Las frutas y verduras deshidratadas ya se preparaban desde la antigüedad porque este método se utilizaba para conservar los alimentos y así poder consumirlos durante todo el año, pero ¿siguen siendo igual de saludables?

Para mejorar la salud integral y prevenir enfermedades lo ideal es consumir 400 gramos de frutas y verduras al día, según indica la Organización Mundial de la Salud y para cumplir con este parámetro el mercado nos ofrece una gran variedad de estos alimentos.

Si bien quizás estemos mayormente acostumbradas a ingerirlos frescos, también podemos optar por la versión deshidratada, los cuales pueden ser muy prácticos si pasamos el día haciendo diferentes actividades y sin mucho tiempo para planificar nuestros snacks.

La técnica de deshidratación es una de las más antiguas que existe, las civilizaciones mesopotámicas y egipcias ya aplicaban este método para conservar los alimentos e intensificar su sabor. Como el proceso era totalmente artesanal y natural, sin aditivos ni conservantes, se presumía que eran más saludables.

Cuando las frutas y verduras se someten a la deshidratación, hoy en día de manera industrial, lo que se hace es extraer el 80% de sus líquidos para retrasar el proceso de descomposición. A simple vista estos alimentos se reducen en tamaño, pero en cuanto a propiedades tienen otras variantes interesantes.

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Las propiedades de los alimentos deshidratados

La primera es que se concentran sus valores nutricionales y “todas las frutas secas presentan mayor cantidad de calorías que sus originales con agua, puesto que en el proceso de deshidratación pierden el líquido pero mantienen sus componentes, sobre todo los hidratos de carbono simples. Por lo tanto, son buenas fuentes de varios micronutrientes”, explica la Fundación Internacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas.

Si bien cada fruta y verdura contiene sus propios valores nutricionales, existen algunos factores comunes, por ejemplo: poseen un índice glicémico bajo a moderado y esto las convierte en una buena opción para personas que tienen diabetes, incluso se demostró que mejora el control de azúcar en sangre, según afirma la Fundación Internacional de Frutos Secos y Frutas Deshidratadas.

Otro dato en común es que al tener más calorías son una gran fuente de energía, especialmente para deportistas y al concentrar más la fibra favorece el tránsito intestinal y proporcionan más sensación de saciedad, disminuyendo la ansiedad por picotear entre comidas.

Sí hay que tener en cuenta que, más allá de todos los pro que presentan, hay que moderar la ingesta porque al contener más calorías, si no se realiza actividad física puede derivar a un aumento de peso. Como parámetro, media taza de algún tipo de fruta o verdura deshidratada, equivale en calorías a una taza llena de este mismo alimento.


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