, sino también visibilizar el trabajo artesanal, fortalecer el turismo cultural y abrir nuevas oportunidades económicas para las tejedoras del país a través del arte textil.
La edición de hoy convoca a trece colectividades extranjeras residentes en Paraguay que compartirán sus tradiciones, sabores y expresiones artísticas.
Hoy, desde las 11:00, la calle Palma de Asunción se convertirá en un punto de encuentro multicultural en el marco de la “Feria palmear sin fronteras: una calle, mil acentos”. Se trata de una edición especial de la ya clásica cita, que esta vez reunirá a trece colectividades extranjeras residentes en Paraguay para compartir sus tradiciones, sabores y expresiones artísticas.
La jornada invita a vivir una experiencia única con una gran variedad de gastronomía típica, actividades lúdicas y espectáculos artísticos que reflejan la riqueza y diversidad cultural de Bolivia, Uruguay, Colombia, Estados Unidos, Corea, Croacia, Japón, Taiwán, Italia, México, Perú, Alemania y Francia.
Se anuncia la presentación artística del Ensamble Folclórico de la OSN, elenco de baile de Lilian Doldán, la Banda de la Policía Nacional y la cantante Gaby Chamorro. También habrá un espectáculo de k-pop y, de la mano de la Embajada de Taiwán, el público podrá disfrutar de la tradicional danza del león en el escenario instalado en Palma y 14 de Mayo.
La Embajada de Taiwán presentará
la danza del león
INTEGRACIÓN
La “Feria palmear sin fronteras” busca consolidar una plataforma para celebrar la integración, la diversidad y la identidad multicultural que enriquecen día a día a nuestro país. Feria Palmear es una propuesta que plantea revitalizar el casco histórico de la capital a través de actividades públicas, en donde el arte y la cultura son las excusas convocantes para el encuentro social, permitiendo a la vez el desarrollo del comercio de los asistentes.